Lenny regresa a la ciudad
música
La ROSS inicia mañana su homenaje a Bernstein, un ciclo con el que Sevilla será, para Axelrod, el "epicentro" del centenario del compositor y director
Sevilla/A principios de la década de los 80, John Axelrod era apenas un adolescente que estudiaba música pero aún no percibía cuál sería su futuro. Sobre su destino se pronunciaría su maestro, el consagrado Leonard Bernstein, que auguró que sería director de orquesta porque había observado que a aquel muchacho le gustaba relacionarse con la gente. "Los músicos tocan los instrumentos, y los directores hacen música con las personas", sostenía el veterano. Axelrod, recuerda, no quiso hacer caso a aquella premonición, pero más de una década más tarde, cuando trabajaba en la industria del vino en Napa Valley, contemplaba la noche estrellada y tuvo una "epifanía". El texano decidió volcarse en aquella vocación que hasta entonces había aplazado. "Tardé doce años en verlo", reconoce. Aquella jornada se estremeció con una pieza de Wagner, no de Bernstein, el preludio de Tristán e Isolda, pero la obra y los consejos de su mentor, fallecido en 1990, nunca le abandonarían.
Axelrod, que ya escribió un libro sobre la obra de su profesor, Lenny and Me: On Conducting Bernstein (Lenny y yo: Sobre dirigir a Bernstein), se suma estos días a la celebración del centenario del compositor y director de orquesta -nacido en Lawrence, Massachusetts, en 1918- con la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, con la que convertirá la capital hispalense en el "epicentro" de la efeméride. "No hay otra orquesta, desde luego no en Europa y posiblemente tampoco en el mundo, que vaya a hacer un programa tan detallado como el que nosotros le dedicamos", afirma sobre el ciclo -que arranca mañana y el viernes- el director artístico de la ROSS, que se inspiró para el lema de la orquesta en esta temporada, La alegría de la música, precisamente en un libro homónimo de Bernstein.
Un tributo que supone el regreso simbólico a Sevilla de un compositor que sólo estuvo en la ciudad "en espíritu". Como apuntan los historiadores de cine Ángel Justo y Lucía Pérez, su obra sonó allá por el año 1968 en una cita organizada por Juventudes Musicales en la Escuela de Estudios Hispanoamericanos y de manera póstuma, en 1991, en los Encuentros de Música de Cine. Unos años antes, en 1984, en un almuerzo en La Moncloa, se gestó una visita del maestro a la ciudad que no se materializó. "Felipe González le propuso oír flamenco de verdad, para lo que tenía que venir a Sevilla. Pero por problemas de agenda o tal vez de salud aquello no se llegó a concretar", asegura Justo.
Pese a que Bernstein sólo compuso una banda sonora original para cine, la de La ley del silencio de Elia Kazan -la partitura de la película West Side Story es, en realidad, una adaptación de su música para la producción teatral: ni siquiera estuvo entre los candidatos al Oscar por este filme-, los especialistas destacan la relevancia que tuvo para el séptimo arte junto a otro Bernstein, Elmer, o Alex North. "No fue la actividad que más desarrolló, pero su aportación al cine fue importante, cuando los compositores norteamericanos buscaban un registro lejos de la tradición europea. Fue uno de los pioneros en introducir jazz como música incidental", argumenta Pérez.
No obstante, la faceta de Bernstein en la que se hizo más hincapié ayer fue la de educador. Durante años, entre finales de los 50 y principios de los 70, el músico protagonizó, con su característica gestualidad, una serie de Conciertos para jóvenes que eran televisados y lograban una enorme audiencia. "Era impresionante su capacidad para transmitir al público, a sus alumnos, pero también a los músicos profesionales", sostiene Justo.
El homenaje que la ROSS dedica a Bernstein -y que tendrá una cita más en octubre, la fecha de su muerte, cuando se interprete la Sinfonía nº3 Kaddish- empieza mañana y el viernes con Filosofía de Lenny, un repertorio que incluye la Serenata que compuso Bernstein basada en El banquete de Platón, la Sinfonía nº22 El filósofo de Haydn y la obertura de Las ruinas de Atenas de Beethoven. El concierto contará con el violinista Daniel Hope, un intérprete en el que Axelrod ve paralelismos con su maestro. "Lenny fue polémico porque se le daba bien todo. En la vida se te etiqueta: si eres español, por ejemplo, tu registro es la música española, y Bernstein demostró que no tenía que ser así. Hope es violinista, productor, filántropo... Otro hombre del Renacuimiento".
A lo largo del curso, en diferentes programas que combinan también piezas de otros compositores y donde no faltarán sus creaciones más emblemáticas -las Danzas sinfónicas de West Side Story o fragmentos de On The Town (Un día en Nueva York)-, la ROSS perfilará un completo retrato de Leonard Bernstein. Así, se analizarán cuestiones como "la convivencia en su obra de la música popular con la más seria" gracias a Tres Meditaciones de la Misa (25 y 26 de enero), la "constante búsqueda de la espiritualidad" del maestro a través de su sinfonía Jeremías (8 y 9 de marzo) o su cara "más política" con composiciones como Halil, dedicada al flautista Yadin Tanenbaum, asesinado durante la guerra del Yom Kippur (7 y 8 de junio).
Una de las fechas señaladas en la celebración del centenario del músico será The Bernstein Beat (28 de abril), un concierto educativo que contará con la presencia de su hija Jamie y en el que participarán jóvenes intérpretes del Conservatorio de Sevilla y de la Fundación Barenboim-Said. Una cita para todas las edades que ilustra el enfoque con el que se idea el ciclo, el de "traer a las familias, a los amigos, que descubran el impacto de la obra de Bernstein".
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