La rehabilitación del estanque de Mercurio

Real Alcázar

La intervención, pendiente de la aprobación de Patrimonio, pretende recuperar el funcionamiento de los chorros perimetrales.

El Estanque de Mercurio, escenario de 'Juego de Tronos'.
El Estanque de Mercurio, escenario de 'Juego de Tronos'. / Belén Vargas

Descomposición del mármol, costra formada por bacterias y hongos, pérdidas de volumen, oxidación y corrosión de los elementos metálicos, pérdida de sobredorado del bronce o un funcionamiento limitado del sistema hidráulico. El Real Alcázar va a acometer una restauración integral del estanque de Mercurio, uno de sus espacios más populares y fotografiados, para subsanar estos y otros importantes problemas. La actuación abarcará todos los elementos de la fuente, desde el estanque al grupo escultórico que lo preside, realizado por el escultor Diego Pesquera y el fundidor Bartolomé Morel (1576), autores también de la balaustrada. El presupuesto estimado para estos trabajos, que todavía deben pasar el filtro de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico, asciende a 200.000 euros.

La exposición a los agentes ambientales es el factor que resume las causas de alteración y deterioro de este conjunto, reconocible en todo el mundo gracias a la serie Juego de Tronos. El propio aire, la lluvia, la humedad ambiental y los cambios estacionales repercuten sobre los distintos materiales, que reaccionan químicamente para adaptarse a las condiciones que los rodean. A ellos hay que añadir la contaminación atmosférica y la lluvia ácida.

En el caso de la piedra estos factores producen meteorización, lavado, erosión y, en último lugar, la disolución del material. Los elementos metálicos tienden, por su parte, a degradarse mediante procesos de oxidación, corrosión y mineralización. Entre los factores medioambientales se encuentra también la importante incidencia de las deyecciones de la avifauna con su aporte de ácidos añadido a los procesos químicos desencadenados en primer lugar por la presencia de agua.

El surtidor central del estanque.
El surtidor central del estanque. / Belén Vargas

Todas estas causas se encuentran en el origen del deterioro del estanque de Mercurio, pero existen otros factores de que son los intrínsecos a su propia naturaleza: los derivados de las propias funciones como fuente y estanque, como gran contenedor y distribuidor de agua, con la incidencia añadida de los aportes biológicos y bacterianos de una gran colonia de peces. Las intervenciones del hombre y la exposición al público también han contribuido de manera importante a la degradación del conjunto.

La propuesta para la conservación y restauración del estanque, como recoge el proyecto, cuenta con una doble intención. Primero, solventar los problemas que afectan a los materiales constitutivos; y segundo, recuperar el funcionamiento original y el sistema de chorrillos perimetrales, actualmente perdido en parte y suplementado con la incorporación de otros sistemas hidráulicos.

“Conocemos ya por el trabajo de Alfonso Pleguezuelo que el juego de agua era en origen mucho más sofisticado. Nos habla el autor de la memoria histórica que incluye este proyecto de otras esculturas de mármol que acompañaban al surtidor central y funcionaban igualmente como emisores de agua”. Estos elementos habrían desaparecido en un momento que se desconoce, pero sí se conserva el sistema de surtidores perimetral, “que sería muy interesante recuperar para devolver a este estanque del siglo XVI la imagen que le corresponde”.

Reincorporar el funcionamiento de los surtidores perimetrales plantea una problemática compleja, añade el documento, “porque a día de hoy, no conocemos por donde circulaba su circuito de distribución, si está eliminado o simplemente inutilizado. Para conocerlo son necesarias una serie de actuaciones previas que van más allá del puro tratamiento de los materiales deteriorados”.

Los trabajos comprenderían el desmontaje de los pilares de mármol y el levantamiento del suelo perimetral, para lo cual sería necesario realizar un programa previo de catas y prospecciones. El proyecto, por este motivo, no plantea propuestas cerradas de intervención, aunque sí valor las actuaciones que podrían realizarse.

Estado de la balaustrada.
Estado de la balaustrada. / Belén Vargas

El tratamiento de los materiales constitutivos, por su parte, podría abordarse desde distintas perspectivas: “Existen como ciertos problemas de asentamiento del conjunto de las balaustradas, que asimismo requeriría del desmontaje y ajuste de los distintos elementos, toda vez que hay puntos de degradación material verdaderamente críticos.

El desmontaje se plantearía así obedeciendo a un doble requerimiento, el de la recuperación del sistema hidráulico y el de la corrección de los desajustes. Previsiblemente también sería necesario el desmontaje de las piezas componentes del surtidor central para acometer los trabajos de limpieza necesarios para devolver la función a los pitorros obstruidos”.

Una de las figuras de bronce.
Una de las figuras de bronce. / Belén Vargas

La actuación en el perímetro se divide en los pilares de mármol, los remates de bronce y la balaustrada de hierro. En el primer caso, se realizaría una limpieza y eliminación de biocostras por procedimiento de ablación con láser, la eliminación de los materiales extraños, como morteros de reposición añadidos en intervenciones anteriores y costras de carbonatación, la consolidación material mediante impregnación con silicato de etilo, el asentamiento de las piezas que sufren pérdidas de volumen en sus basas y zonas inferiores mediante reposiciones volumétricas, reforzadas con anclajes de fibra de vidrio, la reintegración volumétrica selectiva con carácter meramente estético, siempre que se considere que algunas pérdidas constituyen una interferencia en la apreciación visual del conjunto, y el sellado de fisuras, grietas y juntas con morteros de cal hidráulica y polvo de mármol.

Remates de la balaustrada.
Remates de la balaustrada. / Belén Vargas

En cuanto a los remates de bronce se realizará una limpieza tanto físico-química, como mecánica y en seco, según los casos y se aplicarán productos para estabilizar e inhibir la corrosión, además de aplicar una protección.

En la balaustrada se harán unas catas para determinar si existen restos de la antigua pintura (verde con los nudos dorados). En caso de que no haber, se estudiaría detenidamente el tono de verde que se aplica. Además, se realizarán limpiezas y tratamientos sobre el hierro.

En cuanto al surtidor central, se efectuará una limpieza superficial mediante cepillado y aspirado de depósitos de polvo y restos orgánicos sueltos y su retirada mediante el humedecimiento previo de depósitos solidificados on palillos y espátulas de madera; una limpieza fotónica, para la eliminación de las costras de corrosión y carbonatación por procedimiento de ablación con láser; una limpieza de las superficies libres de depósitos mediante disolventes y agua desmineralizada o mezclas; por último, antes de dar la protección final, se aplicarían productos para acabar combatir la corrosión.

Vista de los jardines desde otra perspectiva del estanque.
Vista de los jardines desde otra perspectiva del estanque. / Belén Vargas

En cuanto al vaso del estanque, se haría una limpieza en profundidad; se recuperarían los revestimientos originales; se repararían los caños cerámicos, el revestimiento hidráulico y las piezas cerámicas.

Este próximo sábado habrá unas jornadas en el Alcázar en las que se expondrá este proyecto, que pretende devolver a uno de los espacios más emblemáticos del palacio su concepción original.

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