Así será la recuperación de una de las joyas patrimoniales más infrautilizadas de Sevilla
Las atarazanas almohades, la muralla islámica, la tercera torre de la ciudad, las herrerías reales, las antiguas hornazas reales, el horno real, restos del postigo del carbón... Todo este inmenso patrimonio se concentra en el complejo de la Casa de la Moneda de Sevilla y, tras un desaprovechamiento de muchos años, por fin ha comenzado su recuperación. Por el momento, el Ayuntamiento de Sevilla ha comenzado con la restauración de los revestimientos interiores de la muralla. Es un anhelado primer paso que debe desembocar en el medio plazo con el desmantelamiento del aparcamiento en superficie que oculta buena parta de estos vestigios históricos y patrimoniales y la creación de un gran espacio abierto para que todos los ciudadanos puedan disfrutar de un enclave único.
Como "uno de los proyectos más ambiciosos de la recuperación del patrimonio de Sevilla" definía el alcalde, Antonio Muñoz, la intervención que acaba de comenzar en el entorno de la Torre de la Plata. La situación de la parcela libre junto a esta construcción almohade reformada por Alfonso X tras la reconquista de la ciudad, ha estado envuelta en la polémica por su utilización como aparcamiento en superficie para residentes. La historia el lugar, y la gran importancia de los restos que ahí se conservan, han deparado que el Ayuntamiento lleve tiempo trabajando en un proyecto para integrarlos en un eje cultural con la Torre del Oro, las Atarazanas y el Hospital de la Caridad y enlazar con los monumentos sevillanos que son Patrimonio Mundial: la Catedral, el Archivo de Indias y el Alcázar.
La primera tarea que ya se acomete consiste en analizar las patologías que sufren los lienzos de muralla para una posterior intervención. Además, se definen los usos futuros, entre los que debe estar la salida de las oficinas municipales de la Torre de la Plata para que sea visitable junto con el paseo de ronda de la cerca defensiva.
Los técnicos están actuando sobre los revestimientos interiores de la antigua coracha almohade de la zona meridional, que seguramente fueron aplicados durante la reforma del siglo XVIII. Esta decoración busca imitar un paramento de sillares. Para ello mediante una especie de estucado y una serie de líneas se crea una paleta de colores ocre y blanco. Su deterioro está motivado por la filtración del agua de lluvia desde el paseo de ronda.
Hay que tener en cuenta que este paramento sería visible desde lo que hoy son los Jardines de Cristina. No fue hasta el siglo XIX cuando estos terrenos exteriores a la muralla se ganaron para la ciudad al entubarse el arroyo Tagarete, que desemboca junto a la Torre del Oro. Por ello, se empezó a construir encima hasta que en los años 80 del pasado siglo se hizo una intervención integral en todo el espacio y aparecieron los restos.
Los restauradores están probando hasta tres tratamientos distintos para ver cómo funciona sobre la capa pictórica y el tapial.
En paralelo, se trabaja para el inicio de la siguiente fase con la redacción de un pliego para la contratación de un estudio de caracterización de materiales a un laboratorio especializado, que sirva de base a la redacción del proyecto de conservación y restauración de los lienzos de muralla y Torre de la Plata. Las propuestas estarán basadas en los resultados del estudio patológico. Esta intervención irá acompañada de las cautelas arqueológicas necesarias en cuanto a las lecturas paramentales.
La recuperación del antiguo solar de las Herrerías Reales como un espacio libre
Una vez que sea suprimido el uso de la parcela como aparcamiento, algo para lo que aún no hay fecha, podrá recuperarse el antiguo solar de las Herrerías Reales. Ya en en el siglo XVI, el rey Felipe II quiso dejar este lugar libre de construcciones para que lo pudieran disfrutar todos los ciudadanos.
En este lugar, durante la rehabilitación de los años 80, se hallaron restos de las atarazanas almohades, como un gran arco en la muralla por donde debían salir las galeras. Este astillero islámico formaba parte del primer recinto de la Casa de la Moneda y de la ampliación del Alcázar. Tras la derrota en las Navas de Tolosa, en 1212, los musulmanes se dieron cuenta que tenían que defender mejor la ciudad. Para ello, amplían las murallas y construyen un nuevo lienzo en el barrio del Arenal, punto débil de Sevilla, que corta perpendicularmente al río, donde se construye en 1221, la torre albarrana, llamada del Oro.
Para el diseño de este espacio libre el Ayuntamiento tendrá en cuenta las conclusiones de los estudios arqueológicos y se centrará en generar un espacio al servicio de la contemplación y disfrute de los elementos patrimoniales, el cual dignifique el ámbito, al dotarlo de los elementos necesarios para el uso público. En ese proyecto se contemplarán las posibilidades de desarrollo de actividades compatibles principalmente culturales.
Para su diseño, el alcalde promover la apertura de un proceso de debate y análisis público con la participación de asociaciones y colegios profesionales en un trámite que arrancará una vez que se haya culminado un primer análisis técnico. Este planteamiento ha de desembocar en la conformación de un espacio de referencia patrimonial para la ciudad.
"Se trata de un proyecto ambicioso en el medio plazo para recuperar una auténtica joya de la historia de la ciudad", dijo el alcalde en una reciente visita.
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