La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
Ya estamos en pleno verano, por mucho que el calendario diga que quedan aún un par de semanas, y sabemos que lo peor está todavía por llegar. Tanto en el termómetro como en la correspondiente factura de la luz.
Antes de que llegue lo más tórrido tenemos algo de margen para aprovechar los recursos que la tecnología puede ofrecernos para, con una mínima inversión y sin complejas obras de instalación, evitar que se nos dispare el recibo.
Aquí entran en juego los dispositivos inteligentes conectados, el internet de las cosas o IoT: ventiladores, humidificadores, enchufes y bombillas inteligentes... Son solo algunas muestras de los dispositivos que puedes controlar desde tu smartphone allá donde estés para proporcionar a tu hogar la climatización más confortable, al tiempo que ahorras energía y dinero, como nos aconsejan desde la tecnológica española SPC.
Estos productos se pueden gestionar en remoto, por lo que podremos activarlos de camino a casa para encontrarnos un ambiente agradable al llegar o apagarlos cuando estemos fuera.
Nos permitirán por otra parte cambiar las programaciones que estuvieran establecidas y el resto de ajustes en función de las necesidades de cada momento y también de cada estancia del hogar.
Por ejemplo, si tenemos programado nuestro dispositivo IoT para que se active a la hora a la que solemos llegar a casa por la tarde pero una tarde nos surge un plan inesperado y vamos a retrasarnos, podemos variar desde el teléfono, a través de la aplicación de gestión del dispositivo, la hora de encendido.
Pequeños gestos como este, repetidos a lo largo del verano, se traducen en un importante ahorro de energía y dinero en nuestros hogares.
Además de todas las ventajas que nos ofrecen los productos IoT, hay algunos como los ventiladores inteligentes que nos aportan otros beneficios adicionales.
Son una forma más natural de refrescar el ambiente que el aire acondicionado porque disipan el aire caliente del entorno en lugar de expulsar el aire frío y deshidratar el ambiente, lo que puede causar sequedad en las vías respiratorias, dolores de garganta o resfriados.
Son asimismo una alternativa más sostenible y respetuosa con el medio ambiente al no requerir de gases refrigerantes para su funcionamiento, que pueden perjudicar la capa de ozono.
Su sistema de control móvil implica que podemos programar su encendido y apagado automático desde nuestro smartphone o tablet, lo que permitirá configurarlo para que se active durante las horas que lo necesitemos, ya sea de día o durante las horas de sueño, sin que tengamos que acordarnos de desactivarlo. Así nos aseguraremos de que no permanece encendido innecesariamente.
Gracias a su capacidad de gestión remota, el ventilador inteligente puede encenderse en los momentos en los que el consumo eléctrico sea más barato y para que se apague cuando la tarifa vaya a cambiar de precio y notar, así, ahorro en nuestro bolsillo.
Los humidificadores inteligentes, pequeños, discretos y que ocupan poco espacio, nos aportarán la humedad necesaria (entre el 40% y el 60%) para contrarrestar la sequedad del aire de las zonas con clima más seco, así como aquella que pueden generar otros aparatos de climatización.
Eso proporcionará una sensación térmica menor en la estancia en la que coloquemos este dispositivo, que podemos programar, activar o desactivar a distancia a una hora concreta para que la casa se encuentre con una temperatura y humedad agradables.
No solo los dispositivos de mayor tamaño ayudan a refrescar y mantener un ambiente confortable; las bombillas inteligentes se convertirán este verano en nuestras aliadas y nos ayudarán también a crear un ambiente fresco y confortable.
Si seleccionas colores fríos para iluminar tu vivienda, en tonalidades blancas y azuladas, crearás una sensación térmica más refrescante que si la luz de tu hogar es en tonos cálidos y amarillentos.
Aunque la tecnología nos permita rebajar los grados de nuestro hogar para estar más cómodos sin tener que pagar de más ni hacer obras de instalación, no debemos olvidar los trucos tradicionales.
Si tenemos un jardín o plantas, podemos regarlos a última hora del día. Así, nuestras flores absorberán mejor el agua y desprenderán un frescor que podrá entrar por las ventanas y refrescar las estancias.
Otro truco común y sencillo es intentar cocinar o planchar la ropa en las horas más frescas del día o cuando nos vamos a ir, para no generar más calor y que se extienda al resto de habitaciones, haciendo que se calienten y tengamos que aumentar la potencia de nuestros sistemas de climatización.
Por último, no podemos olvidar la importancia de utilizar telas frescas, tanto en nuestra ropa como en los textiles del hogar, como el lino o el algodón, ya que absorben la humedad y son muy transpirables y ligeras.
También te puede interesar
Lo último
No hay comentarios