Los vecinos del barrios de Santa Cruz, hartos de los "incumplimientos" de los bares
Denuncian en un escrito al Ayuntamiento las continuas molestias y ruidos que sufren y el número desmesurado de veladores
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Un llamamiento para que haya un control efectivo. Vecinos del barrio de Santa Cruz han elaborado un escrito que presentarán este jueves en el Ayuntamiento para denunciar los incumplimientos de muchos negocios de hostelería, los ruidos y la proliferación indiscriminada de veladores. Los residentes exigen a las administraciones, fundamentalmente al Consistorio, que vele para que se cumplan las normas que permitan una correcta convivencia en una de las zonas con más presión turística de España.
En su escrito, al que ha tenido acceso este periódico y que acompañan de un buen número de firmas, explican las dificultades que padecen en el desarrollo de su vida diaria. “Los vecinos del barrio de Santa Cruz observamos y sufrimos el continuo incumplimiento de la normativa vigente sobre la ordenanza reguladora de las terrazas de veladores por parte de la gran mayoría de los bares y restaurantes de nuestra zona”, advierte el escrito de protesta. En conversaciones con este periódico, una de las residentes promotoras de la carta señala, fundamentalmente, las calle Mateos Gago y Argote de Molina como epicentros de los desmanes de los hosteleros. Este escrito ha sido iniciativa de un grupo de vecinos que asegura que desde el primer momento han estado en contacto con la asociación de vecinos, que compartiría sus demandas.
El documento que será registrado este jueves en el distrito añade que las calles del barrio “están llenas de mesas y sillas que impiden el paso de las personas”, e incluso “pueden suponer un importante riesgo para la vida”, puesto que dificultan, cuando no impiden, el rápido acceso de ambulancias o bomberos. Otro obstáculo para lo movilidad son las motos “ilegalmente aparcadas en calles peatonales” que afectan a los residentes, especialmente a los que tienen dificultades de movilidad, además de suponer otro handicap para el pasado de los vehículos de emergencia.
Este “desmesurado crecimiento” de mesas y sillas en las terrazas generaría un insoportable ruido para los vecinos, del que tampoco serían ajenos los turistas que se alojen en el barrio. “Impide a muchos de nosotros llevar nuestro día a día de forma normal por la falta de descanso”. En este sentido, señalan a la carga y descarga, la recogida de basuras, o las actividades relacionadas con los hoteles. De hecho, una de las vecinas denuncia que en la noche del domingo apenas gozaron de cinco horas de silencio: el tiempo que va desde que los bares desmontan sus terrazas, pasadas las doce, a poco después de las seis, cuando algunos suministros comienzan a descargarse, una hora antes del horario establecido legalmente.
El cumplimiento escrupuloso del número de veladores autorizados y el control rutinario y consecuente por parte de las autoridades, los vecinos exigen:
- La obligación por cada negocio de hostelería de exponer un documento que refleje el número y localización de los veladores que tiene autorizados. Este documento debe colocarse en un lugar visible para clientes y vecinos.
- El respeto escrupuloso del horario de carga y descarga.
- El respeto de las calles peatonales y de las zonas donde está prohibido aparcar por parte de conductores de motocicletas, patinetes y otros vehículos.
- El respeto a la prohibición sobre la utilización de altavoces en espectáculos callejeros.
Para hacer posible una coexistencia más armoniosa de bares y vecinos proponen igualmente:
- Disminuir el ruido a las primeras horas de la mañana y las últimas del día por parte del personal de los bares y otros establecimientos de la zona.
- Disminuir el ruido por parte de los repartidores, incluso en el horario legal.
- No realizar actividades ruidosas como el reciclaje de cristal a primeras horas de la mañana.
- Dotar a los contenedores de basura de Lipasam de ruedas de goma.
La presidenta de la asociación de vecinos, María José del Rey, explicó hace unos día a Diario de Sevilla que habían trasladado al Ayuntamiento todos estos problemas relacionados con el ruido. Del Rey señalaba que era necesario que se elaboraran unas ordenanzas claras y específicas para el turismo y que se informara de ellas de manera clara a vecinos y residentes.
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