Un patio de los naranjos junto a la Torre de la Plata
Proponen que la Casa de la Moneda y el Corral de las Herrerías acojan un centro de interpretación de las murallas y el ansiado Museo de Sevilla tras su rehabilitación
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Un gran huerto urbano, un centro de interpretación de las murallas y el museo de la ciudad. El futuro de la Torre de la Plata, el antiguo Corral de las Herrerías y buena parte del recinto que perteneció a la Casa de la Moneda es una de las tareas patrimoniales que el nuevo alcalde, José Luis Sanz, debe resolver. Este enclave privilegiado del barrio de Arenal es un compendio de historia de la ciudad desde la época islámica. Son muchos sus tesoros, como un lienzo de muralla de 800 metros que se podría recorrer en su totalidad. Pero al mismo tiempo, ha sido históricamente uno de los lugares más maltratados. En la década de los años 80, el arquitecto José García-Tapial, en colaboración con José María Cabeza, dirigió un ambicioso proyecto de rehabilitación que permitió, entre otras cuestiones, salvar la Torre de la Plata de la ruina, vislumbrar el espacio que ocupaban las atarazanas islámicas, recuperar el espacio diáfano del antiguo corral o rescatar del olvido construcciones como las Hornazas Reales. Con todo este conocimiento, García-Tapial, arquitecto municipal jubilado, ha lanzado su propuesta para recuperar el antiguo Corral de las Herrerías que ya conoce el actual equipo de gobierno municipal.
La propuesta, publicada en la última revista del Colegio de Aparejadores, pasa por recuperar el espacio como un gran huerto. Desde la primera ocupación islámica, explica García-Tapial, el enclave siempre ha estado ocupado por jardines y huertas. Originalmente, formando parte de la residencia palaciega primitiva. Tras la conquista castellana los suelos continuaron con el mismo uso, como huertos y jardines de la cárcel de caballeros. El rey Felipe II, tras la implantación de la Casa de la Moneda, mantiene el espacio libre de construcciones. “No fue hasta el siglo XVII cuando se colmató con una construcción de poca calidad, como corral de vecinos ‘para gente ordinaria’, en este caso, los herreros de la Real Fábrica”, señala el arquitecto.
En recuerdo de esta historia García-Tapial plantea que se recupere el espacio como una plaza arbolada, como huerto urbano de frutales, en este caso, de naranjos. “Se mantiene así la tradición de las ciudades del Magreb en la que los huertos de naranjos se sitúan siempre intramuros, mientras que los palmerales se localizan exteriores a la muralla. Este fue el criterio seguido al diseñar la plantación de palmeras en los espacios entre la muralla y el edificio de Rafael Moneo”. Los huertos de naranjos, agrega el autor del proyecto, se suelen plantar según una trama cuadrada que. El existente en la Catedral de Sevilla, antiguo patio de abluciones de la mezquita, cuenta con una urdimbre de 7 x 7 metros. “La que aquí se propone es de 8 x 8 metros, manteniendo también esta distancia respecto a la muralla para permitir su recorrido y visualización. Una distancia menor de cuatro metros se mantendría a la fachada del edificio del Horno y las Hornazas que, de ser actualmente una trasera pasaría a convertirse en la principal de la nueva plaza”.
La idea de García-Tapial confiere un papel principal a la muralla islámica, como no podía ser de otro modo. Para ello lo que plantea es recuperar parte de la altura que quedó cuando el espacio fue rellenado. Se mantendría la cota actual en una franja de 6 metros desde la fachada del Horno, bajaría medio metro en unas gradas, para descender en leve pendiente (4%) hacia la muralla y terminar en un foseado de 1x1 metros adosado a ella. “Esto permitiría recuperar la visión de tres cajones de argamasa más de los que ahora se aprecian”. En cuanto al pavimento proyectado para la nueva plaza es el que, como han documentado Marín de Terán y Del Pozo Serrano, ha sido el predominante en la ciudad histórica durante los siglos XV y XVI: el de ladrillo, colocado a sardinel, siguiendo la tradición islámica.
Un edificio desaparecido
La Casa de la Moneda siempre fue un recinto cerrado rodeado de murallas, indica García-Tapial. “La apertura actual de la calle Santander es una agresión reciente que se debe subsanar”, advierte. En este lugar siempre ha permanecido la muralla interior de la alcazaba que se prolongaba hasta el Alcázar y, exteriormente a ella, en la llamada calle del Carbón, se levantaron las Herrerías Reales. Respetando sus alineaciones, (interior, la de la muralla de la alcazaba, y exterior, la histórica), se sugiere recuperar el volumen del edificio desaparecido mediante la construcción de un cuerpo de dimensiones similares que, interiormente se comunicará con la Torre de la Plata y el edificio anexo de Vermondo Resta, compartiendo sus mismos usos. “Dada la reciente construcción en esquina del edificio de Santander número 3, el cierre no podrá ser total, por lo que se ha previsto, contiguo a él, un pasaje de 4 metros de ancho, de acceso a la nueva Plaza de las Herrerías”.
Usos adecuados a la historia
Realizada la propuesta para el espacio, García-Tapial lanza también las posibles funciones para los edificios históricos que abrazan al antiguo Corral de las Herrerías: la Torre de la Plata, el edificio de Vermondo Resta, la Hornaza de la calle Matienzo, el Horno Real y las Hornazas de El Jobo.
El edificio que se puede considerar principal es la Torre de la Plata. Construcción almohade transformada por Alfonso X que le confiere, entre otros aspectos, su fabulosa cúpula nervada. “En la Torre de la Plata concurren una serie de circunstancias históricas y patrimoniales que es preciso valorar. Es la tercera torre en importancia de la ciudad, tras la Giralda y la Torre del Oro, pero es la única de titularidad municipal, que está libre de limitaciones religiosas o militares, como las dos primeras. Nada debe impedir, por tanto, su acceso y disfrute ciudadano”, argumenta el arquitecto.
En esta construcción confluyen, además, varios recintos amurallados que la hacen excepcional: por el Sur, remata la muralla de la Casa de la Moneda con su doble almenado, único en la ciudad, y cuyo paseo de ronda se puede recorrer ya en condiciones de seguridad hasta las proximidades de la Puerta de Jerez. Hacia el Este, se inicia la muralla de la alcazaba interior en dirección al Alcázar que cuenta, además, con la particularidad, también única en las murallas sevillanas, de contar con una manga, esto es, un pasadizo cubierto excavado en la propia muralla. Por el Norte continúa la cerca almohade de la ciudad, conservándose, además, una parte del primitivo Postigo del Carbón con el arranque de su vano original, su viga y las correderas para contener las riadas. “No existe en toda Sevilla un edificio más idóneo para albergar un centro de interpretación de sus recintos amurallados y que se pueda recorrer, interior y exteriormente. En la cámara alta de la Torre se podría instalar la maqueta de la muralla almohade realizada para la exposición El último siglo de la Sevilla islámica”, sugiere García-Tapial. Este centro de interpretación se completaría comunicándose a través del paseo de ronda de la muralla con el edificio municipal de la calle Matienzo por cuya medianera discurre también la propia cerca.
Una vez restaurada la muralla en su totalidad, urbanizada y arbolada la plaza, recuperadas y transformadas la Torre de la Plata y las Hornazas de Matienzo como Centro de Interpretación de las murallas, queda por definir el destino del edificio de Horno y Hornazas Reales. Esta construcción está llamada a convertirse en el edificio central de la futura plaza. “Nos encontramos aquí en un lugar que ha sido, sucesivamente, palacio almohade, cárcel nobiliaria castellana, puerto y puerta de Indias, fábrica donde se transformaba el metal precioso del Nuevo Mundo, así como la ceca que abastecía un imperio, pero que también ha sido corral de vecinos y barrio marginal. Un exponente, en suma, de la evolución de la ciudad”.
García-Tapial plantea que podría ser una adecuada sede para el ansiado Museo de la Ciudad. “En la sala abovedada central del Horno podría instalarse la triple maqueta de la ciudad: romana, almohade y renacentista; y en el resto de las hornazas –alta y baja– los restantes elementos del discurso expositivo”. La entrada principal se abriría hacia la Plaza de las Herrerías, aprovechando el gran arco del Horno. Para ello sería preciso considerar un tratamiento de la fachada más acorde con su entorno. “La fachada primitiva del Horno, disponía de un enfoscado de estuco, con aparejos simulados de cantería, mientras que las hornazas se abrían con grandes arcos para la entrada del material, elementos formales todos ellos que habría de considerarse en el diseño definitivo de este gran frente”, concluye el arquitecto.
El polémico aparcamiento público
Actualmente, el solar del antiguo Corral de las Herrerías está ocupado por un aparcamiento público para residentes. Este equipamiento permanecerá en uso, al menos, hasta el próximo 31 de diciembre, fecha prorrogada por el actual gobierno municipal que debe decidir posteriormente el uso de este lugar. La Torre de la Plata, por su parte, alberga unas oficinas municipales, y pese a su importancia histórica y artística, no es accesible para el público.
Entidades como la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla se han mostrado públicamente en contra de la instalación del aparcamiento. Pero fue el Icomos, Consejos Internacional de Monumentos y Sitios de la Unesco, el que urgió el verano pasado al Ayuntamiento a eliminar el aparcamiento situado junto a la Torre de la Plata por su grave afección a este monumento y a la muralla islámica de la ciudad. Este prestigioso organismo vinculado a la Unesco emitió un contundente informe tras la denuncia de Adepa alertando del uso que el Consistorio le estaba dando a uno de los espacios con mayor valor patrimonial de la ciudad. El Icomos, además de pedir la erradicación del aparcamiento, instaba a definir cuanto antes un uso adecuado para el espacio y su entorno y a permitir, mientras tanto, el libre acceso público de los ciudadanos.
El Ayuntamiento puso en marcha hace justo un año un proceso participativo para definir los usos y revalorizar el entorno de la Torre de la Plata. Hasta el pasado mes de marzo se habían realizado dos reuniones en las que participaron técnicos municipales, vecinos, expertos en patrimonio, arquitectos y profesionales y empresarios. La intención del gobierno socialista era convocar posteriormente un concurso de ideas que desemboque en la selección de la mejor propuesta.
El nuevo gobierno municipal del PP debe decidir qué hacer con este enclave privilegiado que lleva muchos años infrautilizado. José Luis Sanz en distintas declaraciones ha asegurado que apuesta por la recuperación arqueológica y la revalorización del entorno y del conjunto histórico de la Casa de la Moneda, así como la recuperación visual de la muralla histórica. Ahora mismo están en licitación los ensayos de la muralla y prospección para conocer el estado de la misma.
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