Yemas del Convento de San Leandro de Sevilla: cien años de un registro pionero

El popular dulce del cenobio sevillano fue inscrito como marca por las religiosas agustinas el 16 de agosto de 1923

Hay constancia de su elaboración desde, al menos, 1591

San Leandro, un convento que es historia viva de Sevilla

Las religiosas elaborando las tradicionales yemas.
Las religiosas elaborando las tradicionales yemas. / M. G.

Unas adelantadas a su tiempo. Las populares y deliciosas yemas del convento de San Leandro están de aniversario. Este miércoles, 16 de agosto, se cumplen 100 años de su registro como marca. Las religiosas agustinas advirtieron hace un siglo el potencial de este dulce que la comunidad ya realizaba, al menos, desde 1591, como consta en sus archivos. El registro, que se ha venido renovando desde entonces, ha servido para evitar que se intenten vender sucedáneos con el buen nombre de este obrador conventual. Así sucedió hace algunos años. Este martes, con motivo de la Festividad de la Asunción, se podrán comprar las populares yemas en la iglesia del convento con ocasión de la veneración de la Virgen del Amor.

La marca registrada hace cien años es “Yemas del Convento de San Leandro”. Como se recoge en el documento timbrado por el despacho madrileño de Agustín Umbría, además de este nombre comercial, se protege la enseña de las religiosas agustinas: “La marca consiste en un escudo ovalado que forma marco sobre el que se lee ‘Yemas del Convento de San Leandro’ Sevilla. “Las monjas registraron su producto cuando nadie lo hacía. Además, crearon el primer obrador industrial de pastelería en 1901”, sostiene Salvador Guijo, historiador del cenobio.

Documento de inscripción de las Yemas en 1923.
Documento de inscripción de las Yemas en 1923. / M. G.

Las yemas de San Leandro, realizadas con huevo y azúcar como únicas materias primas, son un majar sevillano desde, al menos, 1591. En esa fecha se hace alusión a ellas en el archivo conventual. Se elaboran artesanalmente en el obrador que lleva por nombre San José. Está situado en la galería baja meridional, en torno al claustro principal en su parte más occidental. El obrador constituye un núcleo independiente organizado en torno a un patio de columnas blancas y de pequeñas dimensiones. Este sector comprende la esquina entre las calles Zamudio y la plaza de San Ildefonso. "El nombre de San José no es cuestión baladí. Las religiosas de San Leandro fueron las primeras en iniciarse en la venta de la repostería como forma de vida. Aunque ya lo venían realizando desde la Desamortización, su situación se formalizó ante la administración de contribución industrial y de comercio de Sevilla, registrando su actividad dentro del tipo llamado de confitería y pastelería, establecido en el número uno accesorio de la plaza de San Ildefonso. Lo hicieron el 1 de mayo de 1901, festividad de San José obrero. Fue la abadesa María del Espíritu Santo Sánchez Márquez quien dio de alta el obrador, siendo las primeras religiosas obreras de la ciudad”, señala Guijo.

Las yemas de San Leandro.
Las yemas de San Leandro. / M. G.

Veintidós años después, el 16 de agosto de 1923, otra abadesa registraba de manera premonitoria este dulce.

Las yemas cuentan con una compleja elaboración que se realiza sin maquinaria alguna. Su sabor prácticamente permanece inalterable desde finales del siglo XVI, aunque la procedencia de las materias primas sí que ha cambiado por motivos obvios. El convento contaba con un nutrido gallinero en el jardín alto del monasterio. Además de proveer a las religiosas de frutas y verduras, se surtían de los huevos necesarios para elaborar sus preciadas yemas: “Al convertirse en una actividad industrial y tener cumplir con las prescripciones legales, los huevos se empezaron a comprar, como aparece en sus apuntes en el archivo. También adquieren el azúcar. Hay que recordar que el huevo era un bien de lujo y de elevado coste”.

Las religiosas ante su patrón.
Las religiosas ante su patrón. / M. G.

Las yemas se comercializan en el torno del convento de San Leandro durante todo el año. Hace algo menos de diez años se empezaron a hacer los pestiños de San Agustín y las magdalenas de Santa Rita para aquellos a los que no les gustan los dulces con huevo. Durante la campaña de Navidad El Corte Inglés hace un pedido que se vende exclusivamente en los establecimientos de Sevilla. Este 15 de agosto es una gran ocasión para visitar la iglesia del convento, contemplar a la Virgen del Amor en su veneración y comprar unos dulces para ayudar a las religiosas en el sostenimiento de su histórico monasterio. Las deliciosas yemas de San Leandro también se pueden adquirir mediante pedidos en el teléfono 954224195 o en correo electrónico monasteriodesanleandro@hotmail.com. Realizan pedidos a toda España.

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