En la XI legislatura del Parlamento de Andalucía se han aprobado 31 declaraciones institucionales, según figura en la web de la Cámara. Ocho para defender las bondades de las provincias andaluzas, una por territorio. Muchas sobre apoyo a personas que sufren males que van desde la esclerosis lateral amiotrófica hasta el síndrome de asperger. Incluso hubo un intento de sacar adelante un texto sobre el Sevilla FC que no fue aprobado. Pero en la treintena de iniciativas que se han aprobado y leído en el Pleno por parte de la presidenta de la Cámara, Marta Bosquet, no hay ninguna relacionada con la igualdad de género o la diversidad sexual, como sí había ocurrido en legislaturas anteriores.

Esto es así porque las declaraciones institucionales deben llevar el aval de todos los grupos parlamentarios y Vox, desde su entrada en el Parlamento andaluz, ha dejado claro que ese tipo de políticas son consecuencia directa de la "ideología de género" y que celebraciones como el 8 de marzo son una "farsa feminista" que sirve para "colectivizar a las mujeres". Así lo explicó la diputada Ángela Mulas, portavoz de la formación de Santiago Abascal en la Comisión de Igualdad. Por eso era de esperar que en este 2022 tampoco hubiera declaracion institucional por el Día Internacional de la Mujer.

El precedente más cercano fue el pasado 25 de noviembre, cuando se celebra el día de lucha contra la violencia machista. En Vox aseguran reconocer la violencia que se da sobre las mujeres, pero consideran que el consenso del resto de fuerzas en la conmemoración del 25-N deja fuera a otras víctimas de violencia, como los niños o las personas mayores. La solución que encontraron PSOE, PP, Ciudadanos y Unidas Podemos, además de los diputados no adscritos que fueron expulsados de Adelante, fue leer un manifiesto en la puerta del salón de plenos. La imagen fue muy llamativa. Todos los parlamentarios, salvo los 11 de Vox, salieron para la lectura del texto mientras Manuel Gavira y sus compañeros de filas aguardaban en el Pleno. 

Lo más lógico era que esta imagen se repitiera. Pero Unidas Podemos elaboró un texto y, junto al PSOE, propusieron a la presidenta de la Cámara una fórmula que no exigiera a la inmensa mayoría de diputados mostrar su apoyo a las mujeres por el 8-M fuera del plenario. PP y Ciudadanos se sumaron a la idea, que exigía la suspensión temporal del Pleno para la lectura de un manifiesto con hechuras de declaración institucional pero que, según el reglamento, no podía tener esa consideración. La sorpresa de los socialistas y los izquierdistas llegó cuando recibieron una convocatoria a medios en la puerta del salón de plenos para la lectura del manifiesto del 8 de marzo.

Incluso la consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, pensaba que el acto iba a celebrarse dentro de los muros renacentistas de la antigua iglesia del Hospital de las Cinco Llagas, pero los trabajadores del legislativo andaluz ya habían montado el atril, habían conectado los cables para permitir tomas de sonido a los medios y había cámaras esperando la salida de los diputados. La sorpresa llegó cuando, tras las primeras votaciones del día, Marta Bosquet suspendió el Pleno y se dispuso a leer el texto pactado por todos los diputados salvo Vox. Los 11 parlamentarios de la formación de Santiago Abascal, con cara de desconcierto, fueron abandonando sus escaños salvo dos, Benito Morillo y Rafael Segovia, que esperaron en sus asientos a que acabase el acto mientras sus compañeros conversaban en el patio de la Cámara.