Capillita de San José: así revive el cielo de los carpinteros
Los trabajos de restauración de las pinturas murales que alcanzan su tercera fase han revelado cómo fue el proceso constructivo, primero con Domingo Martínez y luego con Juan de Espinal
La hora de la capillita de San José
El milagro de la luz en la capillita de San José
El cielo soñado por los carpinteros de Sevilla recobra todo su esplendor. La restauración de las pinturas murales de la capillita de San José, el espectacular templo barroco situado en la céntrica calle Jovellanos construido por este gremio, avanza en su nueva fase. El equipo de restauradores de la empresa Ágora actúa en la tercera bóveda de la nave que, como ha sucedido en las anteriores, está recuperando todo el colorido y grandeza de la fastuosa decoración que se creía perdida hasta que comenzó la intervención hace ya más de diez años. El progreso de los trabajos ha permitido a los especialistas comprender el sistema constructivo del templo y determinar cómo se hicieron las pinturas. En una primera fase corresponden al gran maestro Domingo Martínez. Medio siglo después, se hace una ampliación de la iglesia e interviene su yerno Juan de Espinal. La restauración se acomete gracias a la ayuda municipal de 120.000 euros consignada al presupuesto de 2023. Una vez terminada esta bóveda, estaría prácticamente el 50% recuperado, por lo que todavía quedan muchos esfuerzos por hacer. Las siguientes fases deben abordar el crucero, que es la zona más profusamente decorada, los paramentos verticales, el arco fajón, las pilastras, el coro bajo y, por supuesto, todos los retablos. Por ello, ya se ha solicitado una nueva ayuda para no parar en 2024.
El equipo de Ágora que dirige Juan Aguilar lleva ya dos meses trabajando en la restauración de la tercera bóveda de la nave de la capillita de San José. Con varios meses todavía por delante, ahora están a punto de comenzar las reintegraciones de las pinturas. La intervención en el templo mandado a construir por el gremio de los carpinteros en honor de su patrón y que actualmente es propiedad de la orden capuchina está siendo tremendamente satisfactoria por resultados y aprendizaje, como subraya el restaurador: “Hemos llegado a comprender cómo fue el ciclo constructivo de la capilla. Debajo de los lunetos hay unas pinturas anteriores que se corresponden con la primera intervención de Domingo Martínez. Unos 20 años después se hacen las escenas con la vida de la Sagrada Familia y se combina con los elementos barrocos de las molduras, los arcos fajones o las cartelas de los lunetos. Eso se estuvo viendo durante 50 años. Luego se hace una ampliación a cargo del taller que dejó Domingo Martínez, con su yerno Juan de Espinal al frente, quien hace el crucero y terminan de repasar la nave central incorporando elementos de estilo rococó. Mantienen las pinturas de los arcos fajones y tapan las de los lunetos”.
La capillita de San José se construyó prácticamente durante un siglo. La primera fase arranca en 1670 y concluye en 1714. Posteriormente y tras varias décadas de parón, se hace una segunda intervención que concluye en 1769-70. Así lo explica Lucas Espinosa, el arquitecto responsable de la rehabilitación: “La primera capilla acabaría en el arco del crucero. La bóveda que se restaura ahora correspondería con la capilla mayor. La impresión es que los carpinteros querían comprar otra casa para ampliar el templo en su cabecera, algo que consiguen tiempo después y es cuando se hace el crucero. Pero la nuestra idea es que el proyecto es unitario y ya lo contemplaba, aunque se dilata mucho en el tiempo. Y en el dibujo se nota mucho la mano de Domingo Martínez”.
De una mancha marrón a las coloridas escenas
Gracias al trabajo de los restauradores, donde antes había una mancha de pintura oscura en la que apenas se podían distinguir figuras o formas, ahora hay unas escenas llenas de color que parecen cobrar vida por su realismo. La tarea consiste en realizar una limpieza y reintegración de las áreas originales y en reintegrar la pintura aplicada en 1931 tras el incendio, mucho más oscura, mediante un rayado (rigatino) con lápices de colores para distinguirlo de cerca y permitir una visión unitaria cuando se observe desde el suelo.
La restauración de las distintas bóvedas de la capillita de San José está siendo sorprendente tanto para los restauradores como para los fieles o turistas que entran. Pero la recuperación de la imagen original del templo podría ir mucho más allá en el futuro. Gracias a las catas realizadas en las paredes se ha comprobado que eran de un color rojo tierra de Sevilla. “Si oscureces las paredes la bóveda se ilumina mucho más. Estaba todo muy estudiado. Con la combinación de las distintas técnicas y materiales de construcción se crea un efecto tridimensional en las pinturas”, subraya Aguilar.
En el segundo tercio del siglo XIX la capilla se empapela perdiendo este efecto. En las fotos tras el incendio de 1931 se observa así y con el zócalo de azulejos. En una fase final, los restauradores y la dirección de la obra decidirán si se recupera de alguna manera el colorido original de los paramentos. Dos de las tres macollas que decoraban la nave también se perdieron con el fuego. La que se conserva podría ser escaneada para reproducirla en otro material y completar así la decoración.
Solicitud de ayuda para 2024
Una vez finalice la actual intervención, la próxima debería centrarse en el arco fajón, que cuenta con unas pinturas sobre tabla con un efecto cóncavo, y el crucero. “Lo que peor está es la zona de la epístola y la bóveda. El profesor Enrique Valdivieso nos ha facilitado unas fotos que compró en El Jueves en las que se observa todo muy bien. Así podremos intervenir con todas las garantías”, señala Aguilar. La intención es que los trabajos no se detengan. Ya se ha realizado la solicitud de subvención para el año 2024 y el alcalde, José Luis Sanz, ha mostrado su compromiso de continuar facilitando las ayuda.
Además de estas labores de recuperación de la decoración, la capilla ha sido objeto de importantes mejoras, la mayoría surgidas como consecuencia de la Inspección Técnica de Edificios (ITE), como indica Lucas Espinosa: “Se ha recuperado una parte del forjado cercado a la espadaña, hemos modernizados las instalaciones que estaban realmente mal, se han consolidado y repuesto los azulejos...”. Parte de la nueva subvención solicitada a la Gerencia de Urbanismo se quiere emplear en mejorar las condiciones de conservación de la fachada, que se hizo en la segunda fase de construcción, “parte de la cerámica se está desprendiendo”, añade el arquitecto.
Hace apenas diez años la recuperación de la capillita de San José parecía una quimera. Hoy, gracias al esfuerzo de muchas personas, el templo mandado a construir por los carpinteros luce esplendoroso, aunque queda mucho por hacer.
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