La Casa de la Moneda de Sevilla: Una joya infrautilizada
El complejo conserva intacta un lienzo de muralla de 800 metros que se podría recorrer desde la calle Almirante Lobo a la Torre de la Plata
El aparcamiento de la Torre de la Plata se encamina a una batalla judicial
La Casa de la Moneda de Sevilla es un complejo de una categoría histórica y patrimonial enorme, declarado Bien de Interés Cultura, que pide a gritos un mayor aprovechamiento turístico y cultural por parte del Ayuntamiento. Resuelto judicialmente el problema que afectaba a la rehabilitación del edificio principal, con su magnífica portada de Sebastián Van der Borcht, es hora de que se pueda visitar todo el complejo y recorrer el paseo de ronda de la muralla desde Almirante Lobo a la misma Torre de la Plata.
Este lugar pertenecía durante la época almohade al Alcázar. Como explica José García-Tapial, arquitecto municipal responsable de la restauración del complejo, “se piensa que aquí pudieron estar las atarazanas almohades, algo que explicaría el hueco de paso que se descubrió en la muralla durante la restauración”.
Fue el rey Alfonso X El Sabio el que creó la Casa de la Moneda en Sevilla. Durante la etapa cristiana, la Casa de la Moneda sirvió como cárcel para nobles, en su zona más cercana a la Puerta de Jerez; y como huertas de apoyo a las Reales Atarazanas con la que lindaba. A finales del XVI, se instala la Casa de la Moneda en la llamada “Atarazanas de los Caballeros”. “El espacio de la Torre de la Plata se queda libre porque Felipe II se niega a que se construya ahí. Dice que debía ser un lugar de esparcimiento para los cargos de la Casa de la Moneda”, señala García-Tapial. Su hijo, Felipe II, sí autoriza la construcción de un gran corral que se adosa a la muralla.
Todo el complejo estuvo en obras durante diez años desde mediados de los años 80 del pasado siglo. “Donde había una garaje salió la fundición real. En los muros aparecieron las almenas. Hoy es la Sala Fundición”. En las antiguas Hornazas Reales, actualmente sede de Fiestas Mayores, también salió a la luz la muralla almohade. “Desde ahí se tiene acceso al paseo de ronda de la muralla. Se podría recorrer desde la Puerta de Jerez a la Torre de la Plata. Es perfectamente visitable. Son unos 800 metros. Una torre está en el interior de un edificio de Almirante Lobo. Los dos extremos están ocupados por oficinas municipales, así que sería muy fácil poder hacerlo. La altura también es inferior a la de la Macarena, por lo que es más accesible”, indica García-Tapial.
La Torre de la Plata, construcción almohade transformada por Alfonso X, estaba cuando se hizo la restauración prácticamente perdida. Rodeada de edificios y con distintas entreplantas para adaptarla a vivienda. Gracias a la restauración se recuperó la decoración de nervadura de la cúpula y se sacaron a la luz una hilera de ventanas que estaba cegada. Actualmente también está ocupada por despachos municipales.
En cuanto al subsuelo del corral de las Herrerías, el nivel freático impidió que se pudiera excavar más allá del siglo XVII. Uno de los hallazgos más relevantes fue una fuente que los arqueólogos pidieron que se conservara en su ubicación original. “Lo que habría que rescatar es básicamente esta pila y alguna traza anterior. No pudimos llegar a la Edad Media por el alto nivel freático, ya que la muralla actúa de dique”.
Los expertos en patrimonio reclaman al Ayuntamiento que traslade las oficinas municipales y que todo el complejo de la Casa de la Moneda sea visitable, pudiendo instalarse en la Torre de la Plata un centro de interpretación y haciendo accesible, por su enorme interés, el amplio tramo de muralla.
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