Los enigmáticos dodecaedros romanos: un misterio arqueológico sin resolver
Arqueología
El hallazgo de numerosos ejemplares de estos pequeños objetos no deja de sorprender, sobre todo por su uso desconocido
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Encontradas en la tumba de la reina Merneith cientos de tinajas intactas de vino milenarias
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Recientemente, la arqueología ha sido testigo de un enigma intrigante: el hallazgo de los Dodecaedros Romanos. Estos pequeños objetos huecos de bronce o piedra, con forma dodecaédrica, datan de los siglos II o III d.C. y han desconcertado a los investigadores por décadas.
Se han encontrado cerca de un centenar de estos dodecaedros desde Gales hasta Hungría y España, con una concentración particular en Alemania y Francia. Varían en tamaño, entre 4 y 11 centímetros, y algunos están hechos de bronce mientras que otros son de piedra. Un hallazgo reciente incluso ha revelado un icosaedro romano, previamente clasificado erróneamente como un dodecaedro.
Lo más desconcertante de estos artefactos es su función. A pesar de su abundancia, no hay menciones de ellos en las crónicas ni imágenes de la época, lo que ha dejado a los historiadores y arqueólogos especulando sobre su propósito. Algunas teorías sugieren que podrían haber sido candeleros, dados, dispositivos agrícolas para determinar la fecha óptima de siembra, calibradores para tuberías de agua, o incluso bases para sostener el águila romana, el estandarte del ejército.
Otros sugieren que podrían haber tenido un propósito religioso o de adivinación. El descubrimiento de cera dentro de algunos dodecaedros ha llevado a la especulación de que podrían haber sido utilizados como candeleros, mientras que el hallazgo de varios ejemplares en escondites de monedas sugiere que podrían haber sido objetos de valor.
Sin embargo, la incertidumbre persiste, ya que los dodecaedros no estaban estandarizados y vienen en una variedad de tamaños y disposiciones de aberturas. Por lo tanto, el verdadero propósito de estos enigmáticos artefactos romanos sigue siendo un misterio sin resolver.
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