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"Me voy a quedar en Sevilla cuando me jubile"

Juan José Asenjo. Arzobispo de Sevilla

El próximo sábado 21 de septiembre celebrará en la Catedral sus bodas de oro sacerdotales.

El 5 de noviembre se cumplen 10 años desde el inicio de su ministerio.

El arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo. / Juan Carlos Vázquez

El arzobispo de Sevilla afronta un nuevo curso con importantes acontecimientos. Tras un duro verano, en el que ha sido operado de un ojo, monseñor Asenjo volvió a principios de septiembre de Sigüenza para retomar la actividad. El próximo sábado celebrará sus bodas de oro sacerdotales con una misa de acción de gracias en la Catedral. En esta entrevista repasa sus diez años de misterio en Sevilla, recalca su compromiso con el patrimonio histórico, muestra su opinión sobre el nuevo gobierno andaluz y desvela sus planes para cuando se jubile.

-¿Cómo se encuentra después de los problemas de salud que le han tenido apartado de la actividad en los últimos meses?

-El estado general es bueno. He tenido un problema en el ojo derecho, perdí la visión en una reunión de la comisión permanente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) en Madrid el 26 de junio. Me operaron el 3 de julio. Voy recuperando la visión poco a poco. Por lo demás, estoy trabajando como siempre y cumpliendo con mi deber. Este verano me he repuesto bastante bien en Sigüenza.

-En las próximas semanas se celebran dos aniversario importantes. El 21 de septiembre, sus bodas de oro sacerdotales; y el 5 de noviembre, el décimo aniversario desde que comenzó su ministerio como arzobispo metropolitano de Sevilla.

-Son dos fechas importantes. Cumplo cincuenta años de sacerdote el día de San Mateo, el 21 de septiembre, una fecha decisiva en mi vida. La ordenación sacerdotal ha marcado toda mi trayectoria. Tendremos una misa en la Catedral para dar gracias a Dios por todos los dones que me ha regalado en estos 50 años y por todos los que a través de mi ministerio ha regalado a los fieles. El 5 de noviembre, efectivamente, se cumplen 10 años del inicio de mi ministerio como arzobispo metropolitano. También daré gracias a Dios.

Monseñor Asenjo rodedado de recuerdos y reconocimientos. / Juan Carlos Vázquez

-¿Cómo surge su vocación sacerdotal?

Tuve la suerte, providencia de Dios, de nacer en el seno de una familia cristiana que fue capaz de crear un ambiente favorable para que mi vocación pudiera florecer. Una familia piadosa, sencilla, trabajadora, en una ciudad muy marcada por la presencia de la Iglesia. Sigüenza tenía entonces 5.000 habitantes, un seminario floreciente, tenía y tiene Catedral... en ese ambiente yo recibí el susurro del Señor. Me fui al seminario dos días antes de cumplir once años. La etapa del seminario fue feliz. Mi vocación no tuvo especiales sobresaltos. Nació con espontaneidad y se mantuvo con la ayuda de Dios y mis formadores.

Ha estado en diócesis importantes, como Toledo, Córdoba, Sevilla... ¿dónde ha sido más feliz ejerciendo su ministerio?

-He sido feliz en todas partes: como obispo auxiliar de Toledo, una diócesis magnífica, a la que serví con alguna cortapisa, porque al año de ser nombrado fui elegido secretario de la Conferencia Episcopal y dedicaba la semana a trabajar en Madrid y volvía a Toledo el sábado y el domingo. Fui muy feliz en Córdoba, una diócesis excelente. Disfruté mucho. Y soy feliz aquí en Sevilla. Me siento bien acogido y querido.

"He ido entrando poco a poco en el alma de la ciudad. Tengo una percepción muy positiva y me siento querido"

¿Quiénes han sido sus ejemplos, qué sacerdotes le han inspirado?

Tuve unos sacerdotes magníficos en mi parroquia natal, Santa María de Sigüenza, los que me llevaron al deminario: don Crispín Guijarro y don Guillermo Heredia. Luego, he tenido como referente a los formadores del seminario menor, un grupo joven excelente, y a los del seminario mayor. He tenido un obispo que ha significado mucho para mi: monseñor Jesús Pla Gandía, me quiso mucho y yo lo quise mucho. Me encargó misiones importantes. Gocé de su confianza y ejemplo. Un hombre absolutamente entregado su ministerio. Vivía la pobreza. Fue un modelo para mí y lo sigue siendo. Se ha introducido su causa de canonización y yo he sido llamado como testigo, he escrito nada menos que 18 folios dando testimonio de mi admiración por él y que lo considero un hombre digno de ser puesto en el candelero de la Iglesia como modelo e intercesor.

Tras su estancia en Córdoba, fue nombrado arzobispo coadjutor de Sevilla, algo que siempre ha comentado que no esperaba...

El señor nuncio, monseñor Monteiro de Castro, me llamó unos meses antes para decirme que iba a otra diócesis también de arzobispo. Resulta que unos meses después me llamó para decirme que venía a Sevilla como arzobispo coadjutor con derecho a sucesión. Yo lo acepté abandonándome en los brazos de Dios. Aquí he desarrollado diez años de mi ministerio. No sé lo que me queda, puesto que dentro de 13 meses tendré que presentar la renuncia y el Papa tendrá que decidir.

Monseñor Asenjo durante la entrevista. / Juan Carlos Vázquez

¿Qué se encontró en Sevilla a su llegada?

Me encontré una de las diócesis más importantes de España por muchos capítulos. Me encontré una diócesis magnífica, dinámica, con un clero muy entregado y apostólico, unos fieles de profundas raíces cristianas, en muchos casos alimentada por la religiosidad popular que protagonizan las hermandades y que han hecho muy bien.

¿Cómo ha cambiado la iglesia de Sevilla desde que usted llegó?

La he servido con todo la dedicación de la que he sido capaz. He estado cerca de los sacerdotes, del seminario, que hoy tiene un buen ambiente, de piedad, de estudio, de alegría, de compañerismo; estoy muy contento. Al igual que con el Centro de Estudios Teológicos, que esta muy bien orientado y está haciendo mucho bien a los seminaristas, a los religiosos y a los laicos. Hemos creado el seminario menor, el Instituto Superior de Ciencias Religiosas, que está siendo un instrumento muy eficaz para la formación de los laicos. Hemos creado los Centros de Orientación Familiar. Yo he servido también al patrimonio, algo muy vinculado a mi trayectoria. Hemos restaurado varias iglesias, hemos construido nuevos templos. Puedo decir que el patrimonio cultural de la diócesis está bien conservado. El Cabildo me ayuda, al igual que los fieles y los sacerdotes.

¿Ha variado mucho su percepción de la ciudad en estos diez años?

Yo he ido entrando poco a poco en el alma de la ciudad. Puedo decir que hoy tengo una percepción bastante positiva de la ciudad.Sevilla es hermosísima, una de las ciudades más bellas de Europa, con una calidad humana sobresaliente. Me siento bien acogido, querido y estoy agradecido. Los sevillanos me lo demuestran constantemente. Estoy muy agradecido.

¿Fue complicado cogerle el pulso a la ciudad al inicio?

Sí. Los primeros meses e incluso años no son fáciles hasta que uno penetra en el alma de la ciudad. Pero no creo que los sevillanos sean especiales. No hay una diferencia sustantiva con Córdoba, Toledo o con mi propia ciudad.

"Me gustaría que en Santa Clara se instalara un pequeña comunidad de religiosas. La dedicaremos al culto. Podría ser una reproducción de San Onofre”

Echando la vista atrás, ¿ha materializado sus planes?

En este año pienso rematar alguna cosa. Nunca se acaba del todo. Aunque estoy satisfecho de la tarea que hemos realizado.

Se despedirá con dos hitos patrimoniales como son la rehabilitación de Santa Clara y la exposición Imago Solis.

No sé si me dará tiempo a inaugurar Santa Clara. Se está terminando de redactar el proyecto y lo pondremos a licitación para que comience la restauración lo antes posible. Es una obra para mí muy querida. Va a ser posible gracias al Ayuntamiento, que va a cumplir un convenido de hace 12 años. Tengo mucha ilusión por inaugurar un día esta iglesia emblemática, por restaurar los tesoros de Martínez Montañés.

En cuanto a Imago Solis, hoy mismo he tenido una reunión. Estamos seleccionando las piezas y construyendo el relato. Las exposiciones de la Iglesia no tienen por objeto mostrar la dimensión cultural de unas piezas. La prioridad es evangelizar. En este caso vamos a mostrar plásticamente la historia de la Iglesia en Andalucía a través de las 10 muestras antológicas. En cada exposición el 50% de la piezas serán de la propia diócesis y el resto de las demás. Estoy muy ilusionado. Esto es un beneficio para nuestras ciudades, la cultura...Tendrá repercusiones turísticas y económicas también, aunque nuestro objetivo es soplar en los rescoldos de fe de muchas personas.

Monseñor Asenjo. / Juan Carlos Vázquez

¿Qué uso se le dará a Santa Clara?

A mí me gustaría que se instalara una pequeña comunidad. Hay unas dependencias donde se pueden montar celdas para unas religiosas que cuidaran la iglesia y que trabajaran pastoralmente en las parroquias del entorno. Ojalá sea posible. Sí parece que se dedicará al culto. Puede ser una reproducción de San Onofre, un sitio de oración y recogimiento.

Su interés en el patrimonio le ha llevado a culminar la rehabilitación de Santa Catalina, a poner en marcha la restauración de Santa Clara, o a abrir a las visitas el Palacio Arzobispal.

Me he dedicado 12 años al patrimonio en mi diócesis de origen. Es un tema muy cercano a mi biografía. Sigo siendo presidente de la comisión episcopal para el Patrimonio Cultural. Estoy convencido de que hay temas más importantes en la vida de una diócesis, pero no es este un tema menor y también supone un servicio al pueblo de Dios. La iglesia suele ser el monumento más importante y bello de nuestros pueblos. Ayudarles a mantener su patrimonio es un buen servicio. Los fieles lo intuyen y por eso nos ayudan.

Parece que nos encaminamos hacia otra crisis y Sevilla cuenta con algunos de los barrios más pobres de España.

He advertido que puede ser que la crisis se haya superado en la macroeconomía, pero no en la microeconomía de las familias. Hoy los sueldos siguen siendo un tanto vergonzantes. Tener trabajo no significa salir de la pobreza. Hay mucho sufrimiento y dolor en nuestros barrios y pueblos. Sevilla tiene el triste honor de tener tres de los cinco barrios más pobres de España y cinco de los 15 más pobres de Europa. Ahora se nos anuncia otra depresión. En estos años de crisis la respuesta de la Iglesia ha sido ejemplar. Tendremos que seguir dando respuesta. Pido a la diócesis que sigamos ayudando a Cáritas, que es un instrumento providencial.

"Estoy bien impresionado con los primeros pasos dados por el nuevo gobierno de Andalucía”

Se ha implicado en la rehabilitación de los Pajaritos gracias al convenio firmado entre el Patronato de la Vivienda y el Ayuntamiento.

El Patronato es una institución civil, lo que pasa es que el presidente siempre es el arzobispo. Hemos firmado un programa de colaboración. Dios quiera que no sea papel mojado y que rinda muchos frutos.

¿Qué espera de la visita del Gran Poder a estos barrios desfavorecidos?

Es una iniciativa feliz de la hermandad, bien acogida por mí y por los sacerdotes de esas parroquias. Yo desearía que esta salida del Señor a los barrios periféricos sea una acontecimiento de gracia. Que renueve la vida cristiana de esos barrios. Queremos que los fieles tomen buena nota. El Señor se encarnó para todos, ricos y pobres, y los pobres son sus predilectos. Sensibilizar es también un objetivo.

Hablando de cofradías, ¿cree que se ha alcanzado una mayor cuota de "eclesialidad" en los últimos años?

Hemos ido mejorando. Nunca se puede creer que hemos llegado al tope, pero se han dado pasos significativos. Estoy contento y agradecido.

"Nombraré nuevos canónigos antes de irme. El Cabildo está un tanto debilitado por las jubilaciones”

¿Con qué momento de todos los vividos con las cofradías se queda?

He vivido varias coronaciones. Siempre me impresionan. Que un pobre obispo corone a la Virgen no deja de ser un privilegio extraordinario. En todas ellas me he emocionado. Fue muy emocionante para mí la venida del Gran Poder a la Catedral, el acompañamiento que hicimos hasta el Ayuntamiento, todo fue muy hermoso. Pude comprobar el fervor de los sevillanos. Siempre que voy a una hermandad pongo los cinco sentidos consciente de que estoy contribuyendo a la renovación de la vida cristiana de los cofrades y de su compromiso eclesial.

El alcalde, Juan Espadas, ha asegurado que aspira a que el Papa visite Sevilla. ¿Lo cree posible?

De momento no hay planteado ningún viaje. Al Papa le han preguntado si pensaba venir a España y ha dicho que no le habían invitado ni el Gobierno, ni la Casa Real ni la CEE. Este es un requisito absolutamente necesario. Parece ser que hay proyectos de invitar al Papa a Santiago con motivo del próximo Año Santo y a Manresa y Loyola por el 500 aniversario de la conversión de San Ignacio, fundador de su orden de la Compañía de Jesús. Si el Papa viene a España yo estaría muy contento de recibirlo en Sevilla.

¿Qué le parece el nuevo gobierno andaluz? ¿Era necesario un cambio tras 40 años de gobierno socialista?

Los cambios siempre son buenos para romper con la rutina. Yo estoy bien impresionado de los primeros pasos de este gobierno. Como con el anterior estoy en buena relación y le deseo lo mejor porque saldremos ganando todos. Deseo que el gobierno haga mucho bien. Yo estoy dispuesto a colaborar con ellos en lo que esté de mi parte.

El arzobispo de Sevilla, monseñor Asenjo. / Juan Carlos Vázquez

¿Qué piensa de la irrupción de partidos como Vox o Podemos?

Vivimos en un país libre. Todas las iniciativas que surjan para servir al bien común deben considerarse bienvenidas. Lo que pasa es que a veces la multiplicación de partidos dificultan la gobernabilidad. No puedo yo poner veto a nadie. Sí pediría que colaboren entre sí y busquen antes que el bien personal el bien común de la sociedad.

¿El bien común sería que hubiera un Gobierno antes de ir a elecciones?

Sí, pero parece complicado. Sería lo deseable. No podemos estar en una interinidad permanente. En estos momentos, cuando se adivinan en el horizonte ciertos nubarrones, sería importante que hubiera un Gobierno legítimamente constituido, pero tampoco podemos escandalizarnos de que se convoquen nuevas elecciones.

¿Nombrará nuevos canónigos antes de jubilarse?

Sí, antes de irme pienso nombrar canónigos porque el Cabildo está un tanto debilitado por las jubilaciones y el paso a la condición de eméritos de unos cuantos canónigos estos años.

¿Qué hará el arzobispo cuando se jubile?

Me voy a quedar en Sevilla, en la casa sacerdotal llevando una vida discreta, de silencio, con más tiempo para rezar, pasear, leer; y para colaborar con mi sucesor en aquello que me pida. No obstante también me iré con mayor libertad a mi pueblo.

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