Estas son las imágenes que participarán en la gran procesión magna del Congreso de Hermandades de Sevilla 2024

Estas son las imágenes que participarán en la gran procesión magna del Congreso de Hermandades de Sevilla 2024 / D. S.

La madre de todas las procesiones magnas. Sevilla vivirá el próximo 8 de diciembre de 2024 un acontecimiento único e histórico que reunirá a algunas de las principales devociones de la ciudad y la provincia. La Virgen de los Reyes, patrona de la ciudad y su Archidiócesis, el Señor del Gran Poder, la Esperanza Macarena, la Esperanza de Triana, el Cristo del Cachorro, la Virgen de Valme, protectora de Dos Hermanas, la Virgen de Consolación, patrona de Utrera y la Virgen de Setefilla, patrona de Lora del Río formarán parte de la procesión con la que se clausurará el segundo Congreso Internacional de Hermandades y Religiosidad Popular. Así lo ha anunciado este lunes el arzobispo de Sevilla, monseñor Saiz Meneses, auténtico impulsor de esta celebración.

La esperada noticia se ha producido tras la conferencia del inicio del curso cofradiero. Justo al concluir, el arzobispo se ha dirigido a los hermanos mayores expectantes. "Ahora os anuncio una noticia", ha dicho, para leer a continuación el nombre de las ocho imágenes que la comisión ejecutiva del congreso ha decidido invitar a tan importante acontecimiento.

Las imágenes que participarán en la procesión magna. / D. S.

A las que ya se sabían de la capital: Virgen de los Reyes, Gran Poder, Macarena y Esperanza de Triana, se ha sumado el Cristo de la Expiración, el Cachorro, imagen que también podría ser protagonista en Roma del Jubileo de las hermandades en 2025, como viene publicando este periódico. En cuanto a la elección de las imágenes de la provincia tampoco ha habido sorpresas: Consolación de Utrera, Valme de Dos Hermanas y Setefilla de Lora del Río son algunas de las devociones más populares y el año próximo recorrerán las calles de la ciudad de manera inédita.

El Señor del Gran Poder, el Cachorro, la Macarena y la Esperanza de Triana. / D. S.

Las imágenes participantes se reunirían en la Catedral para la gran ceremonia de clausura del congreso. Antes o después sería la procesión magna que discurriría entre la Catedral y el Ayuntamiento, aunque queda más de un año por delante para perfilar todos los detalles, que son muchos.

La Virgen de los Reyes, Setefilla, Consolación y Valme. / M. G.

En Sevilla se trabaja para cerrar el congreso más allá de la procesión magna. Las conferencias y simposios se celebrarán en la Catedral y se traerá a ponentes internacionales de primer nivel para huir de la saturación local y dar una aire renovado a la cita. Como actos culturales habrá varias exposiciones en la Fundación Cajasol y en otros espacios como el Archivo de Indias o el Convento de Santa Clara.

Hasta ahora el Arzobispado de Sevilla había sido muy reacio a organizar procesiones magnas, como sí ha sucedido en muchas localidades de Andalucía y del resto de España. Las reticencias se rompieron con la autorización para celebrar el Santo Entierro Magno en la pasada Semana Santa. Este importante congreso internacional, al que se ha invitado al Papa, es la ocasión perfecta para una procesión de este calibre que atraerá a decenas de miles de fieles.

Faros de la Nueva Evangelización

El arzobispo, monseñor Saiz, con el presidente del Consejo, Francisco Vélez. / Juan Carlos Muñoz

En el marco del inicio del curso cofradiero del Consejo de Cofradías, el arzobispo ha pronunciado la conferencia Piedad popular: llamados a la santidad y la evangelización. En ella ha ofrecido una serie de orientaciones para que las hermandades puedan potenciar su fuerza evangelizadora y, al mismo tiempo, favorezcan la purificación de sus cofrades.

"La piedad popular, cuando es genuina, tiene como fuente la fe, vivida con autenticidad y coherencia, porque carecería de sentido profesar con los labios el Credo y vivir de manera contraria a la fe y moral de la Iglesia", ha empezado diciendo el prelado. Monseñor Saiz ha insistido en la importancia de la liturgia, especialmente con la participación en la misa dominical, el compromiso con la caridad y la oración.

Profundizando en la materia, el arzobispo sevillano ha enfatizado en el importante papel que juega la piedad popular, las hermandades, en la nueva evangelización. Ha ensalzado la invitación del Papa Francisco para celebrar el Jubileo de 2025 y las ha animado a recorrer el camino de "evangelicidad", de la "eclesialidad", y la "misionaridad".

Antes de adentrarse en estos conceptos, monseñor Saiz ha argumentado que la principal preocupación de las juntas de gobierno ha de ser "llevar el Evangelio a todos sus miembros". Las hermandades y cofradías han de ser "escuelas de vida cristiana" y, por ello, ha instado a crear la diputación o vocalía de iniciación cristiana: "Se entiende así, que solo pueden formar parte de una junta de gobierno quienes hayan completado su iniciación, habiendo recibido los sacramentos del Bautismo, Confirmación y Eucaristía, junto con el hábito de la Confesión sacramental".

Otra tarea que las hermandades pueden aportar en la misión evangelizadora, según ha abundado Saiz, es ser refugios de misericordia y portadoras de esperanza. "También las hermandades son evangelizadoras por el camino de la belleza, con la veneración de las imágenes -sabiendo que no se veneran por ellas mismas, sino por lo que representan- y las procesiones, que han de cuidarse para que sean auténticas manifestaciones de fe".

Tres líneas fundamentales: "evangelicidad", "eclesialidad" y "misionaridad"

Un momento de la coferencia. / Juan Carlos Muñoz

Estas son las últimas orientaciones de Francisco para las hermandades, tres conceptos, tres camino a recorrer, que monseñor Saiz ha explicado con detalle a los hermanos mayores.

En primer lugar, la "evangelicidad" exhorta a cultivar la centralidad de Cristo a través de una vida espiritual intensa, fervorosa, y del compromiso concreto de la caridad. "El cofrade del siglo XXI ha de tener una profunda espiritualidad. Ha de distinguirse por una vida de oración intensa, que se alimenta fundamentalmente de la Palabra de Dios y de los sacramentos". Saiz ha espetado a desarrollar la oración intensa y participar en la liturgia. También ha referido a la importancia de María, como ejemplo en la camino a la fe; y en los santos, por su seguimiento a Cristo. En este punto, el arzobispo ha llamado a los cofrades a ser humildes.

Con la llamada a la "eclesialidad", monseñor Saiz ha incidido en el que Papa propone a las hermandades "que recuperen su experiencia de sinodalidad y la plasmen en proyectos comunitarios de formación, discernimiento y deliberación, en contacto vivo con la Iglesia local, con los obispos y las diócesis".

Saiz ha advertido que no se puede vivir la fe de manera individual ni se puede concebir la vida de una hermandad que se mantiene desvinculada de la Iglesia o mantiene una relación deficiente: "Los miembros de las hermandades han de tener conciencia clara de su pertenencia a la Iglesia, han de amar y defender a la Iglesia con pasión de hijos, y han de recorrer su camino de vida cristiana desde la unión inseparable a Cristo y a la Iglesia".

El arzobispo también ha prevenido sobre el creciente relativismo al que hay que responder con una sólida formación. "Por eso el cofrade, además de ser competente en su ámbito profesional, ha de alcanzar una formación integral y una síntesis entre fe, cultura y vida".

Caminar anunciando el Evangelio

"El cofrade del siglo XXI ha de tener una espiritualidad profunda y una formación sólida, y no vivir pasivamente su vida de fe, sino proyectarla a través de la acción, de la acción evangelizadora, actuando como lo que es, un hijo de Dios llamado a la santidad y al apostolado", ha aleccionado monseñor Saiz.

El compromiso con la acción evangelizadora es fundamental, como ha recordado el arzobispo, en los tiempos actuales. "El cofrade se ha de convertir en mensajero de alegría", ha espetado monseñor Saiz, que ha concluido aseverando que la vocación de santidad es el gran desafío de la piedad popular.

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