Andalucía

La heterodoxia del ortodoxo Juan Bravo

  • El titular de Hacienda imita a Valencia e incluye en las cuentas un fondo Covid fantasma que puede provocar un incumplimiento del déficit

Juan Bravo, consejero de Hacienda, en la tribuna del Parlamento.

Juan Bravo, consejero de Hacienda, en la tribuna del Parlamento. / M. J. López / EP

Cuando Juan Bravo habla sobre cómo, junto a su equipo, cuadra un presupuesto de más de 43.000 millones de euros –y ya van cuatro– hace símiles muy cotidianos. Compara a Andalucía con una familia y utiliza metáforas que un lego en la materia entiende con facilidad. Pero detrás de todo eso hay una convicción: las cuentas deben llegar ajustadas al 31 de diciembre por más presión que le transmitan los sindicatos, la oposición o sus compañeros del Gobierno. Por eso hay quien define a Juan Bravo como un perfecto contable, un defensor a ultranza de la ortodoxia incluso cuando no es obligatorio. Pero en 2022 la cosa puede cambiar. Por primera vez desde que es consejero de Hacienda ha puesto su firma a un proyecto de cuentas que contempla no sólo agotar el objetivo de déficit que indica el Ejecutivo central –el 0,6% del PIB–, sino que es posible que incumpla ese objetivo para poder hacer frente a parte del gasto derivado de la pandemia, unos 943 millones de euros según los cálculos del Gobierno de la Junta.

Esta cantidad no es casual. Se corresponde con el 40% del gasto dedicado por el Gobierno andaluz al Covid-19 este año. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) calcula que cuatro de cada diez euros dedicados a la lucha contra la pandemia se convertirá en estructural. Y ese es el argumento que utilizan en Hacienda para justificar la inclusión de esta partida que puede provocar que el Gobierno de PP y Cs se salte las indicaciones fiscales. En realidad el incumplimiento no es tal, puesto que las reglas fiscales están suspendidas por indicación de Bruselas. Lo que el Ministerio de Hacienda ha establecido es un dato de referencia, – el citado 0,6% del PIB– para que las comunidades puedan endeudarse.

Y aquí está la heterodoxia. Bravo y su equipo, con su espíritu de inspectores de Hacienda, nunca han querido superar el umbral marcado en Madrid. En 2019, cuando era un objetivo real, se quedaron por debajo del 0,4% del PIB. En 2020, pese al golpe de la pandemia, las cuentas cerraron en equilibrio financiero y el límite de endeudamiento era del 0,2% del PIB. En el curso vigente la cifra es del 1,1%, y en Hacienda aseguran que no lo agotarán. Con ese catálogo de buen comportamiento fiscal, Bravo y los suyos cree estar cargado de razones para plantear un 2022 con un déficit del 0,6% del PIB y hasta un 1% si el propio Gobierno central no lo remedia.

La tesis del Gobierno andaluz es que sigue existiendo un gasto Covid que el Ejecutivo central debe ayudar a sufragar. Se apoyan en el citado informe de la Airef, pero también en los proyectos de presupuestos autonómicos que se van conociendo, muchos de los cuales incluyen déficit mucho más abultados que el propuesto por Andalucía. Además, el equipo de Juan Bravo mira a Valencia. El Ejecutivo del socialista Ximo Puig es el mejor aliado del de Juanma Moreno en sus reclamaciones por la financiación autonómica y ahora ha servido como ejemplo, ya que el Gobierno valenciano incluye en sus presupuestos una partida con cargo al déficit para “reivindicar” su infrafinanciación. Fuentes de Hacienda aseguran que ambas maniobras no están relacionadas y, de hecho, lamentan que la ministra María Jesús Montero, durante el debate de los Presupuestos Generales del Estado, haya criticado la iniciativa del Gobierno andaluz, pero no la de sus compañeros valencianos.

A pesar de este nuevo choque, en Hacienda confían en que el Gobierno acabe por financiar parte de ese gasto derivado de la pandemia –sanitarios que siguen en plantilla, refuerzo de profesores– también en 2022, ya que es un problema que comparten muchas comunidades autónomas.Pero también confían en que su buen comportamiento fiscal en estos años tenga recompensa. Y si esto no ocurre, Andalucía incurrirá en un déficit superior al estipulado en 2022, algo que no gusta en la Consejería de Hacienda y Financiación Europea no sólo por su convicción de que es necesario cumplir las normas, sino porque creen a pies juntillas que es mejor ser austero y repartir el dinero que sobre, que prever un gasto abultado y acabar recortando a final de año.

La propuesta del PSOE se cifra en 843 millones

La negociación del Presupuesto de 2022 está en punto muerto, pero en el Gobierno todavía creen posible el acuedo con PSOE o Vox. Los socialistas, que en algunos momentos parecían estar cerca de un acuerdo con el Gobierno, no están en conversaciones, pero durante las pasadas semanas hubo un intercambio de documentos –no exento de polémicas– y propuestas. Fuentes conocedoras de la negociación han revelado que el montante que las peticiones que realizó el PSOE ascendían a 853 millones, inferior a ese fondo Covid de 943 millones que la Consejería de Hacienda y Financiación Europea ha incluido en el proyecto a la espera de que el Ejecutivo central sufrague esos fondos.

La cantidad no es pequeña, pero el mensaje que envían desde el Gobierno andaluz es que la mayoría de iniciativas planteadas por los socialistas están incluidas en el proyecto que se presentó el miércoles en el Palacio de San Telmo. Fuentes del Ejecutivo explican que el mandato del propio Juanma Moreno, presidente de la Junta, fue que Hacienda elaborase un proyecto de cuentas que incluyese las propuestas de los partidos para que todos pudieran sentirse “cómodos” y apoyar un texto que consideran crucial.

En el PSOE tienen una visión opuesta y aseguran que siguen “esperando” a que el Gobierno andaluz diga si acepta o no sus propuestas sobre el proyecto de presupuestos para el 2022. “La pelota sigue estando en el tejado de la Junta; somos un partido de gobierno y dialogante, y seguimos esperando al Gobierno porque es nuestra responsabilidad con los andaluces”, explicó ayer el diputado y portavoz de Economía de los socialistas, José Antonio Hidalgo. Sobre el proyecto de presupuestos dijo que son unas cuentas “irreales” elaboradas para “confrontar” con el Ejecutivo de la nación, con mención al citado fondo Covid de 943 millones.

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