Diez años del arzobispo Asenjo en Sevilla
La prueba de su integración en la diócesis despuésde un arranque complejo es que se ha cumplido una década y su presencia en la sociedad sevillana se ve como un hecho natural
Sevilla/FUE el 17 de enero de 2009. Diez años ya. La Sevilla olvidadiza ha pasado por alto la efemérides. Don Juan José llegó en la Catedral pasadas las doce del mediodía. Entró por la Puerta de la Asunción como nuevo arzobispo coadjutor con derecho a sucesión. Oró ante el Santísimo y la Virgen de la Antigua. La Virgen de los Reyes lució un manto especial: el rojo de salida regalo de Isabel II. Asistieron tres cardenales: Antonio María Rouco Varela, Antonio Cañizares y Luis Martínez Sistach. Era la tercera vez que la Patrona era vestida con este manto con ocasión de una ceremonia especial. Las dos anteriores fueron con motivo de la llegada a Sevilla de monseñor Amigo y por la celebración de sus 25 años en la diócesis.
Esta semana se han cumplido diez años sin que nadie se haya acordado. Quizás la mejor prueba de su plena integración en la diócesis es que su presencia es aceptada con absoluta naturalidad. Asenjo es de los nuestros tras unos arranques difíciles. Ningún prelado ha desembarcado con plena calma en la diócesis. Ninguno. La historia de los arzobispos está marcada por unos procesos de adaptación complejos. Diez años después, monseñor Asenjo puede estar satisfecho con el grado de conocimiento, aceptación y afecto con el que es tratado. Está cumpliendo con los encargos específicos que le fueron encomendados: el seminario metropolitano, los programas de orientación familiar, la conservación de la Catedral, el sacramento de la penitencia, el mantenimiento del Palacio Arzobispal, la restauración de Santa Catalina, etcétera.
Sus opiniones sobre actualidad son tenidas en cuenta: el turismo excesivo en la ciudad, el vuelco político en Andalucía, la lucha contra la ideología de género, las grandes obras de infraestructuras pendientes en la Sevilla metropolitana, los conventos de clausura necesitados de reformas... Asenjo opina de todo, que para eso fue secretario general de la Conferencia Episcopal. Cómo no, ha tenido dificultades con las cofradías, a las que tuvo que reprochar un déficit de eclesialidad, pero se trata de rencillas ya superadas. A monseñor le quedan, como mínimo, dos años al frente de la diócesis. Sus ambiciones a estas alturas de la vida están colmadas. El Palacio Arzobispal es frío para cualquier ser humano por mucho que haya sido acondicionado.
Las cuentas están al día, que para eso hay un ejecutivo que fichado del sector privado con tal finalidad. La Catedral ha levantado el vuelo tras los años de crisis económica, cuando se perdieron visitantes y dinero. Las vocaciones poco a poco suben. El prelado ha abierto la mano con las coronaciones canónicas para dar alegrías al mundillo cofradiero. Si la primera procesión extraordinaria de la Patrona no salió como se esperaba, la del Gran Poder por el Año de la Misericordia fue un exitazo. Y se augura algo similar con la de 2020. La perspectiva que facilita el paso del tiempo permite ver que el arzobispo y su equipo han ido de menos a más. Con paciencia y aguante.
Como apasionado del arte le encanta enseñar el patrimonio del Palacio Arzobispal, que no deja de ser la casa del prelado, tal como a él le gusta referirse. De ahí su empeño en abrir el edificio a la visita. Y de ahí también las obras que por fases se están llevando a cabo para que el inmueble esté perfectamente conservado. Asenjo ha abierto hasta el comedor de gala del Arzobispado para sus encuentros con la sociedad civil.
Llegó a Sevilla hace diez años. Los más benévolos dijeron: “Habrá que ayudarlo”. Ha conocido tres alcaldes, varios gobiernos de la nación y el vuelco político andaluz. Ha culminado la inmatriculación de bienes de la Iglesia, al igual que hizo con su anterior destino en Córdoba. Ha acertado al apoyar que un tramo de Placentines, precisamente el del Palacio Arzobispal, reciba el nombre del cardenal Amigo. Eso se llama altura de miras, justicia y generosidad. Ese gesto engrandece a un arzobispo que, quizás mucho no lo sepan o no lo recuerden, está condecorado por el Gobierno de España por haber organizado la visita del Papa Juan Pablo II en mayo de 2003, la última que el pontífice polaco hizo a nuestra nación.
Sevilla ha pasado del recelo inicial a lo desconocido, marca de la casa, a querer que Asenjo presida funciones, bendiga casas, abra los cursos, presente libros y conceda audiencias. La historia no se repite, la historia es la misma. En el fondo, en estos diez años se ha logrado que Sevilla comprenda a su arzobispo, respete su estilo personal y aprecie sus virtudes. Y que el arzobispo entienda a una ciudad difícil, con la que no conviene tener mucha memoria, porque si se tiene nunca es posible la convivencia. Quizás la mejor versión de este sacerdote se vea cada lunes por la mañana, bien temprano, cuando para dar ejemplo acude a confesar a San Onofre, el que muchos conocen como el mejor templo de la diócesis.
La bendición de los animales
La Primitiva y Real Hermandad de la Divina Pastora y Santa Marina celebró el jueves la festividad de San Antón en la capilla de la calle Amparo. Allí se vieron, sobre todo, perros y gatos que fueron bendecidos como manda la tradición.
Iglesia del Salvador
¿Alguna vez se restaurará y pondrá en funcionamiento el órgano del templo? Es la única tarea que sigue pendiente después de la gran rehabilitación del templo. Era la gran ilusión de Juan Garrido Mesa. Hay en la diócesis que están interesados en que la obra salga adelante. ¿Por qué sigue varado el proyecto?
Merecido reconocimiento
El viernes se celebró un acto sencillo en el Palacio Arzobispal. El Cabildo Catedral distinguió a María Dolores Gálvez Pedraja, conocida como Lolina, y a Enriqueta López-Lozano Alonso de Caso por sus años de dedicación, trabajo y devoción hacia la Virgen de los Reyes, y su asociación de fieles. Lolina es costurera y camarera auxiliar de la Virgen junto a las Hermanas de la Cruz y a Enriqueta por su labor como archivera de la asociación. La medalla muestra en el anverso a la Patrona y en el reverso a San Fernando. Es una medalla de nueva creación.
Martes Santo
Dicen que el presidente está empeñado en que el Martes Santo vuelva a su recorrido natural. Sí, ese sentido por el cual el Cerro no entra en la Catedral y sale en dirección a la Campana, sino que llega a la Campana para dirigirse desde allí a la Catedral. ¿Se me entiende?Pues hace bien el presidente en mantener el criterio.
Sin marcha atrás
En el Ayuntamiento, debidamente consultados esta semana, tienen muy claro que el plan de cierre de los bares se mantendrá para la Madrugada. Ahora preocupa la coincidencia del fútbol y las cofradías, sobre todo en una jornada, la del Domingo de Ramos, que siempre, siempre, ha sido considerada la más complicada de la Semana Santa. La cantidad de público en el centro en la primera jornada es muy superior a la de la Madrugada. ¿Recuerdan un partido de la selección el Jueves Santo por la mañana en el Villamarín? ¿Y el de Uefa en el estadio del Sevilla un Jueves Santo? Eran otros tiempos.
El Lagarto de la Catedral:
"Mi querido y siempre inquieto, Fiscal. Don Juan José Asenjo estuvo en la jura del presidente Moreno. Protocolo le asignó un lugar en primera fila. Yel nuevo jefe del Gobierno andaluz lo saludó en el inicio del discurso. Por fortuna, en el Parlamento lo hicieron todo muy bien"
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