Carlos Navarro Antolín
La pascua de los idiotas
Valladolid-Sevilla | Nombres propios
El Sevilla de José Luis Mendilibar ya está salvado tras sumar 19 de los 24 puntos por los que ha litigado en sus ocho jornadas (seis victorias, un empate y una derrota) y, dentro de un partido con el obligado protagonismo de jugadores habitualmente suplentes, fue una grata noticia la mejoría del Papu Gómez. También la confirmación de que Gudelj lo mismo rinde de titular en la zaga o en la medular, que saliendo de refresco, como ocurrió esta vez.
El centrocampista senegalés volvió a evidenciar que necesita a Fernando a su lado, más anclado, para dar rienda suelta a su forma de concebir el fútbol. Le costó imponense en la zona ancha y en la segunda parte, dio síntomas de tener las piernas pesadas. Su tendencia, además a proteger el balón en lugar de descargar lo lleva a sufrir demasiados golpes.
En sus recientes apariciones no mostraba la chispa adecuada para las exigencias competitivas de este Sevilla, pero el modo de adquirarla es jugando minutos y con su aportación en Pucela, sobre todo en la segunda parte, ya da señales de que puede aportar su fútbol distinto en un equipo que no anda sobrado de sus virtudes ofensivas.
Hasta cuatro veces se puso de gol el delantero murciano en la primera mitad, sobre todo en una volea en el minuto 44, libre de marca y cerca de la portería, que no acertó a engatillar con potencia ni colocación ante Masip. Lo mejor, su habilidad para enviar a la red el balón de montiel con la única parte legal que podía impactar, el pecho, y sin tocar brazo.
Arrancó el partido en el banquillo, descansando como tantos otros, cara a la apasionante batalla que se anuncia para el próximo jueves ante la Juventus en Nervión. Pero salió para que fuera Rakktic quien se tomara un respiro y el centro del campo ganó en solidez e incluso proyección. El serbio es el sevillista más regular esta temporada.
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