Corpus de Sevilla 2024: La dualidad de la procesión más larga
La llegada de la Custodia se hace cada vez más pesada por la gran cantidad de personas que forma el cortejo
La mañana ha sido calurosa, de abanicos y botellas de agua y buscar la sombra
La parroquia del Sagrario y la Amargura, presentes en el Corpus de Sevilla 2024 en la Fundación Cajasol
La procesión del Corpus se mueve una enorme dualidad. La protagonizada por las miles de personas que se integran en el cortejo y la de los fieles que aguardan abnegados al Santísimo en cualquier punto del recorrido. Y es que la llegada de la Custodia de Arfe se hace cada vez más tediosa. Incluso, por momentos, insoportable. Si pesada es la espera en las sillas, no digamos ya para aquellos que aguardan de pie en algún punto del recorrido. El cortejo de la procesión eucarística es el más extenso de todos los que salen en la ciudad y, por su propia naturaleza, cuenta con una descompensación importante y unas velocidades diferentes en su inicio y su final. Aunque en el seno de la organización no se plantea este debate, sí es algo que se comenta y se percibe en la calle, por lo que tarde o temprano será necesario abrir este melón.
Y lo decimos porque a muchas personas cada vez le cuesta más echarse a las calles para adorar a Jesús Sacramentado en esta mañana de jueves que hoy, cumpliendo con el tópico, ha relucido más que el sol. Eso se observa perfectamente en los detalles. Cuando el cortejo empieza a salir por la Puerta de San Miguel a las 8:15 la presencia de fieles es bastante escasa. Una mirada a las sillas que instala el Consejo de Cofradías es otro buen botón de muestra. El número de asientos que se disponen en las distintas parcelas del recorrido ha ido menguando de manera considerable en los últimos años. Y, aún así, hay parcelas que no llenan. Un buen ejemplo es la Avenida de la Constitución, donde muchas de las sillas vacías tan sólo servían de elemento de separación entre el público y los integrantes de la procesión. En zonas como la Plaza de San Francisco o el Salvador también hay muchas menos sillas que antaño. Este hecho, por otra parte, favorece ciertamente la movilidad entre los distintos puntos por los que discurre el Corpus. Es bastante fácil moverse para contemplar la procesión.
En contraposición a ese público abnegado que espera paciente a la Custodia que porta a Jesús Sacramentado, se encuentran todos los que se integran en las representaciones, fundamentalmente de las hermandades. La participación de hermanos ha llegado a tal nivel que en muchas de las cofradías es necesario reservar el sitio. Lejos han quedado los años en los que uno se presentaba en el Patio de los Naranjos a la hora indicada sin más. Y si se habían acabado ya los cirios porque las previsiones se quedaron cortas, se pedía a cualquier hermandad.
Los tramos más numerosos fueron loa de siempre, la Macarena, los Gitanos, la Esperanza de Triana, el Gran Poder, San Bernardo o el Baratillo, por citar sólo algunos ejemplos. Pero la participación de los hermanos fue importante en todas y cada una de las corporaciones. Frente a este poderío, llama la atención la exigua presencia de las órdenes religiosas, que en tiempos eran las que nutrían el cortejo. No deja de ser una muestra sobre la importancia de los laicos en la vida de la Iglesia.
La mañana, como llevaban días advirtiendo los partes meteorológicos, ha sido soleada y muy calurosa. De abanico y botella de agua. A las 11:30 cuando la Custodia se encontraba en la Plaza de San Francisco el mercurio apuntaba ya a los 30 grados. Estar al sol ya era complicado.
La presencia del grupo Ministriles Hispalensis en este punto destacado de la procesión ha contribuido a dar mayor solemnidad al discurrir del cortejo y a amenizar, al menos en parte, la espera. Igual sucede con la coral de la Plaza del Salvador. Viendo el maravilloso altar montado por la Hermandad de Pasión en la puerta principal de la Colegial se añora la fabulosa procesión eucarística que la corporación del Jueves Santo organizaba el lunes posterior a la festividad. Sí, ya sabemos que el Salvador ya no es parroquia, pero el Cabildo, que alcanza la excelencia en proyectos como la recuperación de la cripta del templo, debería platearse también rescatar este cortejo.
Los caprichos del calendario (lunar) han querido que este año coincidieran el Jueves del Corpus y la festividad de San Fernando. El Ayuntamiento ha querido tener un guiño hacia el Patrón (oficial para algunos y oficioso para otros) dedicándole una de las portadas de la Plaza de San Francisco. Habrá que esperar al año que viene para ver cómo se revitaliza la festividad. El arzobispo, monseñor Saiz, lo tiene claro: “Hay que reivindicar la figura de San Fernando”.
También hay que destacar el nivel del concurso de altares, escaparates y balcones promovido por la delegación de Fiestas Mayores. Se nota el trabajo que se viene desarrollando desde hace años. Este año hay que destacar el elevado número de altares. Por cierto, el merecido primer premio en esta categoría ha sido para las monjas agustinas de San Leandro.
Por lo demás, el guion de la procesión se ha cumplido prácticamente a rajatabla, como sucede año tras año. El equipo comandado por Joaquín de la Peña tiene perfectamente medidos los tiempos y juega con ellos para que la Custodia se encuentre a las 12:30 ente la Puerta de los Palos presta para el desfiles del Ejército. Así ha sido. Era el punto y seguido en una mañana de sol y abanicos que continuó con el traslado del Señor de la Cena a los Terceros.
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