Casellas desnuda su alma en un canto de amor a Sevilla
Pregón Semana Santa Sevilla 2023
El cantante y compositor hace vibrar al público del Maestranza con un Pregón muy lírico en el que destacaron los poemas a la ciudad, la Macarena y los Gitanos
El Pregón de Casellas, un traje a la medida
"Me sentiría egoísta si no nombrara a todas las cofradías"
Una auténtica declaración de amor a la ciudad. Un Pregón que ha contado con pasajes muy destacados dedicados a los barrios, a la infancia, al nacimiento de la fe, al arraigo de la devoción, a la importancia de la familia, a la vida en las hermandades... Con momentos cumbre como los poemas a la Macarena, al Gran Poder y, especialmente, a los Gitanos, en los que el público ha vibrado. Enrique Casellas ha desnudado su alma, lo ha dado todo para anunciar la Semana Santa de Sevilla, la ciudad a la que tanto quiere, sin dejarse nada atrás. Con una perfecta puesta en escena y un tiempo más que ajustado. Algo que también hay que agradecerle.
Comenzaba el Pregón de la Semana Santa de 2023 pasados unos minutos del mediodía. Sobre el escenario, una nueva disposición de los asientos y del atril, más centrado, con el espacio principal reservado para las principales autoridades implicadas en el acto: el alcalde, Antonio Muñoz; el arzobispo, monseñor Saiz; y el presidente del Consejo, Francisco Vélez. Los laterales quedaban para el resto, entre ellas dos mujeres: la subdelegada del Gobierno en Sevilla, Isabel Mayo López; y la representante del Poder Judicial, Begoña Rodríguez Álvarez.
Apenas se había sentado la concurrencia cuando la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla, dirigida con el entusiasmo habitual por el maestro Francisco Javier Gutiérrez Juan, interpretaba la marcha Entre la noche y el día. Regalo del músico Manuel Marvizón para el pregonero, su hermandad de los Gitanos y la ciudad y que como se demostró con el paso de los minutos iba a tener un peso muy importante en la exaltación por lo que quería evocar. No tardó el pregonero en destapar la esencia de su texto, plagado de lírica, metáforas e imágenes y en el que, de una manera u otra, no dejó de nombrar a ninguna hermandad.
Acostumbrado a cantarle a su ciudad, a sus tradiciones y sus hermandades, Casellas planteó un Pregón muy musical sustentado en tres pilares: Jesús, María y, sobre todo Sevilla. La primera palabra del pregonero fue esta: Sevilla. Por si alguien tenía alguna duda. Eran las 12:32. Comenzaba el Pregón con un largo poema en el que mostraba sin tapujos el amor por esta tierra y ya, de entrada, nombraba a un buen número de cofradías. Entre ellas, muchas de las vísperas.
Tras esta magnífica puesta en escena, con un declamación muy saneada y su característico acento tan genuinamente sevillano, y el pertinente y protocolario saludo a las autoridades, Casellas arrancó un sentido aplauso con un recuerdo al cardenal Amigo, fallecido el pasado año, y una divertida anécdota acontecida cuando pronunció el Pregón de las Glorias. El teatro elevó un aplauso al cielo.
El pregonero realizó un recorrido prácticamente lineal por la Semana Santa en el que fue intercalando destacados pasajes a sus devociones más acentuadas. El primero fue para su Hermandad de la Hiniesta, en la que vivió su bautizo cofradiero. La Semana Santa es la vida a la que volvemos cada Domingo de Ramos: "En San Julián encuentro los renglones de mis primeros días de cofradías".
¿La pasión según Sevilla o Sevilla según la pasión?
El papel de los barrios para dar forma a sus cofradías y sus advocaciones, con San Bernardo y San Benito como máximos exponentes, llevó al pregonero a relatar cómo resurgen cada año cuando salen sus cofradías. "No hay mayor solera que la pertenencia a la Hermandad del barrio que te vio nacer y vio nacer a tus mayores". A través de dos mujeres, Encarna y Refugio, y las dos hermandades, Casellas relató como estos escenarios se reencuentran con sus antiguos moradores en un ejercicio de amor a unos titulares que pasan de generación en generación. Barrios enlucidos la pátina del tiempo el día en el que salen sus cofradías. Fue este uno de los pasajes más intimistas y bellos del Pregón. Mucha verdad puso el pregonero sobre la mesa.
El recuerdo a Pascual González estuvo presente a través de un encuentro acontecido en una mañana de Jueves Santo de pandemia en el Santuario de los Gitanos. La manera en la que el gran trovador de Sevilla llamó la atención sobre la Virgen de las Angustias, -"¿y la cara?"-, dio pie a Casellas para introducir un extenso poema en el que ensalzó los rostros de un buen número de imágenes.
Y la cara de la Macarena. "Sevilla es una mocita de ojos grandes que responde cuando le dicen Macarena". El pregonero eligió a la Virgen de la Esperanza para hablar de la familia. De la suya, con el corazón partido entre el santuario y la basílica. Devociones de la misma Madrugada que le llevó a recordar la propuesta imposible del antiguo hermano mayor de la Macarena, Manolo García, en una entrevista publicada por este periódico: "Si el problema de la Madrugada es la Macarena, nos buscamos otra para nosotros". Sueño imposible del pregonero. Casellas se gustó en estos minutos dedicados a la Macarena que fueron despedidos con una larga ovación por el público puesto en pie. Fue uno de los mejores momentos de la mañana.
Llegaba el tiempo de ensalzar a los capataces, ya había hecho lo propio con los oficios de la Semana Santa e, incluso, con los medios de comunicación que se dedican a la información cofradiera. Se adentraba Casellas en el callejero de la ciudad para acordarse de otro buen número de hermandades. "Dios es el mismo en las angosturas que en las avenidas". ¿Dónde está Sevilla?, se preguntaba el pregonero.
La sobreexposición de la Semana Santa
Sobrepasada la mitad de la exaltación, el pregonero se detuvo de nuevo en la ciudad. Lo hizo en sus calles y plazas y en los muchos personajes ilustres a los que recuerdan. Un recorrido que bien podría incluirse como recomendación en los programas de Semana Santa. "Cuántas de esas calles y de tantas, parecen haberse construido pensando que entre sus paredes, sobre sus adoquines, tendría que pasar una cofradía y cuántas, cuya arquitectura moderna y desangelada, parecen estrechar sus aceras cuando pasan procesiones que las hacen suyas haciéndonos olvidar su tinte de modernidad y, en más de un caso, de carente gusto".
Valiente fue Casellas al referirse al hartazgo que muchos sufren por la continua sobreexposición de la Semana Santa. Alertó de la banalización latente y se agarró al Señor de Sevilla para mantener el hilo de la fe en otro de los momentos más sentidos y celebrados. "En San Lorenzo está si andas perdido. Por mucho que lo hayas ofendido, el Gran Poder te espera".
La senda de la vida conduce a la Madrugada. Llegaba con esta declaración de intenciones el gran momento dedicado a la Hermandad de los Gitanos. La vida es el primer Padre Nuestro rezado ante el Señor de la Salud. El tiempo que transcurre entre la mañana del Jueves Santo y el mediodía del Viernes. La fe viva a las devociones que se mantiene de generación en generación. Entre la noche y el día Casellas desnudó su alma ante los olés lanzados desde el patio de butacas. No es viernes oculto, arcano, es Viernes de cofradías, cuando murió el Soberano, cuando pasan los Gitanos entre la noche y el día". Público, en pie y pregonero, emocionado.
Agotándose la candelería, la cofradía del pregonero se aproximaba a su recogida. Y lo hacía en todo lo alto con otro canto a Sevilla y a la inminencia de sus grandes días. Llega la Semana Santa y, ante tanta vida incierta, a ti te sobran razones, Dios habita en tus rincones y está llamando a tus puertas. Sal a la calle, despierta, sal y que el mundo lo vea y déjale el alma abierta, Sevilla, bendita seas".
Finalizaba el Pregón de la Semana Santa de Enrique Casellas tras 71 minutos de emoción. Un Pregón que fue de menos a más y que ha sido una declaración de amor a Sevilla.
El delegado de Fiestas Mayores defiende las medidas de seguridad
Juan Carlos Cabrera, delegado de Gobernación y Fiestas Mayores, afrontaba la que puede ser su última presentación de un pregonero. En mayo se celebran elecciones municipales, y el delegado aprovechó en su completa intervención para repasar lo vivido y lo realizado en los últimos años en materia cofradiera. No vaciló el munícipe a la hora de defender las medidas de seguridad puestas en marcha para garantizar la pervivencia de una celebración amenazada en los últimos tiempos. "No es fácil tomar decisiones y, en ocasiones, pudieron no ser comprendidas. Tomé medidas difíciles pero por el bien de mi ciudad y de la Semana Santa, como aforar cruces con las vallas, incorporar cámaras y restringir la venta de alcohol durante la Madrugada al paso de las cofradías", reconoció. Todo ello, abundó, "pensando en todos, en la seguridad y en la solemnidad de una celebración religiosa que así lo requiere. Y con vistas a evitar incidentes y elementos que la distorsionen, como ya hemos sufrido en Sevilla anteriormente".
Cabrera también dio las gracias al Consejo de Cofradías por su valentía para acometer la tan necesaria reforma de algunas de las jornadas de la Semana Santa.
El delegado se mostró agradecido con su equipo, su familia, especialmente con sus dos hijas que se estrenaban en el teatro, por la ayuda y el apoyo en los ocho años de servicio a las hermandades: "Como delegado municipal, he podido conocer desde la vertiente de la responsabilidad institucional un mundo que me apasionaba. Y del que me llevo importantes enseñanzas gracias a las personas y hermandades que he tenido la suerte de conocer".
Del pregonero, al que definió como "un artista de la palabra" y "hombre de gran corazón y comprometido", hizo una trayectoria de su trayectoria cofradiera y casi vital, tan vinculado a San Julián y Capuchinos.
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