Los deberes de la Junta con su patrimonio en Sevilla
Tiene pendiente la restauración de San Lázaro, San Isidoro del Campo y otros muchos monumentos de su propiedad.
Un vasto e importante patrimonio en el que hay que invertir. Sevilla cuenta con gran número de bienes culturales, muchos de los cuales son responsabilidad directa de la Junta de Andalucía, al ser su propietario. El antiguo Hospital de San Lázaro, el monasterio de San Isidoro del Campo, el convento de Santa María de los Reyes, la Casa de Murillo, el jardín del Patio de la Contratación, o el Pabellón del Siglo XV son algunas de las asignaturas pendientes de la administración autonómica con Sevilla. En los primeros presupuestos del gobierno del PP y Cs se han echado en falta las partidas económicas necesarias para rehabilitar y poner en uso estos inmuebles, cuya restauración era reclamada insistentemente cuando se encontraban en la oposición. Las asociaciones de defensa del patrimonio, como Adepa, reclaman a la Junta dinero en los próximos presupuestos, que apueste de una manera determinante por rescatar su patrimonio.
"La Junta no ha prestado ninguna atención al patrimonio sevillano. Sus inversiones en Sevilla son muy inferiores con respecto a las del Estado y el propio Ayuntamiento. No es lógico, cuando es la que tiene la mayoría de las competencias", lamenta Joaquín Egea, presidente de Adepa. La última gran inversión de la Junta fue la realizada en el Palacio de San Telmo, sede de la presidencia. "Fue una locura. Una obra faraónica que no ha servido para nada a la sociedad sevillana. Sus visitas son escasas y difíciles de realizar. Ha sido una rémora que ha impedido otras inversiones necesarias en patrimonio".
Durante muchos años, la Junta puso en marcha un plan de inversión en bienes culturales a medio y largo plazo. Gracias a esta iniciativa se pudieron restaurar, por ejemplo, la Casa de Mañara o el Palacio de Altamira. "Es importante recuperar esa idea. A la nueva Junta le pedimos que desarrolle un plan director, que identifique en qué estado se encuentran los bienes culturales de su propiedad. Hay que hacer un buen estudio para determinar las actuaciones futuras. Cada vez hay más funcionarios y menos dinero para invertir en patrimonio".
Adepa considera que la Junta debe recuperar la oficina de captación de fondos para acometer los proyectos, y que ve vital que se empiece a cobrar por acceder a los monumentos o museos: "Esperamos que lo que planteó la consejera no sea un globo sonda. El gratis total estando el patrimonio como está nos parece una broma".
De entre todos los edificios patrimoniales propiedad de la Junta de Andalucía en Sevilla hay dos que destacan por su estado y por la gran cantidad de años que se lleva reclamando una intervención: el antiguo hospital de San Lázaro y el monasterio de San Isidoro del Campo, en Santiponce.
Respecto a de San Lázaro, es imperiosa su restauración y apertura. Se trata de uno de los hospitales más antiguos de Europa que, además, sigue manteniendo su carácter asistencial. La torre se encuentra totalmente degradada y el retablo de Villegas y Marmolejo, uno de lo más importantes de la ciudad, está en un estado calamitoso.
El caso de San Isidoro del Campo también es grave. Después de una restauración parcial, quedan partes importantes por intervenir. "En los presupuestos no ha habido ni un euro. Su situación es demencial en todos los sentidos. Cualquier ciudad del mundo daría lo que fuera por tener un monumento de esta importancia", lamenta Egea.
La cesión completa de la Casa de Murillo, para que se convierta en una casa de autor, es otra de las asignaturas pendientes. Durante la celebración del IV centenario del genial pintor del barroco, la Junta tan sólo aceptó una cesión parcial al Ayuntamiento. Desde Adepa llevan muchos años reclamando a la Junta que apueste de verdad por convertir la penúltima morada del pintor en un verdadero centro de interpretación de su vida y obra, trasladando para ello a la Agencia del Flamenco a otro edificio. "Los muebles se compraron, se encuentran en el Arqueológico y el Bellas Artes. ¿Qué pasa con eso? Tampoco hay ni un euro en los presupuestos. La Junta debe apostar decididamente", afirma Egea, quien recuerda que desde los años 70, primero a través del Estado, se viene planteando la musealización de la vivienda situada en el número 8 de la calle Santa Teresa.
El antiguo convento de Santa María de los Reyes, en la calle Santiago, con una grandísima historia, vinculada incluso a Colón, es desde 1986 propiedad de la Junta de Andalucía. En 1992 culminaron las obras de restauración y, desde entonces, ha sido una de las salas más activas en el fomento de la arquitectura, el urbanismo, la rehabilitación, la vivienda y la obra pública. En cualquier caso, es un bien patrimonial de primera categoría que está vetado a los ciudadanos. "La restauración que se hizo fue penosa. Es vital que se retome y de acuerdo a la dignidad del monumento, que se recupere como era. Está siempre cerrado y es necesario abrirlo a los sevillanos", señala Egea.
Otro convento, que este caso mantiene la actividad religiosa, que necesita que la Junta cumpla con sus compromisos es el de Santa Inés. Las religiosas clarisas tuvieron que acometer en el verano de 2018 unas obras de urgencia en el edificio, 25 años después de firmar un convenio con la Junta de Andalucía que no se ha llegado cumplir. Según este acuerdo, las comunidad cedía los antiguos dormitorios para su transformación en sala de exposiciones, con una cesión de uso por 50 años. A cambio, la Junta iba a invertir casi 2,5 millones de euros en la rehabilitación integral del monasterio. Pero la actuación quedó en la construcción de quince celdas, la instalación de un ascensor y una intervención mínima en el refectorio y la sala de profundis.
Adepa también reclama una mayor implicación de la administración autonómica en la restauración integral del convento de Madre de Dios de la Piedad por su importancia histórica. "Celebramos la conquista de un territorio inmenso por Hernán Cortés. Su mujer está enterrada ahí en una majestuosa tumba. La Junta debería implicarse y participar en estas grandes celebraciones", argumenta Egea.
Los museos gestionados por la Junta, como son el Bellas Artes, el Arqueológico o el de Artes y Costumbres Populares, merecen una especial atención. En el primero de los casos, Adepa urge la ampliación al Palacio de Monsalves, que se encuentra muy próximo: "Es propiedad de la Junta. Está en buen estado, por lo que sólo hay que adaptarlo siguiendo, por ejemplo, la fórmula del Museo Bellver". Esta iniciativa permitiría exponer todos los tesoros que actualmente se encuentran ocultos, además de dar uso a un edificio de valor.
Aunque los edificios de los Arqueológico y de Artes y Costumbres Populares, situados en la Plaza de América del Parque de María Luisa, es estatal, la gestión compete a la Junta. Por ello, Adepa reclama para el primero un proyecto acorde a su dimensión, "sin megalomanías", y para el segundo, que las dos administraciones pongan de su parte para encontrar una solución a la clausura de la segunda planta. "Tenemos en Sevilla una de las plazas de museos más bonitas del mundo y no pueden estar así".
La Junta también tiene la asignatura pendiente de abrir a los sevillanos el jardín del Patio de la Contratación, en la plaza del mismo nombre, en el edificio de la delegación del Gobierno de la Junta. No se trata de un espacio cualquiera, sino que es el jardín más antiguo del Real Alcázar. Son de época almohade (1150-1250 aproximadamente). Su estado de conservación es muy deficiente y además, no se puede visitar de manera regular. Es una de las joyas ocultas de esta ciudad. Su conexión con el Alcázar es sencilla y se hace necesario incorporarlo a las visitas de alguna manera.
El Pabellón del Siglo XV de la Expo 92 es otro edificio que permanece infrautilizado. Adepa resalta su valor y cómo se ha perdido la oportunidad de haberlo vinculado al aniversario de los 500 años de la primera vuelta al mundo.
Finalmente, la asociación para la defensa del patrimonio reclama un plan de protección para las torres vigías, algunas de ellas propiedad de la Junta, "un patrimonio de la Edad Media extraordinario que cuenta con un programa específico del Estado para su conservación. La Junta sólo tendría que pedir esos fondos"; y para los cortijos, "muchos de ellos BIC y propiedad de la Junta y que no podemos olvidar".
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