Las iglesias de Sevilla recuperan sus cielos
El arzobispo bendecirá el jueves la restauración del coro alto de la Magdalena
San Antonio Abad, San Lorenzo o Santa María la Blanca han recuperado importantes pinturas
De la capilla del Dulce Nombre de Jesús a Santa María la Blanca. De San Antonio Abad a la Magdalena y San Lorenzo. Las iglesias de Sevilla están recuperando sus cielos. En los últimos años se ha desarrollado un importante esfuerzo para restaurar, y en algunos casos rescatar del olvido, las valiosas pinturas murales que decoraban los templos en época barroca. Gracias a esta iniciativa, impulsada por hermandades o por la propia Iglesia, los trabajos de artistas tan excepcionales como Domingo Martínez han vuelto a lucir en todo su esplendor. Los templos han recobrado la luminosidad y grandiosidad que estas obras aportan. Si la pandemia y la economía lo permite, está previsto que en los próximos años se rehabilite también un cojunto tan importante como el de la Capillita de San José. La Diputación Provincial también intervendrá en el refectorio de San Luis de los Franceses. Como algunas de las tareas pendientes quedan el coro de la iglesia de San Pedro de Alcántara, las yeserías de San Hermenegildo o los frescos de la Santa Caridad.
Hace apenas unas semanas concluía la intervención en el coro alto de parroquia de Santa María Magdalena. Han sido varios meses de trabajos en los paramentos verticales y en las bóvedas de la nave central y laterales para recuperar los valores estéticos de la decoración y adaptar este espacio privilegiado como zona expositiva. Los trabajos, financiados por la parroquia y el Arzobispado, han devuelto a este espacio, que cuenta con una decoración muy rica con pinturas murales, vidrieras, yeserías, dorados o elementos de madera, la luminosidad, la blancura y la intensidad de color en los elementos policromados.
El próximo jueves día 22, el arzobispo de Sevilla, monseñor Asenjo, bendecirá e inaugurará este espacio en el que se expondrán algunas de las mejores piezas atesoradas por la parroquia, salidas de las manos de autores tan destacados como Zurbarán, Pacheco, Gijón, o Lucas Valdés. La intención de la parroquia es que se pongan en marcha seguidamente una serie de visitas guiadas semanales a un precio de tres euros. Con lo que se recaude se podrán seguir acometiendo las intervenciones que demanda el templo, el tercero de la ciudad en importancia y con una categoría patrimonial excepcional. También se quieren empezar antes de que termine este año las visitas nocturnas, siempre adaptadas a los horarios de culto de la iglesia. Las llevaría a cabo una empresa que ya las desarrolla en otros espacios y permitirán descubrir los tesoros y la inmensidad de la Magdalena desde otra perspectiva.
San Antonio Abad
Las modas de la época o las epidemias que llevaron a encalar las paredes, han hecho que muchas de la decoraciones que lucían los templos durante la época barroca desaparecieran, fueran ocultados, o que, en el mejor de los casos, permanecieran a la vista pero en un estado de conservación bastante precario. En los últimos años ha habido un gran número de intervenciones que ha buscado, precisamente, rescatar del olvido estas obras. El ejemplo más claro por su resultado final es el de la Real Iglesia de San Antonio Abad. La Hermandad del Silencio culminó en 2019, tras siete años de intenso y laborioso trabajo la rehabilitación de la decoración del siglo XVII, ocultada en 1834. El resultado ha sido espectacular.
El desprendimiento de unos caliches en el verano de 2009 fue lo que deparó la aparición de unos vestigios de la antigua decoración, de la que se tenía conocimiento por fuentes documentales. Fue entonces cuando se pusieron manos a la obra para afrontar esta tarea ingente, que comenzó en 2012, y que ha requerido una gran esfuerzo económico, contando con la colaboración de la Real Maestranza de Caballería en alguna de las fases.
A pesar de los daños, el conjunto de las pinturas, realizadas por Domingo Martínez y Juan de Espinal, mantenía casi la totalidad de sus representaciones y la vivacidad en el colorido, gracias a que sólo estuvieron expuestas durante 90 años. Por ello, el humo y la contaminación no llegaron a cubrirlas ni ensuciarlas. La intervención fue deparando importantes sorpresas, como la aparición en el bajo coro de una excelente pintura: Las Tentaciones de San Antonio Abad.
Santa María la Blanca
Una iglesia que ha sido rehabilitada en su conjunto es la de Santa María la Blanca. Además de reparar los problemas estructurales del templo, conocido como el de las tres religiones, ya que ha sido mezquita, sinagoga e iglesia, se ha recuperado la valiosísima decoración barroca, probablemente diseñada por Murillo, y en la que participaron artistas de enorme talla, como el propio pintor, los hermanos Borja (yeserías), Pedro Roldán (vaciado y modelado de grandes figuras), o de Alonso Pérez (pinturas).
El templo de la Judería ha recuperado gracias a esta actuación su efecto tridimensional que atrapa al espectador. Los trabajos, tremendamente minuciosos, se realizaron en varias fases y contó con la ayuda económica del Ayuntamiento y la Junta de Andalucía.
Pulverulencia y suciedad acumulada, pérdida de dorado, desprendimientos, manchas de humedad, grietas, repintes... eran algunas de las afecciones que presentan las fantásticas yeserías y pinturas murales y que fueron subsanadas gracias al equipo multidisplinar formado por restauradores, historiadores , químicos o biólogos.
Capilla del Sagrario de San Lorenzo
El pasado 19 de junio se bendecía la restauración de la capilla Sacramental de la Parroquia de San Lorenzo. La recuperación integral de esta joya del patrimonio de la ciudad ha sido posible gracias a la Hermandad de la Soledad, que ha invertido 250.000 euros en una tarea que empezó en el año 2018 y que, como paso previo, supuso el tratamiento de los muros para atajar los graves problemas de humedad que tenían.
La capilla del Sagrario ha recobrado la imagen que tuvo hace 300 años, cuando Domingo Martínez y Gregorio de Espinal terminaban su decoración. Las pinturas murales, que se encontraban en un estado de conservación muy deficiente, principalmente por los efectos provocados durante años por la humedad, lucen hoy unos renovados brillos. La restauración ha mantenido el equilibrio entre las diferentes zonas pictóricas y le ha devuelto una lectura continua, con un criterio diferenciador, y el máximo respeto al original. El importante programa iconográfico que se desarrolla tiene como protaginistas a la Eucaristía y a la Virgen María, especialmente en el misterio de la Inmaculada Concepción. Supone una auténtica lección de teología.
Capilla del Dulce Nombre de Jesús
La capilla del Dulce Nombre de Jesús, sede canónica de la Hermandad de la Vera Cruz, fue remozada por completo entre los años 2015 y 2016. Este bello templo enclavado en el centro de la ciudad, que además cuenta con una historia apasionante, luce una imagen totalmente nueva tras esta restauración. Aunque también se actuó sobre la estructura, lo que más llamó la atención a los hermanos y a los devotos es la luminosidad que recobró la capilla por la intervención, fudamentalmente, en las pinturas murales.
Se dedicaron cuatro meses, más de siete mil horas de trabajo y empleado a 14 restauradores en los 340 metros cuadrados de pinturas de la capilla. Así se consiguió rescatar los valores de las pinturas murales para globalizar los de la arquitectura. En una primera fase, se realizó un limpieza en profundidad. A continuación, se consolidaron los estratos y se fijó la capa pictórica, muy afectada por la humedad. Por último, se procedió a la reintegración cromática que le ha devuelto todo el lustre. Aunque han sufrido diversas alteraciones durante su historia, los restauradores las identificaron como de principios del siglo XVII.
Las intervenciones pendientes
Aunque en los últimos años se han producido importantes recuperaciones artísticas, hay otros proyectos que aguardan el momento propicio para ser acometidos. Uno de ellos es el de la Capillita de San José, que cuenta con una espectacular decoración barroca. Tras la consolidación el año pasado de las pinturas para frenar su alarmante deterioro, el proyecto de intervención redactado por la empresa especializada Ágora, cuenta desde hace unos meses con el visto bueno de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico y con la licencia por parte de la Gerencia de Urbanismo. Mientras tanto, la comunidad de Capuchinos sigue buscando la financiación necesaria, para lo que se espera contar nuevamente con la ayuda del Ayuntamiento. El proyecto de conservación tiene un presupuesto de más de 600.000 euros. Todo el conjunto data del siglo XVIII y resultó gravemente afectado en un incendio ocurrido en 1931.
En la calle Cervantes se encuentra la iglesia de San Pedro de Alcántara, que formaba parte de un antiguo convento franciscano. El templo cuenta con unas magníficas pinturas barrocas que fueron analizadas en su día por el IAPH para una posible restauración. Especialmente mal se encuentra la del coro.
Patrimonio ha dado luz verde recientemente a la restauración de los restos de pintura conservados en el refectorio de San Luis de los Franceses. Aunque escasos teniendo en cuenta la totalidad de la superficie de los cinco tramos de bóveda del espacio, son suficientes para reconstruir fielmente la decoración pictórica que adornaba originalmente el techo de la sala, por lo que este proyecto persigue la conservación de los restos originales mediante, entre otras técnicas y actuaciones, la fijación de los levantamientos de pintura, la consolidación del pigmento en proceso de disgregación, la eliminación de restos de cal que oculten elementos originales, el sellado de grietas y la reintegración cromática original.
Pendientes de restaurar se encuentran las pinturas murales y yeserías de la iglesia de San Jorge de la Santa Caridad, que también fueron ideadas por Murillo. El sistema es prácticamente calcado al de Santa María la Blanca y se encuentran prácticamente intactas, salvo unos repintes muy groseros en la cúpula. Cuando se intervengan, se va a descubrir una iglesia totalmente diferente en volumetría, luz y color. La financiación también es el problema para poder llevarlo a cabo.
Cerrada desde hace años permanece la antigua iglesia de San Hermenegildo, en la plaza de la Concordia. Este templo interesantísimo con una cúpula elíptica, inspirado directamente en la Sala Capitular de la Catedral, cuenta con unas valiosas yeserías cuyo diseño se atribuye a Francisco Herrera El Viejo. Corren el riesgo de sufrir un daño irreparable si no se actúa pronto.
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