Revolución tecnológica: ¿cómo será el cuerpo humano en el año 3000 según los expertos?

Un estudio recrea en 3D una aproximación sobre cómo podría evolucionar el ser humano por culpa de las nuevas tecnologías

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Recreación del ser humano del año 3000

Las películas de ciencia ficción y las series futuristas nos han mostrado un ser humano del futuro exactamente igual al actual. Lo que varía es el escenario en el que suceden, pero el ser humano es imaginado a imagen y semejanza del ser humano de este milenio (o el anterior). Pero nunca se ha tenido en cuenta un factor importante: la revolución de la tecnología. La forma de vivir el día a día, siempre con el móvil en la mano y desde el que realizamos prácticamente todas nuestras gestiones, y todo hay que decirlo, sin el que el ser humano parece no poder vivir, podrían hacer mella en la evolución.

Es lo que cree un grupo de investigadores de Tollfreeforwarding. Un equipo de diseñadores y científicos han intentado realizar un diseño en 3D sobre cómo será el ser humano del año 3000. Y han sido tajantes: seremos más jorobados, más bajos, más cabezones, con menos cerebros y con una garra como mano.

Características del ser humano del futuro

Espalda jorobada y cuello arqueados

Joroba prominente en el ser humano de 2300

Según el estudio, los cambios en nuestra anatomía se deberán principalmente al uso constante de dispositivos tecnológicos como smartphones y ordenadores. La postura adoptada al interactuar con estos dispositivos durante largas horas tendrá un impacto significativo en nuestra estructura ósea y muscular. Caleb Backe, un experto en salud y bienestar de Maple Holistics, explica que "pasar horas mirando tu teléfono tensa el cuello y hace que tu columna pierda el equilibrio. En consecuencia, los músculos de su cuello tienen que hacer un esfuerzo adicional para sostener su cabeza. Sentarse frente a la computadora en la oficina durante horas y horas también significa que su torso se estira frente a sus caderas en lugar de apilarse recto y alineado".

Estos hábitos posturales prolongados llevarán a que en el futuro el ser humano presente una espalda más jorobada y un cuello arqueado hacia adelante. Además, el uso excesivo de los smartphones también provocará el desarrollo de una "garra de texto", donde los dedos se curvarán en una posición poco natural por sostener el dispositivo durante períodos prolongados. El Dr. Nikola Djordjevic de Med Alert Help explica que "la forma en que sostenemos nuestros teléfonos puede causar tensión en ciertos puntos de contacto, lo que provoca la 'garra de texto', que se conoce como síndrome del túnel cubital".

Una garra

La nueva garra humana

Sobre nuestros brazos, expresan que nos saldrá una garra. Según su diseño tendremos dos cambios anatómicos significativos, causados directamente por el uso de un dispositivo tecnológico en particular: el teléfono inteligente. Una condición acuñada recientemente, la que ellos han llamado "garra de texto".

Tras agarrar constantemente el teléfono inteligente se acabaran curvando los dedos en una posición poco natural, por usar el móvil largos períodos de tiempo.

El Dr. Nikola Djordjevic de Med Alert Help explica la ciencia detrás del síndrome: "Hace algunos años, el uso de Internet móvil superó al de escritorio y ahora tenemos Internet en nuestras manos. Sin embargo, la forma en que sostenemos nuestros teléfonos puede causar tensión en ciertos puntos de contacto, lo que provoca la "garra de texto", que se conoce como síndrome del túnel cubital".

Codo de 90 grados

Otro cambio físico notable será el desarrollo de un "codo de 90 grados" o "codo de teléfono inteligente", causado por la posición típica del brazo al sostener y usar los smartphones. El Dr. Djordjevic señala que "este síndrome es causado por la presión o el estiramiento del nervio cubital que corre en un surco en el lado interno del codo. Esto provoca entumecimiento o sensación de hormigueo en los dedos anular y meñique, dolor en el antebrazo y debilidad en las manos. Mantener el codo doblado durante mucho tiempo (la mayoría de las veces, mientras sostiene el teléfono) puede estirar el nervio detrás del codo y ejercer presión sobre él".

Cuello tecnológico

Los efectos de la tecnología en el cuello también han dado lugar a una nueva condición llamada "cuello tecnológico". El Dr. K. Daniel Riew del New York-Presbyterian Orch Spine Hospital explica que "cuando estás trabajando en una computadora o mirando tu teléfono, los músculos en la parte posterior del cuello tienen que contraerse para mantener la cabeza erguida. Cuanto más mires hacia abajo, más duro tendrán que trabajar los músculos para mantener la cabeza erguida. Estos músculos pueden cansarse y doler demasiado al mirar nuestros teléfonos inteligentes y tabletas o al pasar la mayor parte de nuestro día laboral en las computadoras".

Cráneo más grueso

Existe preocupación sobre los efectos de la radiación de radiofrecuencia emitida por los smartphones en el cerebro. La Organización Mundial de la Salud clasificó esta radiación como "posiblemente cancerígena para los humanos", y estudios sugieren que puede afectar el rendimiento de la memoria y otras áreas cognitivas, especialmente en niños cuyos cráneos son más delgados y absorben hasta tres veces más radiación. Como respuesta evolutiva, se desarrollaría un cráneo un poco más grueso para proteger el cerebro de estos daños potenciales.

Cerebro más pequeño

Aunque no se notaría a simple vista, la tecnología también podría cambiar el tamaño de nuestros cerebros. El científico cognitivo David Geary propuso la "teoría de la idiocracia", sugiriendo que gracias a los avances tecnológicos en agricultura, salud y otros ámbitos, ahora tenemos que hacer mucho menos para sobrevivir, lo que llevaría a una disminución en el tamaño del cerebro humano. Esta teoría se basa en investigaciones que mostraron cómo los cerebros humanos se encogieron entre hace 1,9 millones y 10.000 años.

Nuevo párpado interno

El cambio final y más extravagante sería el desarrollo de un nuevo párpado retráctil, similar al de los cocodrilos, para proteger los ojos de la exposición excesiva a la luz de las pantallas, que puede causar dolores de cabeza, fatiga visual e incluso ceguera. Kasun Ratnayake de la Universidad de Toledo sugirió que "los humanos pueden desarrollar un párpado interno más grande para evitar la exposición a la luz excesiva, o el cristalino del ojo puede desarrollarse evolutivamente de modo que bloquee la luz azul entrante, pero no otras luces de alta longitud de onda como el verde, el amarillo o el rojo". Este párpado lateral adicional sería el cambio evolutivo final para nuestro humano futurista con efectos tecnológicos.

En conclusión, el estudio realizado por Tollfreeforwarding y su equipo de diseñadores y científicos ofrece una visión fascinante y algo alarmante de cómo la tecnología podría moldear la evolución humana en los próximos siglos. Desde cambios posturales como espalda jorobada y codos doblados, hasta modificaciones anatómicas como garras de texto, cráneos más gruesos y un nuevo párpado interno, estos cambios reflejan el impacto profundo que nuestros hábitos tecnológicos actuales podrían tener en nuestro futuro como especie. Si bien algunas de estas adaptaciones pueden parecer extremas o incluso de ciencia ficción, el estudio destaca la importancia de ser conscientes de cómo nuestras interacciones con la tecnología afectan nuestro cuerpo y nuestra salud a largo plazo.

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