Opinión
Eduardo Florido
El estancamiento retórico de García Pimienta
Sanidad
Madrid/Casi 6 de cada 10 casos de cáncer de hígado (55%) están relacionados con el consumo de alcohol, incluso con la costumbre de beber de forma intermitente o eventual, de forma que los hepatólogos lo tienen claro respecto a las bebidas espirituosas: no son saludables de ninguna forma y los excesos de fin de semana son tan perjudiciales como beber a diario.
Más de un millar de expertos se reúnen esta semana en Madrid en el 49 Congreso de la Sociedad Española para el Estudio del Hígado (AEEH) para dar a conocer un estudio sobre la evolución de la etiología del cáncer de hígado a lo largo de los últimos 15 años en España y que coloca al alcohol como la primera causa de enfermedad hepática.
El cáncer hepático puede alcanzar a un 29,9% de personas sanas que beben y sube la prevalencia al 54,9% si se consume alcohol con patologías previas, entre las que figuran el hígado graso, una afección que padece un tercio de la población española y que está causada, entre otras, por obesidad o diabetes.
Por lo tanto, el mensaje de los hepatólogos contra el alcohol es rotundo, al igual que el consenso médico que hay contra el tabaco.
Pero, ¿qué consumo de alcohol semanal se podría considerar insano? Sobre ello no hay consenso, apuntan los expertos, que recomiendan beber lo menos posible y recuerdan que el alcohol, incluso de forma intermitente o eventual, siempre incrementa el riesgo de padecer algún tipo de cáncer, no sólo hepático.
En una entrevista concedida a Efe, el presidente de la AEEH, Manuel Romero, ha sostenido que "el alcohol es un agente que produce cáncer en el hígado, cuando se consume eventualmente o en grandes cantidades", argumenta que "cada día hay más evidencia para saber que no es saludable" y destierra el mito de las dos copas de vino al día como hábito beneficioso que siempre ha preconizado la dieta mediterránea.
En línea con las conclusiones que debatirán los expertos esta semana en Madrid (el III Registro de Carcinoma Hepatocelular con datos de 767 pacientes de 52 hospitales), Romero recuerda que un tercio de la población española, es decir el 30%, padece hígado graso (asociado o no a alcohol), una patología propiciada por la obesidad, sedentarismo o abuso de alimentos ultraprocesados.
Hace hincapié en que más 9% de la población, es decir 1 de cada 10 personas según las últimas encuestas de hábitos, admite que consume alcohol diariamente, una cifra que considera que podría ser mayor.
Los datos del último registro de los hepatólogos señalan que han aumentado en diez puntos desde 2008 los casos de cáncer por hígado graso (al pasar del 1,9 a 11,8%) en un contexto en el que han subido "de forma alarmante" las personas afectadas por esta acumulación de grasa, una patología que se suele detectar sorpresivamente en pruebas rutinarias.
Los hepatólogos denuncian el fracaso de las políticas públicas para combatir el consumo de alcohol en la sociedad y lamentan que no se haya logrado revertir su peso y aceptación social aunque sea la causa principal de hepatocarcinoma.
Esto significa, en cifras desglosadas al principio, que casi 6 de cada 10 cánceres de hígado en España se deben al alcohol, concurriendo, además, dos circunstancias paradójicas para los hepatólogos: el cáncer de hígado es el que más años de vida resta a la población, pero la percepción sobre sus riesgos sigue sin modificarse en nuestro país.
Recuerdan que los jóvenes inician su consumo a edades cada vez más tempranas y con patrones asociados a un mayor riesgo (ingesta de grandes cantidades de alcohol en pocas horas).
El presidente de los hepatólogos quiere desmontar mitos extendidos entre los jóvenes sobre que el hígado es un órgano que se regenera con facilidad: "Es una leyenda urbana", zanja Romero.
Explica que el hígado, tras una intervención quirúrgica, puede volver crecer en volumen a las seis semanas, pero la cirrosis y otras afecciones provocadas por el alcohol derivan en una pérdida de células funcionantes y en que el órgano se vuelva fibrótico con el tiempo y pierda, por tanto, toda capacidad regenerativa.
"El hígado tiene un punto de no retorno", avisa este experto, pero aclara que la cirrosis y otras afecciones como el hígado graso pueden revertirse hasta cierto grado porque es "un órgano agradecido".
Los hepatólogos, sin dudarlo, recomiendan la dieta mediterránea (pero sin alcohol) como hábito contra las enfermedades metabólicas, junto con la práctica habitual de ejercicio físico o, en su defecto, caminar más de 40.000 pasos. Esto último, apunta Romero, ha demostrado beneficios sobre el hígado.
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