"Sigo creyendo que musicalmente la Sinfónica y yo vamos a llegar muy lejos"
John Axelrod, director artístico de la ROSS
Cierra el curso con un sabor agridulce tras su renuncia, el martes, al cargo de consejero delegado de la orquesta. En mayo de 2019 se decidirá su futuro en Sevilla
Sevilla/John Axelrod recibe a Diario de Sevilla en su camerino tras dimitir como consejero delegado esta semana. La conversación se desarrolla en inglés. Muy cerca, su esposa Anastasia está amamantando a su hijo Max. Ambos, según aseguró el martes en su carta de renuncia, han sido esenciales en su decisión.
-¿Fue invitado a dejar el cargo o dimitió por propia voluntad? Y en ese segundo caso, ¿cuándo tomó la decisión y por qué?
-Tomé la decisión tras meditarlo con mi familia la semana después de presentar la nueva temporada. El nacimiento de mi hijo el 25 de mayo, pero también el comprender que era imposible garantizar en las actuales circunstancias tanto las aportaciones públicas como la unidad interna de mi equipo, me llevaron a dar ese paso.
-¿Sigue manteniendo el apoyo de los músicos de la orquesta?
-Soy amigo de la mayoría de los músicos incluyendo a muchos miembros del comité de empresa. Compartimos cervezas antes de que yo fuera consejero delegado y estoy seguro de que lo volveremos a hacer ahora que he renunciado al cargo. Como expliqué en mi carta, comprendo que era difícil para ellos percibirme a la vez como su director artístico y su gerente. Sigo creyendo que musicalmente vamos a llegar muy lejos juntos.
-Mucha gente ha suspirado aliviada al saberle fuera del consejo de administración.
-Todo el mundo me ha dicho que ha sido lo mejor. Insisto, es totalmente falso que el consejo me abocara a renunciar. Desde julio de 2017 intentamos negociar un contrato con el teatro y el consejo de administración incluso nos había pedido un borrador ya en febrero del año pasado. Sin embargo, no hubo negociación ni intervención pese a mis esfuerzos. Creo entender por qué. El Maestranza no puede garantizar las condiciones y demandas de la ROSS si está también en déficit. Lo que hace falta es un nuevo modelo de gerencia para ambas instituciones que pueda proporcionar mejores condiciones e incrementar los ingresos y la productividad. Tengo confianza plena en los representantes de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento (Antonio Lucas, Isabel Ojeda y Antonio Muñoz), con los que me reuní muchas veces; creo que son conscientes de la situación y quizá mi decisión de renunciar les haya dado más perspectiva sobre el modelo de gerencia que hace falta. Como he dicho muchas veces: si hubiéramos sabido antes lo que sabemos ahora...
-El PP ha lamentado que su marcha confirma que fue una mala decisión nombrarle y que se ha perdido un año.
-He visto los comentarios de su representante, Mar Sánchez Estrella, y creo que muchos lectores lo interpretan, al igual que yo, como una mera pose política y nada más. Me alegra que ella exprese su preocupación por la ROSS. Puede que sea resultado de su abstención al votarse mi cargo como consejero delegado pero no la he visto por la ROSS en todo el año, ni en la Gala en el Alfonso XIII, ni en los conciertos de abono, ni en el acto de mecenazgo ni en la presentación de la temporada. Celebro su nuevo interés por la orquesta pero su afirmación sobre mi falta de cualificación para el cargo no tiene base real. Yo estaba y estoy capacitado para ser consejero delegado. Sólo necesitaba un apoyo político mayor. Déjeme añadir que un artista, actor o músico puede convertirse en un gran político y la historia está llena de ejemplos.Pero rara vez encontrará un político que llegue a ser un gran músico.
-Usted no es una persona diplomática sino más bien todo lo contrario. Puede ser bastante rudo llegado el momento. Y ha creado conflictos con varios sectores, no sólo el comité de empresa. ¿No cree que debió tener en cuenta su perfil, más beligerante, al aceptar responsabilidades administrativas?
-Soy un músico y no un político. Soy una persona clara. Pido perdón por ser demasiado franco a veces. Pero creo que la diplomacia es algo que sucede entre dos partes y me gustaría poder también expresar mi frustración, como lo hacen los críticos, cuando veo que los resultados de nuestros esfuerzos y nuestra incuestionable calidad no son bien valorados ni ponderados. Pero insisto, no soy un político. Y esa percepción de mí como persona problemática con los músicos la tiene sólo el comité de empresa. Por cierto, acepté el puesto de consejero delegado, por el que no he recibido salario ni contraprestación económica, porque el comité me lo pidió y porque así creía poder mejorar la calidad y el funcionamiento de la orquesta. Pero no puedo cambiar todos los problemas estructurales que tiene la ROSS. Eso sí, asumí el reto y me alegro de haberlo hecho. Lo dejo porque ya no es saludable para mí, para mi familia y para la organización. En cuanto al comité, en mi tierra tenemos un dicho: you’ve made your bed, now lie in it. O sea, que uno tiene que asumir los resultados incómodos de algo que ha provocado.
-¿Le gustaría que Antonio Garde, actual director general del Maestranza, fuera también su sucesor como consejero delegado de la ROSS?
-La mayoría de los teatros europeos operan con un director general o bajo ese paraguas, así que es probable que se opte por esa fórmula. Quiero centrarme en la música y no meterme en más batallas administrativas. Aspiro a seguir disfrutando haciendo música con toda la orquesta, incluido su comité. Añadiré que me gusta Antonio Garde y que creo que tiene una tarea difícil. No estoy seguro de que él quisiera asumir la gerencia también de la orquesta pero me encantaría sentarme con él en el mismo lado de la mesa.
-¿No cree que, al cambiar con apenas cuatro días de antelación el podio de la ROSS para ser suplente al frente de la Orquesta de la Radio de Baviera, ha lanzado un mensaje de escaso aprecio al público sevillano que adquirió entradas para verle?
-No se me ha informado de ninguna reclamación del importe de la entrada. Mi relación con el público es parte crucial del proceso. Me encantaría reunirme con quien se haya sentido defraudado por mi sustitución en el podio, creo que apreciaría esa atención personal. Fui totalmente sincero. Podía haber dicho que estaba enfermo, buscar un sustituto y mejorar inesperadamente el lunes para dirigir en cualquier otra parte. Pero la noche del sábado no había nadie del consejo de administración a quien pudiera consultar pese a mis intentos de contactar con mi equipo. Mi mánager general y el alemán tenían que tomar una decisión en una hora y tomé la que pensé que beneficiaba también a la ROSS. Es un honor que te invite pero creo que el hecho de dirigir a la Orquesta de la Radio de Baviera, una de las mejores del mundo, no sólo debe servir para reflexionar sobre el nivel que la ROSS y yo hemos logrado juntos sino también para promocionar nuestra gira por Alemania de 2019. No hubo conflicto de intereses ni agenda personal. Tomé la decisión con la autoridad legal que me confería ser gerente y director artístico y pensando en lo mejor para la ROSS. Busqué a una sustituta que triunfó con nuestros músicos, solistas y público, y además ahorré dinero a la orquesta. En mi país esto se llama un win win (ganamos todos). Cualquier otra polémica sería incorrecta. Si me equivoqué, será una lección que he aprendido pero es bastante superfluo ahora que el concierto ha pasado y que he dimitido como consejero delegado.
-Algunos abonados se quejan de que programa en exceso música americana y de que Bernstein no les entusiasma comparado, pongamos por caso, con Shostakóvich.
-Qué raro, sólo he visto reacciones positivas. En el futuro no habrá mucha música americana pero nuestra celebración del Año Bernstein ha resonado fuera de Sevilla, ha sido aplaudida por la familia del compositor y se ha visto reconocida en las publicaciones oficiales del centenario. Me alegro de que a los abonados les gustara Shostakóvich. Probablemente lo tocaremos más. Y esos abonados pueden esperar más música rusa, como Chaikovski y Rachmaninov, en la próxima temporada.
-En su carta de dimisión afirmaba que se pensaría si renovar en mayo de 2019 su puesto como director artístico. ¿No ve claro su futuro en Sevilla?
-Estoy seguro de que el consejo de administración consultará a los músicos cuando llegue ese momento. Si me piden que continúe y tanto las condiciones como nuestra colaboración garantizan que podremos mantener la calidad que ofrecemos ahora, me enorgullecerá seguir contribuyendo a la vida cultural de Sevilla y Andalucía. Si los músicos dicen que no, eso implicará ya la respuesta, ¿no? Hacen falta dos para bailar un tango. Si las instituciones apoyan a la orquesta y no ponen en riesgo su estabilidad no veo razones para no seguir.
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