"Me sentiría egoísta si no nombrara a todas las cofradías"
Enrique Casellas | Pregonero de la Semana Santa de Sevilla 2023
Su Pregón durará una hora y diez minutos, nombrará a todas las hermandades y el verso tendrá gran presencia
Habrá leves cambios a la hora de sentar a las autoridades en el escenario
Considera que el problema de saturación de nazarenos en los cortejos desaparecerá con la actual crisis de natalidad
Marvizón compondrá una marcha para el Pregón que pronunciará Enrique Casellas
Enrique Casellas, pregonero de la Semana Santa de Sevilla 2023, ha logrado sobrevivir desde su elección sin usar el whatsapp. Un rara avis en estos tiempos actuales donde la mayoría de los mortales sucumben a las redes sociales y al sonido del teléfono móvil alertando de la llegada de un mensaje. A pocos días de subirse al escenario del Teatro de la Maestranza, se muestra tranquilo, aunque, claro, la procesión -nunca mejor dicho- va por dentro.
Pese a su experiencia en los atriles, reconoce que lo de este Domingo de Pasión es un grado superlativo. Para escribirlo se ha aislado algunos días en su casa de la sierra, en suma soledad y silencio. "Ni música ponía", asegura el pregonero.
Su destreza ante las cámaras de televisión le lleva a colocarse él solo el micrófono de solapa y hasta aconsejar al fotógrafo y periodista sobre su uso. La alegría es la nota dominante de este sevillano, cantante y cofrade que anunciará, a siete días del Domingo de Ramos, las mayores de la dichas para la ciudad.
-Séame sincero. ¿Deseando que sea ya Lunes de Pasión?
-(Risas). No, porque todo lo que estoy viviendo, aunque sea muy intenso, con una carga de actos que cansa, es bonito. Son momentos que no me podía imaginar. Uno es consciente de lo que supone pronunciar el Pregón de la Semana Santa, pero no sabía la cantidad de muestras de cariño y afecto que recibes. Cuando llegue el Lunes de Pasión me preguntaré: ¿Y hoy qué tengo que hacer?
-¿Cómo ha podido sobrevivir todos estos meses sin whatsapp?
-Es lo único bohemio que me puedo permitir. Reconozco que el whatsapp es una herramienta útil, pero tengo otros sistemas de mensajería que no molestan tanto. Me mantengo invicto en ese sentido (risas).
-Vayamos al grano. ¿Le entró pánico cuando se enfrentó a la primera página del Pregón?
-Pánico no es quizás la palabra exacta, pero un respeto enorme sí me provocó. Cuando me enfrenté a la primera página era también la primera vez que recogí a mi hija porque salió por la noche ya tardecito -cosas de padres- y cuando volví a las tres de la madrugada me barruntaba una idea. Al despertarme, ya tenía, al menos, el arranque. La gente de Sanlúcar dice que cuando coges la 'roá', no debes soltarla. Y así hice.
-Sin intención de hacer spoilers, si tuviera que definir su Pregón, ¿qué palabra o expresión emplearía?
-Sevilla.
-Así de rotundo...
-Es lo que me ha salido. Seguramente, si hoy me sentara a escribir, sería otro Pregón. Nunca en mi vida he planificado nada de lo que he tenido que escribir, a no ser que me deba ceñir a un audiovisual por capítulos, pero cuando me he enfrentado a este tipo de trabajos, siempre he intentado que sea la escritura la que me lleve a mí y no al revés. He querido que Sevilla siempre aletee en el Pregón y creo que lo he conseguido.
-Pronunció el Pregón de las Glorias de 2004. ¿Ha cambiado mucho la visión del mundo de las hermandades desde entonces para usted?
-Para mí y para todos. Y seguirá cambiando. En el 2004 casi nadie tenía whatsapp, hoy lo posee casi todo el mundo. Las redes sociales no estaban en circulación. Todo eso ha influido mucho en las hermandades. No sólo en nuestra visión, sino en el desarrollo del día a día de las cofradías.
-Mucho se ha hablado los últimos años sobre un posible cambio de escenografía y modelo del Pregón. ¿Cree que su formato actual ha quedado superado por los tiempos?
-A mí me parece que sí. Estamos en un espacio escénico imponente y no se aprovecha nada. Esto no quiere decir que yo considere que al Pregón haya que darle una vuelta de tuerca y meterle audiovisual. Soy contrario a eso. El Pregón es la palabra y el que quiera aderezarla con algo es porque no tiene mucho que decir. Para eso hay otros formatos. Ya lo hacen en otras ciudades, pero Sevilla tiene una línea muy definida en este acto. Ahora bien, la escenografía, con esa cortina detrás, creo que habría que cambiarla. Aunque eso no me corresponde a mí.
-¿Hay alguna novedad al respecto para este año?
-Todavía no lo sé. Pienso que algo habrá, aunque no creo que mucho. Será en la colocación de las autoridades sentadas encima del escenario, pero no va a ir más allá.
-¿Le agradaría la idea de poder dar el Pregón en un espacio donde cupiera más público, como el Auditorio de Fibes?
-No. Al final, el Auditorio de Fibes se quedaría pequeño para algunos pregoneros y muy grande para otros. En definitiva -y lo digo teniendo un problemón gordo con las entradas, pues muchos amigos se van a quedar fuera-, no es lo mismo salir a esa Sevilla que a la que hay en Fibes, que no digo que no sea Sevilla. Pero no supone igual salir del Maestranza y saber que a la vera hay 20 hermandades con sus imágenes expuestas en besamanos que aquello. Esto también crea un clima para el Pregón.
-Será el pregonero de una Semana Santa remodelada y con bastante polémica. ¿Entiende el tono empleado en los comunicados de algunas hermandades afectadas por los cambios?
-Lo entiendo en el contexto de que es una manera de justificarse ante los hermanos. Son comunicados para sus hermanos con gran trascendencia por la inmediatez que tiene hoy día cualquier noticia relacionada con las hermandades. Ante tus hermanos tienes que cerrar el puño y dar un golpe en la mesa. No quiero decir con esto que no estén faltas de razón, pero creo que el tono busca más justificarse ante sus hermanos que echar por tierra al de al lado.
-Su cofradía es la de los Gitanos. ¿Es partidario del numerus clausus en los nazarenos para solucionar la Madrugada?
-Hay que tener en cuenta la deriva a la que puede llevarnos esto. Por un cuestión puramente demográfica, dentro de diez años puede que no haga falta. Hoy le damos vueltas porque es un problema, que por ley natural se puede solucionar.
-Por cierto, ¿suena bien la nueva marcha que ha compuesto Manuel Marvizón para su Pregón?
-Se llama Entre la noche y el día. Describe muy bien ese momento en el que la Hermandad de los Gitanos pasea a sus titulares por Sevilla. Tiene esa connotación de aires que suenan a nosotros, pero con el sello y la elegancia que Manolo imprime a todo lo que hace.
-Vayamos con los tópicos, ¿su Pregón olerá a canela y clavo?
-Claro. Inevitablemente (risas).
-¿Habrá parte musical?
-Entre la noche y el día y Amarguras (risas). Lo que pasa es que mi manera de escribir lleva música ímplicita. No sé hacerlo de otra manera. Pero no habrá ningún aditivo musical al Pregón.
-Otros tópicos que no pueden faltar en esta entrevista: ¿las nombrará a todas?
-Sí.
-Eso tiene mérito...
-No es tan complicado y menos en un Pregón de hora y diez minutos. No dura más. Con voluntad se hacen las cosas. Además, yo me sentiría egoísta si no las nombrara a todas.
-¿Tendrá mayor presencia el verso que la prosa?
-No lo he calibrado. Pero hay mucho verso.
-Hace pocos días el arzobispo y el alcalde lo visitaron. ¿Qué le dijo monseñor Saiz? ¿Le dio algún tipo de recomendación?
-Lo fundamental que tenía que decir el arzobispo es que iba a rezar por mí. Se lo agradezco porque falta me hará. Todo el que conozca a don José Ángel sabe que es una persona cercana y entrañable. Tampoco era un día de consejos, sino de compartir esa alegría que hay ahora mismo en mi casa. Y así fue.
-Del arzobispo se puede decir que ha caído de pie en el mundo de las cofradías...
-Creo que sí. Un pastor de la Iglesia toma decisiones que agradarán a unos sí y a otros menos, pero en la vida lo más difícil que hay es ser normal y la Iglesia, en general, está necesitada de personas normales, de tener esa cercanía. Sin quitar lo que supone ser arzobispo de una diócesis como Sevilla, la Iglesia requiere de esa cercanía. Es fundamental.
-Hace poco más de un año murió uno de los juglares de Sevilla, Pascual González. ¿Cree que la ciudad estará siempre en deuda con él por no concederle el Pregón?
-La ciudad, no. Él dijo en una entrevista que "el pueblo le había ganado al senado". Es verdad. Pascual es pregonero sin haberse subido al atril del Maestranza. La unanimidad en torno a su figura es rotunda. La ciudad no está en deuda con él. Las circunstancias han querido que no lo sea. También es verdad que aunque nos parezca algo incoherente, lo normal en Sevilla es no ser pregonero, por una simple cuestión estadística. Sevilla se volcó con Pascual siempre y él se sentía querido por su ciudad.
-Perdone mi curiosidad. ¿Me puede adelantar de qué color será su corbata y el chalequillo del chaqué?
-La corbata me la va a regalar un amigo, que fue el que me regaló la de mi boda. El chalequillo va a ser gris.
-Una vez que abandone el escenario del Maestranza, ¿a qué persona abrazará primero cuando vuelva a su camerino?
-No sé quién llegará primero, pero a las que quiero abrazar es a mi mujer, mi madre y mis hijos. Mi familia, en general.
-Volviendo al principio. ¿Qué le gustaría que dijeran de su Pregón cuando lo escuchen el domingo?
-Que Sevilla estuvo en el atril del Maestranza y que fue un Pregón de Sevilla para Sevilla.
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