El Gran Poder irá a los barrios más pobres en 2020
La hermandad planea celebrar el IV centenario de la imagen con una nueva misión que acerque el Señor a sus devotos.
Llevar al Señor a las periferias. La Hermandad del Gran Poder planea conmemorar el IV centenario de la hechura del Señor del Gran Poder, que se celebrará en 2020, llevando la venerada imagen a algunos de los barrios más desfavorecidos de la ciudad. Así lo ha avanzado el hermano mayor de la corporación, Félix Ríos, en el último anuario de la hermanad, que desde ayer está en circulación.
La hermandad quiere conmemorar de este modo una efemérides tan importante para la ciudad como los 400 años de la realización del Señor por parte de Juan de Mesa. El Gran Poder es uno de los referentes devocionales más universales de la ciudad y como tal la idea, que debe tomar forma durante los próximos años, será la de llevarlo hasta sus devotos, trascendiendo el ámbito propio de la basílica. El precedente hay que buscarlo en las Misiones General de 1965, cuando las cofradías trasladaron a sus titulares a templos alejados del centro en andas. El Señor y la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso estuvieron en la Parroquia de Santa Teresa de Amate.
El hermano mayor explica en la carta titulada Ante el IV centenario del Señor, que esta conmemoración no puede quedarse sólo en “la conmemoración de un hecho”, por lo que invita a los hermanos a reflexionar sobre “lo que ha significado y significa” la devoción al Gran Poder “en la historia de la ciudad” y hace un llamamiento de cara al futuro. Ríos lamenta que la afición a las cofradías y la Semana Santa le está ganando cada vez más peso a la devoción y advierte del riesgo de convertirse “en meros figurantes”. “Afronta nuestra Semana Santa un proceso de gentrificación similar al que está experimentando la propia ciudad”, recalca. El hermano mayor asegura que las hermandades sólo serán creíbles en el siglo XXI “si llevamos en nuestras vida la señal de la Cruz, que es la señal del amor”.
En la misiva publicada en el anuario, Félix Ríos repasa el hito de la hermandad, al crear en 1953 la primera Bolsa de Caridad de las hermandades, y afirma que a esas carencias económicas hay que unir hoy “la carencia espiritual”. El hermano mayor se detienen en que Sevilla tienen el “duduso honor” de albergar siete de los quince barrios más pobres de España y, entre ellos, los tres primeros: Los Pajaritos, Amate y el Polígono Sur. “¿Debemos seguir consintiendo estar realidades en nuestra propia ciudad, sin rebelarnos? ¿Podemos seguir mirando indiferentes hacia otro lado?”, se pregunta.
En estos cuatro siglos, el templo donde ha habitado el Señor el Gran Poder -desde el Valle a su basílica propia- han sido centro de devoción y lugar de peregrinación y ahora, en el siglo XXI, la hermandad afronta otro reto: “En estos tiempos y en los que han de venir, nuestro reto ha de ser llevar ese templo, esa casa paterna, a los alejados, a aquellos a los que la vida pesa quizás demasiado para cargar con ella sin ayuda”. Ríos recuerda la más de 350.000 personas que se reunieron en torno al Señor en sus traslados por el Jubileo de la Misericordia y, situando al Señor como el primer gran misionero, concluye que si ha de celebrarse un nuevo jubileo, “ese no puede ser otro que esas periferias a las que debemos prestar, desde este mismo momento y en todos los aspectos, una atención preferente con un fuerte compromiso formativo, pastoral y asistencial”.
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