El doctor Ismael Yebra tendrá un jardín dedicado en su barrio de la Alfalfa

Ismael Yebra Sotillo tendrá una plaza dedicada en su querida Alfalfa. El distrito Casco Antiguo ha aprobado la rotulación de los jardines situados junto a la entrada de la parroquia de San Isidoro como "Doctor Ismael Yebra", en recuerdo al médico y humanista fallecido el pasado 22 de diciembre cuando ocupaba el cargo de director de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, académico de la Real de Medicina y patrono de la Fundación Cajasol. La inauguración será el próximo 22 de diciembre, coincidiendo con el primer aniversario de la muerte.

El doctor Ismael Yebra falleció a los 66 víctima de la enfermedad contra la que llevaba varios años luchando. Su vida estaba íntimamente ligada al barrio de la Alfalfa. Allí residía, tenía su consulta profesional, contaba con la cercanía cotidiana de su hermano Pepe y radican la cofradías que le gustaban. Por ello, el espacio elegido para hacerle este homenaje formaba parte de su paisaje más íntimo y cotidiano, como muestra la fotografía que ilustra esta información.

Se trata del jardín situado justo a la izquierda de la entrada de la parroquia de San Isidoro, en la confluencia de las calles Augusto Plasencia y Jesús de las Tres Caídas, por petición expresa de entidades que respaldaban la propuesta. Allí se encuentra la capilla de la Hermandad del Viernes Santo, a la que Yebra estaba vinculado. El lugar está presidido por una gran cruz de forja y cuenta con un bello retablo cerámico del Cristo de las Tres Caídas.

El doctor Yebra una persona muy querida en la ciudad, donde gozaba con un alto grado de reconocimiento como médico dermatólogo. Poseía un alto nivel científico, y una vocación humanística propia de un hombre del Renacimiento.

Yebra escribió además varios libros como Sevilla desde la Alfalfa, A Luis Cernuda desde Sevilla, Un hombre, una pasión, una ciudad, Entre monjas y frailes, o Sevilla en clausura editados por la Fundación Cajasol o el Ateneo de Sevilla. También fue autor de un pregón de la cabalgata de Reyes Magos, y participó en diferentes tertulias literarias como la que albergaba su hermano Pepe en un conocido establecimiento del barrio donde pasó su vida. La petición definía a Yebra como "un ciudadano inquieto que puso todo su esfuerzo y empeño por dejar una sociedad mejor y una Sevilla más hospitalaria, moderna, sabia y orgullosa".

Su carácter afable y desinteresado y su vocación le llevó a ser durante décadas el médico de cabecera de varios de los conventos de la ciudad. Yebra era uno de los grandes conocedores del mundo de la clausura sevillana.

El doctor Yebra era colaborador semanal en las páginas de Opinión de Diario de Sevilla.