Las respuestas sobre el Universo tendrán que esperar tras la avería de gran acelerador
El Gran Colisionador de Hadrones (LHC), destinado a observar partículas elementales que podrían confirmar la teoría del Big Bang, sufre una nueva avería que lo dejará fuera de funcionamiento al menos dos meses
Ginebra/El acelerador de partículas Gran Colisionador de Hadrones-LHC, un complejísimo experimento con el que se intenta descifrar misterios clave sobre el origen del Universo, sufrió hoy una nueva avería que lo dejará fuera de funcionamiento al menos por dos meses.
El LHC, desarrollado en el Centro Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN), comenzó a funcionar hace diez días, pero una semana después fue detenido debido a un problema eléctrico que afectó el sistema de enfriamiento del circuito de 27 kilómetros construido cien metros bajo tierra. Tras esa avería, el acelerador fue puesto en marcha nuevamente ayer, antes de volverse a detener un día después.
Esta vez la disfunción fue atribuida por el CERN a una conexión eléctrica defectuosa entre dos imanes, lo que produjo un fallo mecánico. El incidente -explicó el organismo- provocó a su vez una fuga de helio dentro del túnel donde se encuentra el acelerador. El CERN indicó que ha emprendido una investigación sobre el incidente, al tiempo que aseguró que sus estrictas medidas de seguridad garantizaron que ninguno de sus colaboradores estuvo en riesgo en ningún momento.
El tiempo mínimo de dos meses que tardará el LHC en volver a funcionar se debe a que todo el sistema en el que funcionan los imanes -es decir, -271 grados centígrados o dos grados por debajo del cero absoluto- deberá volver a calentarse para que los científicos puedan reparar la avería. Enseguida, deberá emprenderse el proceso contrario para volver a bajar la temperatura de los imanes, que guían los protones y los aceleran hasta su colisión.
En la primera prueba oficial del acelerador, realizada el pasado día 10, se tuvo éxito al lograr que un haz de millones de protones, que había sido inyectado en el acelerador, diese una vuelta completa, en una hora, al túnel circular subterráneo de 27 kilómetros. Ese mismo día un segundo haz de partículas, introducido en dirección opuesta -en sentido contrario a las agujas del reloj- consiguió igualmente recorrer todo el acelerador, situado bajo la frontera suizo-francesa.
Sin embargo, las recientes averías detectadas en el circuito -y particularmente la de hoy por el retraso que supone en el experimento- suponen un jarro de agua fría tras el franco entusiasmo que provocó el exitoso arranque del proyecto, en el que se trabaja desde hace 25 años y en el cual se han invertido 4.000 millones de euros.
Se espera que cuando el LHC logre hacer colisionar las partículas en trayectoria opuesta se conseguirá que surjan partículas elementales que jamás han podido ser observadas. El experimento podría confirmar la existencia de la partícula de Higgs (llamado 'bosón de Higgs'), que es predicha por el modelo estándar de la física de partículas aunque no ha podido demostrarse hasta ahora experimentalmente. La teoría se conoce también como "la partícula de Dios" porque si finalmente quedara confirmada, la teoría del Big Bang, es decir, de una gran explosión como origen del Universo, recibiría un espaldarazo definitivo.
No obstante, este experimento -en extremo delicado y difícil de entender fuera del ámbito científico- ha suscitado el miedo en quienes creen que los minúsculos agujeros negros que crearán serán causantes del fin del mundo, una posibilidad que los científicos han negado.
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