La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
Desde mediados de la década del 2000, la ciudad de Sevilla ha experimentado una gran transformación. Se han construido nuevos e impactantes edificios, como la setas de la Encarnación o la Torre Sevilla; y se han acometido transformaciones urbanísticas en espacios tan singulares como el Paseo Marqués de Contadero o la Alameda de Hércules. Algunas de estas actuaciones supusieron una batalla legal en los tribunales, con ingratos resultados para el Ayuntamiento. Sevilla, en el caso del rascacielos de la Cartuja, también estuvo a punto de perder la declaración de Patrimonio de la Humanidad para la Catedral, el Alcázar y el Archivo de Indias.
Años después, estas intervenciones se han ido asimilando por la ciudadanía, que, en el caso de la Alameda, es utilizada de manera intensiva, aunque esta obra supusiera la pérdida para siempre del primer jardín público de Europa.
La “mayor estructura de madera del mundo” ha generado mil y una polémicas desde antes de su construcción. Diseñadas por el arquitecto alemán Jürgen Mayer, el complejo Metropol Parasol, conocido popularmente como las setas de la Encarnación, fue inaugurado en la primavera de 2011. Ocupa el espacio en el que se encontraba el mercado de abastos de la Encarnación, que fue trasladado provisionalmente en 1973 a un solar cercano. La solución dada para esta céntrica plaza fue denostada desde el primer momento por muchos sevillanos, que advertían que una estructura contemporánea de este calibre no podía estar en un enclave histórico y junto, por ejemplo, a la renacentista iglesia de la Encarnación. La asociación Adepa planteó un litigio desde el primer momento. Tanto el TSJA y como el Tribunal Supremo le dieron la razón y como consecuencia se han anulado y revisado varios planes especiales de protección. Actualmente las setas han sido asimiladas por la mayoría de los sevillanos y por los turistas, que la tienen marcada en rojo en sus guías por sus espectaculares vistas. Sigue pesando sobremanera el enorme sobrecoste (más de cien millones de euros) que supuso su construcción. Las setas supusieron una reforma de todo el entorno, con dudoso gusto, con una posterior revitalización, y la salida de los autobuses de la plaza de la encarnita.
Este céntrico paseo tiene la consideración de “jardín histórico” aunque nada tiene ya que ver con aquel vergel que diseñó en 1574 el conde de Barajas. Fue el primer jardín público de Europa, concepto exportado posteriormente a América. Entre 2007 y 2008 sufrió un cambio profundo. Perdió el albero o buena parte de su arboleda en favor de una solería amarilla, que se ensucia con suma facilidad. La Alameda dejó de ser aquel costumbrista paseo sevillano de artistas y bohemios.
El edificio diseñado por el arquitecto argentino César Pelli destronó a la Giralda como techo de Sevilla. Su construcción provocó un auténtico tsunami en la ciudad, que estuvo a punto de perder la declaración de Patrimonio de la Humanidad de la Catedral, el Archivo de Indias y la Giralda. La batalla fue dura, pero finalmente la Unesco mantuvo esta distinción. Esta torre, situada en lo que fue Puerta Triana de la Isla de la Cartuja, ha cambiado el ambiente la silueta de la ciudad. Hoy alberga un hotel, oficinas, un gran espacio cultural y un centro comercial abierto.
Es un claro ejemplo de la transformación que sufrió Sevilla en la primera década del siglo XXI. La llegada del tranvía supuso la peatonalización del eje conformado por la Plaza Nueva, la Avenida de la Constitución, la Puerta de Jerez y la calle San Fernando. Si la intención era buena, al resultado se le podrían poner varios peros. El primero, la absoluta ausencia de sobra y de bancos donde las personas puedan estar y descansar (sin resolverse más de una década después). La marea de granito gris comenzó a inundar la ciudad con esta obra cuyos acabados tampoco se cuidaron en exceso.
La Universidad de Sevilla quiso construir una gran biblioteca en los jardines del Prado de San Sebastián. Con un diseño de la prestigiosa arquitecto Zaha Hadid, los vecinos del Prado denunciaron la obra y la Justicia les dio la razón. La universidad tuvo que desandar lo andado y devolver el espacio del parque a su situación anterior. El resultado fueron más de nueve millones de euros tirados a la basura. Además, el pasado mes de junio, la institución fue condenada a devolver las ayudas públicas.
La Comisión Provincial de Patrimonio propuso recientemente sancionar al Ayuntamiento por la solución que daba a los caminos del Parque de María Luisa: el asfalto es lo menos indicado, siendo mucho más recomendable el adoquín, como resaltaba Patrimonio. En cualquier caso, al tratarse de un espacio verde, se debería apostar por materiales como el albero, propio de la tierra y mucho más agradable para este vergel.
La ciudad adolece de un carta y guía de pavimentos que le permitan mantener su personalidad e identidad. Las últimas actuaciones que se están acometiendo están cambiando el color de la ciudad, como advierten numerosos expertos, implantando un anodino pavimento de color gris. Ejemplos hay muchos, pero destacan las intervenciones que se desarrollan en la calle Mateos Gago, la calle Baños con una solería digna de paseo marítimo, o la calle Cuna, que también pierde adoquines.
Una gran losa de cemento, una estupenda pista de aterrizaje... la reforma del Paseo Marqués de Contadero, en todos sus niveles, ha sido una de la más controvertidas de los últimos años. El gobierno de Zoido sacó a licitación este proyecto con un presupuesto de 5,5 millones de euros. La reurbanización se justificaba por la creación del nuevo centro integral de atención al visitantes en los bajos del complejo. La actuación se desarrolló con interrupciones por los problemas con la constructora y un desvío del presupuesto. En todo el proceso de olvidó, una vez más la instalación de vegetación que diera sombra, algo tan importante en una ciudad con altas temperaturas como Sevilla. Recientemente, la Gerencia de Urbanismo ha comenzado a colocar jardineras que den sensación de frescor a la zona. También se ha tratado de instalar pérgolas o algunos elementos que den sombra, pero por la ubicación y la importancia patrimonial de la zona, la Comisión de Patrimonio de la Junta de Andalucía no acaba de autorizar una solución que sea apropiada.
Allá por el año 2004 se inauguraba un necesario y esperado aparcamiento subterráneo en la calle Virgen de Luján, en el barrio de los Remedios. El resultado de la reurbanización de esta arteria principal, por contra, dejó bastante que desear. Las obras dejaron algunos problemas como las bolsas de agua que se forman en determinados lugares, además de una absoluta falta de sombra en importantes tramos de acera , como también ocurrió en la reurbanización de la Avenida de la Constitución. La solución ha sido colocar unos maceteros con unos pequeños árboles, con una función más decorativa que medioambiental.
El Ayuntamiento sigue adelante con sus planes de volver a instalar un aparcamiento en superficie junto a la Torre de la Plata, ya de por sí uno de los edificios patrimoniales más importantes de la ciudad y a la vez más denostados. El solar en cuestión es uno de los que más vestigios históricos conserva de Sevilla, como los restos de las atarazanas islámicas, el antiguo Corral de las Herrerías, o un importante lienzo de la muralla almohade.
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