Semana Santa de Sevilla 2023: una revolución nunca vista

"Es el momento de replantearnos muchas cosas después de dos años". Estas palabras del presidente del Consejo de Cofradías de Sevilla, Francisco Vélez, durante una charla en la pasada cuaresma aventuraba lo que se avecinaba de cara a 2023. Entonces, parecía sólo una declaración de intenciones, pero lo cierto es que la institución que engloba a todas las hermandades de Sevilla ha afrontado la resolución de los problemas pendientes, muchos de ellos enquistados desde hace años, y la de 2023 será una Semana Santa con grandes cambios. A la reforma de las propias jornadas se suma la reducción de sillas en la calle Sierpes y la salida de la procesión general del Santo Entierro, una prueba de fuego más.

Si la Semana Santa de 2022, tras dos años en blanco por la pandemia, fue muy similar a la de 2019, la de 2023 supondrá una auténtica revolución. Nada visto en tiempos recientes. La planificación de la Semana Santa de Sevilla es extremadamente compleja, probablemente es el acontecimiento más difícil de cuántos se celebran en España, y por ello se requiere de una sincronización perfecta para que todos sus engranajes funciones sin sobresaltos. Durante muchos años se ha mirado hacia otro lado y no se ha querido entrar de lleno en las deficiencias. Fundamentalmente, las dificultades de la Semana Santa de Sevilla pasan por un crecimiento importante de los cortejos que desembocaban en grandes dificultades para cumplir con los horarios e itinerarios y en unos tiempos de paso claramente insuficientes.

Desde el Ayuntamiento llevaban tiempo advirtiendo al Consejo de que debía tomarse en serio la cuestión y aseveraban, por boca del delegado de Fiestas Mayores y Gobernación, Juan Carlos Cabrera, que sólo había dos soluciones posibles: la limitación de los cortejos, algo de lo que no quieren oír hablar en la mayoría de las hermandades; o la modificación de los recorridos y los horarios, con cambios de puesto en las distintas jornadas, para deshacer los nudos gordianos.

El plan anunciado en septiembre

Tras las elecciones celebradas el pasado mes de junio, el Consejo se puso manos a la obra y en septiembre ponía en marcha la reforma de los días mediante una serie de criterios.

La filosofía era muy similar a la que se llevaba aplicando en el Martes Santo durante algunos años. Esos criterios, que a la postre se ha visto que no siempre se han respetado, buscaban mejorar los tiempos de paso, con modificación de las horas de inicio y final de la carrera oficial o un mejor reparto de los tiempos según el último conteo de nazarenos; evitar entradas a partir de las 3:00; reducir los cruces, reordenando a las cofradías y modificando itinerarios; la alternancia a la hora de salir de la Catedral, para no reducir la velocidad de la que va a continuación; y evitar las grandes zonas de concentración de público, dispersando el paso de las cofradías por un mismo punto.

El próximo día 15 las diferentes jornadas de la Semana Santa deberán tener aprobadas su configuración definitiva. En el caso de que las hermandades no hayan llegado a una solución consensuada, será la junta de sección de penitencia la que adopte el acuerdo definitivo.

Hasta la fecha, cuatro jornadas han alcanzado un acuerdo definitivo: el Domingo de Ramos, el Lunes Santo, el Martes Santo y el Miércoles Santo, este último con el desacuerdo de un tercio de las cofradías y con la petición del Cristo de Burgos al Ayuntamiento para que no de validez a lo acordado.

Varias permutas el Domingo de Ramos

El orden de las cofradías del Domingo de Ramos de 2023 será el siguiente: la Borriquita, Jesús Despojado, la Hiniesta, la Cena, la Paz, San Roque, la Amargura, la Estrella y el Amor. La Hermandad de la Hiniesta pasa, con estos cambios a ser la tercera del día, por lo que saldrá en torno a las 13:30, aunque los horarios e itinerarios definitivos todavía hay que perfilarlos. Por su parte, la Paz retrasará dos puestos en la nómina para ser la quinta. Esta permuta le permitirá realizar poder realizar de manera más desahogada el recorrido de ida hacia la carrera oficial. La hermandad del Porvenir retrasará su salida en torno a media hora, pudiendo salir sobre las 13:15 y manteniendo el simbólico estatus de ser la primera corporación del Domingo de Ramos en poner sus nazarenos en la calle.

El otro cambio de la jornada se sitúa en su final y afecta a la Amargura y la Estrella. El adelanto de la jornada ha sido clave para que la corporación trianera acepte esta permuta, ya que no retrasará demasiado su entrada. La Amargura, por su parte, ha descartado un regreso por el Postigo debido a la altura del paso de palio. Se mantendrá el itinerario de vuelta actual, pero ya tendrá un margen suficiente para no sentirse presionada por la Hermandad del Amor hasta la Plaza de Salvador. La Hermandad más descontenta con los cambios ha sido la Hiniesta, que ha mostrado su pesar en un comunicado.

El Lunes Santo se mantiene igual

No habrá cambios de orden y de recorridos para el Lunes Santo de 2023, salvo una leve modificación de los horarios. Así se decidió durante la última reunión mantenida entre los hermanos mayores y el delegado de la jornada, Manuel Martínez de Pinillos, en presencia del presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla, Francisco Vélez.

Las nueve juntas de gobierno han llegado al acuerdo de ceder un minuto cada una, sumando un total de nueve al final de la jornada. De este modo se evitaría la entrada tardía de la Hermandad del Museo, cuyo paso de palio tiene actualmente fijada su hora de entrada a las 3:15; con estos nueve minutos ya se adelantaría a las 3:06.

La reforma del Martes será en 2024

Por su parte, el Martes Santo mantendrá el próximo año la misma disposición que debía haberse llevado a cabo en 2022 y ha anunciado una nueva configuración para 2024. El orden en 2023 será el siguiente: El Cerro, San Esteban, La Candelaria, San Benito, la Bofetá, Los Javieres, Los Estudiantes y Santa Cruz. El inicio de la carrera oficial se establece a las 16:40 y el fin de la misma se fija a las 0:50. El tiempo de paso se reajusta utilizando los criterios de reparto de tiempo establecidos por el Consejo de Cofradías según el conteo realizado en la Semana Santa de 2019.

Las ocho hermandades aprobado la siguiente configuración de cara a 2024 que sí comportaría importantes cambios. El orden quedaría así: El Cerro, San Benito, La Bofetá, La Candelaría, San Esteban, Los Javieres, Los Estudiantes y Santa Cruz.

El gran cisma del Miércoles Santo

La reforma aprobada ya para el Miércoles Santo ha dejado un gran descontento en las hermandades del Carmen, el Buen Fin, el Cristo de Burgos, que han denunciado que se ha optado por una solución que planea nuevos problemas y agrava algunos de los existentes cuando había otras propuestas con mejor calificación. El orden del próximo año será: El Carmen, el Buen Fin, la Sed, San Bernardo, la Lanzada, el Baratillo, los Panaderos, las Siete Palabras y el Cristo de Burgos. Este proyecto, que obtuvo una puntuación de 7,2, ha sido aprobado por seis de las nueve hermandades de la jornada, contando con el voto negativo del Carmen, el Buen Fin y el Cristo de Burgos.

Los principales beneficios que ofrece esta reforma son, por un lado la alternancia a la salida de la Catedral, y por otro la eliminación de una cofradía -la del Buen Fin- del eje de Francos, Salvador, Cuna y Orfila. Dicha alternancia evitará que el Carmen pudiera frenar a las dos siguientes cofradías que avanzan a mayor velocidad, como la Sed y San Bernardo.

Este plan ha dejado demasiadas ampollas, hasta el punto de que el Cristo de Burgos ha pedido formalmente al Ayuntamiento que no lo apruebe por la inseguridad que generaría en torno a su sede canónica durante la salida.

Sin acuerdo en la Madrugada

Una de las jornadas más necesitada de cambios era la Madrugada. Las seis hermandades han apostado por aplicar una solución quirúrgica en lugar de una revolución que deje más heridos. La apuesta pasa por arreglar el nudo gordiano de la encrucijada de Zaragoza, Reyes Católicos y San Pablo que afecta a las hermandades del Gran Poder y la Esperanza de Triana, en lugar de apostar por cambios de orden que generen nuevas tensiones y problemas.

La apuesta es que la Esperanza de Triana podría alargar su recorrido al llegar a San Pablo por Zaragoza para llegar a la Plaza Nueva y bajar por Tetuán, Velázquez y O'Donnell a la Campana. Así podría tener más metros para que la cofradía siga andando. Por su parte, el Gran Poder tendría que dejar libre la calle Zaragoza. Una solución es que al abandonar Arfe siga por Adriano y, a través de Santas Patronas, salga de nuevo a San Pablo para retomar su itinerario habitual. La diferencia en metros con el recorrido actual no es significativa.

Fuentes de la jornada consultadas por este periódico aseguran que las hermandades ya han hecho todo lo posible y que ahora es el Consejo el que debe valorar cuál es la solución más idónea, siendo esta la preferida mayoritariamente por las hermandades. En cualquier caso, la nueva propuesta se probaría y si no resultara muy satisfactoria se experimentaría una nueva configuración.

El otro gran problema de la Madrugada es la limitación de tiempo, siendo la jornada con las hermandades con más nazarenos. Para solucionar esta cuestión se apuesta por una autorregulación por parte de cada hermandad, al descartarse prácticamente por su complejidad un adelanto de la hora de inicio de la carrera oficial o de su final, donde la Hermandad de los Gitanos ya cuenta con un horario muy tardío. En esta línea se ha pronunciado en varias ocasiones el hermano mayor del Gran Poder.

La solución se conocerá el día 15.

El Jueves Santo, en manos del Consejo

La jornada se encamina hacia una permuta entre el Valle y la Quinta Angustia que evitaría el cruce de la primera con Pasión en el Banco de España. Este cambio también permitiría que desatascar la zona del Salvador, por donde pasa la Hermandad de la Exaltación a su vuelta, posibilitando que Pasión pueda salir del templo con más desahogo. En cualquier caso, la última palabra la tiene el Consejo.

Sin cambios el Viernes y un Sábado Santo condicionado por el Santo Entierro Grande

El Viernes Santo se mantendrá igual que en los últimos años, una vez ajustados los tiempos con el conteo de nazarenos. En cuanto al Sábado, la jornada no tiene problemas. Este año sí estará alterada por una de las grandes novedades del año: el Santo Entierro Grande. Los horarios e itinerarios de los traslados están pendientes de aprobación, toda vez que se ha descartado ya que haya un itinerario común antes de la carrera oficial, lo que dejará un cortejo sólo para abonados. Alguna hermandad del día, como los Servitas, ya han comunicado algún cambio de recorrido. Por ejemplo, pasarán por el convento de las hermanas de la Cruz a la vuelta, en lugar de a la ida.

Mil sillas menos en Sierpes

El talón de Aquiles de la carrera oficial es la calle Sierpes y para el año que viene, por fin, el Consejo ha decidido meterle mano. Perderá un 20% de sus sillas en la próxima Semana Santa "por cuestiones de seguridad": un total de 1.149 asientos de los cinco mil que actualmente tiene. Los abonados que pierdan sus asientos serán reubicados en un sorteo ante notario. Actualmente sólo hay 950 sillas disponibles en otras parcelas por lo que, si este número no se incrementa en la próxima renovación, hay 193 que se quedarán sin cubrir. El Consejo dejará de ingresar unos 140.000 euros con este lifting que sufrirá la calle.

Con esta reforma se conseguirá que los cortejo puedan discurrir con mayor amplitud y tranquilidad, y también que el propio público permanezca sin tantas apreturas.

El Consejo también ha anunciado que se subirá el precio de los abonos para compensar el incremento de los costes, aunque no se ha detallado de cuánto será esa subida.