El aparcamiento que oculta los vestigios almohades de Sevilla
Los restauradores de este espacio de la Casa de la Moneda critican la decisión del Ayuntamiento y apuestan por rescatar la muralla almohade y la Torre de la Plata en un espacio ajardinado y abierto
Un aparcamiento en uno de los espacios patrimoniales más interesantes de Sevilla. La aprobación por parte de la delegación de Fiestas Mayores y Movilidad de los pliegos para la licitación de forma transitoria de un aparcamiento en superficie con 80 plazas –destinado sólo a residentes– en el solar de la calle Santander en el que se encuentran la Torre de la Plata, un importante lienzo exento de la muralla almohade, o los restos de las primitivas atarazanas, ha levantado las críticas de la Asociación para la Defensa del Patrimonio de Andalucía (Adepa) que considera esta actuación “un auténtico despropósito”. Adepa, por boca de personas tan relevantes en la conservación del patrimonio, como José García-Tapial y José María Cabeza, responsables de la restauración de esta parte importante del complejo de la Casa de la Moneda, reclaman al Ayuntamiento que recapacite y que rescate el espacio para el uso y disfrute de los ciudadanos, resaltando sus muchos tesoros visibles y ocultos.
En esta parcela de 2.145 metros cuadrados, está previsto que el Ayuntamiento construya el denominado museo de las Cofradías o de la Semana Santa, una iniciativa que tendrá que esperar, al menos dos años, después de que el Consistorio haya apostado por crear otra vez un aparcamiento en superficie para dar respuesta a los vecinos de la zona de la Casa de la Moneda y del barrio de Santa Cruz. José García-Tapial, arquitecto municipal ya jubilado que dirigió la rehabilitación de este importante enclave del Arenal, rechaza de plano este aparcamiento: “Es una auténtica vergüenza. Hablamos de un lugar muy cualificado que forma parte de un Bien de Interés Cultural como es la Casa de la Moneda, limitado por sus propios edificios, la muralla almohade y coronado por la Torre de la Plata, la tercera gran torre de Sevilla. Y al Ayuntamiento no se le ocurre otra cosa que poner un aparcamiento”.
García-Tapial, que conoce a la perfección este emplazamiento, antiguo Corral de las Herrerías, considera que debería mantenerse como un espacio libre, ajardinado, con zonas de estancia, para que todos, sevillanos y turistas, puedan admirar la muralla y la Torre de la Plata. Tampoco le convence el futuro museo: “Considero que la propuesta está muy poco elaborada. Primero habría que tener claro qué se quiere que sea este espacio, y luego veríamos las necesidades. A lo mejor no cabe ahí”.
El arquitecto señala que lo primero que habría que hacer es redactar un nuevo plan especial para esta zona, ya que el actual quedó inservible: “Se hizo antes de las excavaciones que demostraron que, debido al nivel freático y por la riqueza de los restos arqueológicos, no se puede hacer ni siquiera un sólo sótano. Todo el espacio está rodeado por la muralla almohade, la que vemos exenta y la que está enterrada a apenas 15 centímetros de profundidad en la calle Temprado. La cerca forma una auténtica presa para las aguas subterráneas”. Por último, García-Tapial ve imprescindible que se rescate la Torre de la Plata, sacando las oficinas municipales: “Debe ser un edificio de dominio público por su enorme importancia. Cuando restauramos aquello antes de la Expo se iba a hacer un centro de interpretación de la muralla”.
Por su parte, José María Cabeza, quien fue durante muchos años conservador del Alcázar, comparte plenamente que se debería crear un gran espacio interior que permita observar y comprender cómo era en el pasado: “Un aparcamiento es una desconsideración total hacia nuestro patrimonio. Aquí estuvieron las atarazanas islámicas, que podemos considerar el astillero privado del Alcázar almohade, del que formaba parte. Sus restos están ahí gracias al trabajo de Fernando Amores y al nuestro. En el propio pavimento se podría identificar su traza para que todos las conocieran”.
Las atarazanas almohades formaban parte del primer recinto de la Casa de la Moneda y de la ampliación del Alcázar. Tras la derrota en las Navas de Tolosa, en 1212, los musulmanes se dieron cuenta que tenían que defender mejor la ciudad. Para ello, amplían las murallas y construyen un nuevo lienzo en el barrio del Arenal, punto débil de Sevilla, que corta perpendicularmente al río, donde se construye en 1221, la torrre albarrana, llamada del Oro.
Cabeza, como García-Tapial, considera que se deben enfatizar todos estos valores históricos y patrimoniales, siendo la recuperación de la Torre de la Plata debe ser una prioridad: “Es un lujo. El Ayuntamiento tiene un problema de sensibilidad. No es consciente de la trascendencia que tiene”.
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