Opinión
Eduardo Florido
El estancamiento retórico de García Pimienta
La Hacienda del Rosario, el Molino de Teatinos, el Molino de la Torre Blanca, el Puente de Hierro y la antigua iglesia de San Hermenegildo. Son los cinco monumentos sevillanos amenazados y en precario estado de conservación que Adepa pedirá que se incorporen a la Lista Roja de patrimonio en peligro que elabora Hispania Nostra, que en la provincia de Sevilla incorpora un total de 17 monumentos, uno de ellos en la capital: la capillita de San José, aunque últimamente se han realizado obras de emergencias que han frenado el deterioro de sus pinturas murales.
Adepa quiere que estos cinco inmuebles de Sevilla se incorporen en esta lista que se ha convertido en una referencia nacional para denunciar el mal estado de los monumentos y que está elaborada por una comisión científica que estudia cada caso. La ficha de cada monumento en peligro cuenta con apartados con su historia, su descripción, el grado de protección, el estado de conservación, el carácter del riesgo y las restauraciones e intervenciones realizadas o en marcha. Si bien su incorporación no garantiza que el enclave sea restaurado, Adepa busca de este modo advertir de esta situación. Por su parte, el Ayuntamiento se encuentra actualmente culminando el Plan de Director del Patrimonio Municipal, en el que se estudian todos los edificios patrimoniales de su titularidad, se analiza su estado de conservación y necesidades, y se traza un plan para su recuperación tanto material como funcional.
El primero de estos edificios es la Hacienda del Rosario, donde falleció un joven de 17 años tras caérsele un muro. Situado en la zona de Torreblanca, en su día fue uno de los cortijos más importantes de Sevilla y, a pesar de que se encuentra en ruinas y en avanzado estado de abandono, sigue siendo un referente de la arquitectura rural y agrícola de la provincia. El Ayuntamiento tiene un proyecto de desarrollo de la zona que contempla el derribo de los anexos y la integración del cortijo en un parque y la instalación de un equipamiento en el propio edificio.
En este sector, conocido como Hacienda el Rosario, se han entregado ya alrededor de mil viviendas de las dos mil que están programadas. Recientemente la Gerencia de Urbanismos ha concedido licencia para levantar otros 125 pisos más.
El Molino de San Juan de Teatinos es otro edificio en peligro. En la primavera del año pasado, el Ayuntamiento derribaba una de sus estructuras por el evidente riesgo de derrumbe. Posteriormente se colocó un vallado perimetral precisamente para evitar sucesos como el de la Hacienda del Rosario o actos vandálicos. Esta protección fue robada al poco de ser instalada.
El molino de San Juan de Teatinos cuenta con una larga historia desde época medieval. Ha sido molino hidráulico, fabrica de pólvora, de barrenado de cañones y casa de labor hasta quedar abandonado en los años 60 del siglo XX. Incorporado al Parque de Riberas del Guadaíra, es propiedad municipal desde 2020 tras su cesión por la Seguridad Social.
Esta interesante construcción ha padecido a lo largo de años una enorme pérdida patrimonial a consecuencia del expolio y de diversos derribos. Pese a ello, todavía conserva importantes restos, como la torre, la construcción central, una nave con elementos decorativos de sabor historicista , y una recia cerca perimetral que defiende el complejo de las avenidas del río; además del azud (rueda para sacar agua del río) y de las conducciones del agua.
En lo que a patrimonio se refiere es otra de las asignaturas pendientes de Sevilla. Lleva décadas abandonado en los terrenos del Puerto de Sevilla, aunque recientemente se han dado pasos para su recuperación. El Puerto de Sevilla y la consejería de Cultura y Patrimonio de la Junta han llegado a un acuerdo por el que, con el asesoramiento del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), la Autoridad Portuaria de Sevilla va a invertir 100.000 euros en remozar la estructura del Puente de Hierro, cuyo nombre oficial es Puente de Alfonso XIII, y devolver a su estado original esta pasarela.
El pasado mes de diciembre, el Pleno del Ayuntamiento dio apoyo a que se solicite la declaración del puente como Bien de Interés Cultural (BIC) e inscribirlo en el Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz para que cuente con un nivel de protección global a través del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), pasando a formar parte del Conjunto Histórico Artístico de la ciudad. Este acuerdo también persigue que se pueda instalar en algún lugar de la ciudad para salvar el paso del río como pasarela peatonal, tal como han reclamado diversas asociaciones.
El Puente de Hierro fue el único construido con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929 y con el paso de los años se integró como elemento en la ciudad y su río.
Quince años lleva sin uso la antigua iglesia de San Hermenegildo, una joya renacentista cerrada a cal y canto desde 2006 y situada en un entorno privilegiado del centro de Sevilla. Después de tres lustros de abandono, el Ayuntamiento de Sevilla encargó en 2019 un estudio patológico para comprobar el estado del inmueble, un informe que ha determinado que no hay graves daños estructurales y que da vía libre para su recuperación como equipamiento cultural, aunque por el momento no hay visos de que así sea.
La última actuación puesta en marcha, que se ha quedado a medias, es el arreglo de las fachadas, que presentan un aspecto muy descuidado y peligroso.
Debido a su céntrica ubicación y a su valor patrimonial, San Hermenegildo, un templo que formaba parte del convento del mismo nombre, y en el que parece ser que trabajaron dos autores tan destacados como Alonso de Vandelvira, en la portada; y Francisco Herrera el Viejo, en las yeserías y decoración interior, ha albergado múltiples usos desde que fue desacralizado. En el siglo XIX sirvió de cuartel de Artillería y a principios de los 80 acogió el primer Parlamento andaluz. Una vez en manos del ICAS, ha sido sede de muchas exposiciones. El Jueves Santo de 2004 salió de este antiguo templo la cofradía de Pasión tras el cierre del Salvador. En 2008, el Parlamento y el Consejo de Cofradías mostaron su interés por su cesión. La cámara andaluza pretendía instalar en él un museo sobre la autonomía, mientras que el Consejo quiso tener aquí su sede y el museo permanente de la Semana Santa.
Próximo al Molino de Teatinos, es una construcción en un alarmante estado de conservación. Se trata de una pequeña torre defensiva que habría formado parte del sistema defensivo de la Sevilla islámica. Una torre almenara para proteger el flanco sur de la ciudad, cuya frontera natural era el río Guadaíra. Tras perder su función y ser abandonada tras la reconquista de Sevilla, sirvió como molino harinero por su proximidad a este río.
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