Virgen de las Penas de Santa Marta: el expresionismo desgarrado no entendido por los cofrades

Las imágenes que fueron

La primera Virgen de Ortega Bru planteó un nuevo modelo de Dolorosa en el que la belleza era sustituida por el dolor extremo. La hermandad rechazó hasta dos imágenes y encargó finalmente la Virgen actual a Sebastián Santos.

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Virgen de las Penas de Santa Marta: el expresionismo desgarrado que no cuajó
Virgen de las Penas de Santa Marta: el expresionismo desgarrado que no cuajó / M. G.

Una imagen demasiado compleja para la mentalidad del cofrade. La primera Virgen que Luis Ortega Bru realiza para su misterio del Traslado al Sepulcro de la Hermandad de Santa Marta sustituye los rasgos de la belleza por el patetismo más exagerado. Una imagen dura, con rasgos expresionistas donde el dolor se muestra mediante las deformaciones y con hachazos de gubia que quedan claramente a la vista. Todo este sentimiento interior de un gran escultor, como era Ortega Bru, nunca fue asimilado en la hermandad que le encarga otra Dolorosa, que tampoco encajó y acabó como María Cleofás, y que recurrió finalmente a Sebastián Santos para que hiciera una tercera Dolorosa, la magnífica actual, que no encaja en el conjunto.

La primera Virgen de Ortega Bru, que la hermandad conserva, es uno de los hitos de Dolorosa que se realizan durante el siglo XX. El primero, como explica Andrés Luque Teruel, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, es el de la Virgen del Dulce Nombre que responde al realismo susillesco, un modelo suelto efectista con connotaciones del realismo parisino y técnicas impresionistas. El segundo modelo es el que desarrolla Antonio Illanes basándose en la escultura griega clásica interpretada con un naturalismo muy moderno, cuyo culmen es la Virgen de las Tristezas de la Vera Cruz. La tercera corriente es la del neobarroco, en la que Sebastián Santos Rojas tiene obras capitales, como la Virgen de la Concepción el Silencio.

El misterio tal y como lo concibió Ortega Bru con su primera dolorosa.
El misterio tal y como lo concibió Ortega Bru con su primera dolorosa. / M. G.

Tras estos tres referentes, Ortega Bru desarrolla un nuevo modelo de Dolorosa alejado de los cánones de belleza: “La deformación por el estado extremo de dolor sustituye a los rasgos bellos de las Vírgenes de Astorga y los modelos que abanderan la Virgen del Dulce Nombre y las Tristezas. En la hermandad impacta esta Virgen. Ellos querían una Virgen bella, caracterizada por un naturalismo suave. Es todo lo contrario a lo que esperaban”.

La intención de la hermandad en poseer una Dolorosa con rasgos dulcificados queda patente en que intentó hacerse con las Dolorosas de San Ildefonso y del convento de Capuchinos, atribuidas a Juan de Astorga, máximo exponente del movimiento romántico. Tras el fracaso de la primera Virgen, la hermandad encarga una segunda imagen a Ortega Bru y le pide que se ajuste más a esa belleza idealizada que buscan. “Se queda a medio camino entre la primera propuesta y lo que la hermandad quería. Actualmente, forma parte del misterio como María Cleofás. Sería una Dolorosa magnífica para que saliera bajo palio en cualquier hermandad”, sostiene Luque Teruel. Tras estos dos intentos, la corporación encarga a Sebastián Santos la magnífica Virgen de las Penas.

La segunda de las Dolorosas.
La segunda de las Dolorosas. / M. G.

Con esta imagen de Sebastián Santos y la incorporación de la segunda Virgen de Ortega Bru como una de las marías, el magnífico misterio planteado por el escultor sanroqueño queda desvirtuado. “Estamos ante un falso histórico. En el mundo hebreo el duelo lo preside la mujer de más edad, es decir, tendría que ser la Virgen. Ahora se ha duplicado el duelo. La Virgen cierra el cortejo, mientras que debería abrirlo. Ortega Bru situó a Santa Marta en un lateral como espectadora y ahora va detrás pero por delante de la Virgen”, advierte el profesor Luque Teruel.

Aunque en la hermandad nunca han planteado el debate, hay quien sueña con recuperar el paso de misterio tal y como lo concibió Ortega Bru, devolviendo el protagonismo a su primera Dolorosa, y llevándose a la bellísima Virgen de Sebastián Santos, una de las mejores de su producción y del siglo XX, a un paso de palio.

Primitivo titular de San Isidoro

Esta primitiva imagen titular de la Hermandad de San Isidoro fue realizada por Pedro Nieto. Cuando la hermandad se traslada de Santiago a San Isidoro se queda en el primer templo por su mal estado y porque el párroco impidió que se la llevaran. Hoy preside la sala capitular de la hermandad.

La imagen de Pedro Nieto.
La imagen de Pedro Nieto. / M. G.

La antigua Dolorosa de Pasión

Esta Dolorosa fue titular de la Hermandad de Pasión entre 1842 y 1966, cuando fue sustituida por la de Sebastián Santos Rojas. Actualmente se encuentra depositada en el convento de las Mercedarias, donde recibe culto por parte de la comunidad, llegando incluso a salir en procesión en 2011.

La antigua Virgen de la Merced.
La antigua Virgen de la Merced. / M. G.

La Virgen de la Salud de Rafael Lafarque

La Virgen de Salud de Rafael Lafarque para la recién creada Hermandad de San Gonzalo se bendijo el 20 de febrero del año 1944. Fue una imagen con mucha devoción que tristemente sucumbió el 8 de abril del año 1977 en el incendio de la parroquia. Al quedar muy dañada se encarga la de Ortega Bru.

La Virgen de la Salud de Lafarque.
La Virgen de la Salud de Lafarque. / M. G.
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