Una intervención de choque para frenar el deterioro de las yeserías del Alcázar

Los restauradores fijan las piezas con peligro de desprendimiento.

La recopilación de datos y el mapa de daños será vital para la futura actuación integral.

La restauración de las yeserías del Alcázar, en imágenes / Antonio Pizarro

Una intervención pura de consolidación. El Real Alcázar ha comenzado esta semana una actuación de urgencia para garantizar la seguridad de las yeserías del Palacio Mudéjar, o de Pedro I. Los laboriosos trabajos, que tendrán una duración de seis meses, se centran en consolidar los diferentes elementos para evitar desprendimientos. Además, se está levantando una completa planimetría, con la identificación de los daños, para una futura restauración integral de este conjunto decorativo cuya cronología abarca desde el siglo XIV, cuando se comienza a construir el palacio, hasta el siglo XX.

Las yeserías son uno de los elementos más característicos del Palacio Mudéjar, que a su vez es el más espectacular, precisamente por esta decoración, del Real Alcázar. Desde la época de Rafael Manzano no se intervenían, aunque nunca se había actuado de manera integral y científica, como se está haciendo ahora. Así lo explica Rocío Campos, una de las responsables de los trabajos: "Nunca se habían tocado con un sentido de análisis y conocimiento. Para abordar una futura restauración es imprescindible primero saber qué se tiene que hacer y ese es uno de nuestros objetivos ahora". El otro, fundamental, es asegurar los elementos que corren riesgo de desprenderse por su mal estado.

Una de las grietas estructurales que afectan a las yeserías.
Una de las grietas estructurales que afectan a las yeserías. / Antonio Pizarro

La intervención de urgencia abarca todas las estancias del Palacio Mudéjar. Los restauradores ya han actuado en la Sala de los Infantes. Actualmente se encuentran trabajando en el Patio de las Doncellas, uno de los espacios más icónicos del recinto. Posteriormente, se adentrarán en el Salón de Embajadores, Salón de Toledanos, el Salón de Sevillanos, el Patio de las Muñecas, el Salón del Techo de Felipe II, la Cámara Regia, la Sala del Techo de los Reyes Católicos, el Cuarto del Príncipe, o la Sala de los Pasos Perdidos.

Puntos blancos dejados por las tachuelas que faltan.
Puntos blancos dejados por las tachuelas que faltan. / Antonio Pizarro

El Patio de las Doncellas es el espacio más complejo al que se enfrentan los restauradores por sus características constructivas, que ofrece dificultades a la hora de montar los andamios. En cualquier caso, los trabajos se están haciendo por zonas para no cerrar ninguna de las estancias completamente a las visita.

Trabajos de consolidación de las piezas.
Trabajos de consolidación de las piezas. / Antonio Pizarro

También son las yeserías del Patio de las Doncellas las que están en peor estado, como resalta Jesús Serrano, uno de los restauradores: "Están a la intemperie, por lo que le afecta la lluvia o el sol". Otras salas, como Embajadores, Toledanos o Sevillanos tienen grietas estructurales. Además, el otro gran problema es que muchas piezas están sujetas con piezas metálicas que se han oxidado: "Las fijaciones a los muros las estamos haciendo con varillas de fibra de vidrio".

Trabajos de limpieza.
Trabajos de limpieza. / Antonio Pizarro

Los restauradores, cuya labor acaba de empezar, no se están encontrando con ninguna afección imprevista. "Los problemas estructurales hacen que surjan fisuras y que las piezas se desprendan. Se disgrega el yeso y las tachuelas se caen, por ejemplo". Con todos los datos obtenidos están levantado un mapa de daños sobre los planos de Almagro. "A la hora de hacer la restauración habrá mucho avanzado". Otras afecciones identificadas son la pérdida de piezas, los desgastes, separaciones, oquedades, manchas, cambios de tonalidad y ennegrecimiento.

Fijación de elementos y sellado de grietas.
Fijación de elementos y sellado de grietas. / Antonio Pizarro

Las yeserías comenzaron a colocarse en el siglo XIV (con Pedro I), siguieron en los siglos XVI y XVII, en el XIX y durante la pasada centuria. Según establece la legislación de Patrimonio Histórico de España y Andalucía, todas los elementos existentes se consideran "adiciones históricas". En una de las esquinas del Patio de las Doncellas se puede leer la fecha de 1569 y el nombre de Francisco Martínez como autor de parte de la decoración. Las más antiguas, según Maldonado, son las de las puertas.

Los trabajos se desarrollan actualmente en el Patio de las Doncellas.
Los trabajos se desarrollan actualmente en el Patio de las Doncellas. / Antonio Pizarro

En cuanto a la técnica, hay tres tipos de yeserías. Las realizadas "al fresco": labradas directamente sobre una gran masa de yeso, que suelen datar del XIV. Las de placa y las de moldes prefabricados cuyos motivos se van repitiendo. Los restauradores insisten en que el conjunto conserva muchísimo original.

Isabel Rodríguez, Manuel del Valle, Rocío Campos, Antonio Muñoz y Jesús Serrano en el Patio de las Doncellas.
Isabel Rodríguez, Manuel del Valle, Rocío Campos, Antonio Muñoz y Jesús Serrano en el Patio de las Doncellas. / Antonio Pizarro

El delegado municipal de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz, que visitó esta semana los trabajos junto a la directora del monumento, Isabel Rodríguez; y el alcaide, Manuel del Valle, explicó a este periódico la relevancia de esta primera intervención sobre las yeserías: "Era evidente que estaban demandando un diagnóstico y una intervención urgente. Tenemos otros proyectos de restauración preparados sólo a la espera de que haya presupuestos, como los de los azulejos de los Palacios Gótico y Mudéjar, el Estanque de Mercurio o el Cenador de Carlos V. Habrá partidas en los presupuestos de 2020".

La intervención en las yeserías tiene también un carácter divulgativo, pues durante su ejecución se permite a los visitantes contemplar su evolución.

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