La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
Una realidad triste y frustrante. Sevilla es una ciudad que no presta especial atención a sus museos. No lo han hecho tradicionalmente sus gobernantes -una muestra es el poco interés mostrado por la colección de Carmen Thyssen, que acabó en Málaga, o lo que sudó Mariano Bellver para donar sus importante patrimonio-, pero tampoco lo hacen los sevillanos, muchos de los cuales no ha visitado nunca el fantástico Museo de Bellas Artes. Esta situación se hace especialmente doliente en la Plaza de América, uno de los lugares más bellos de Sevilla, en el que se alzan los museos Arqueológico, el de Artes y Costumbres Populares, y el Pabellón Real, que próximamente se dedicará a Aníbal González, su obra y el regionalismo.
La de América podría ser una de las plazas de museos más destacadas del mundo, pero la realidad es bien distinta. El Pabellón Real, de titularidad y gestión municipal, es el que afronta un mejor futuro. Con una restauración reciente y un proyecto en ciernes. El Arqueológico, que ocupa el Pabellón renacentista de la Exposición de 1929, se encuentra actualmente cerrado para un proceso de reforma y actualización que despierta muchas dudas. Tanto por el proyecto, del que poco se sabe, como por la financiación y el traslado de las importantes piezas. Por su parte, la situación del Museo de Artes y Costumbres Populares es tremendamente alarmante.
Este museo se encuentra en el Pabellón de Arte Antiguo e Industrias Artísticas construido por Aníbal González para la Exposición Iberoamericana entre 1913 y 1915. Su decoración con ladrillo y cerámica hace que se le conozca como Pabellón Mudéjar, por su clara vinculación con este estilo andalusí.
Abrió sus puertas como museo el 4 de marzo de 1973 y, casi desde el principio, con importantes problemas de conservación en el propio edificio. Sus dependencias pasan a ser museo íntegramente el 26 de marzo de 1980 cuando el Ayuntamiento firma el acuerdo de cesión de uso, con carácter indefinido mientras sea para ese cometido, al Estado, que adquiere el compromiso de acondicionarlo. Tras la rehabilitación, en la que se crea la plata semisótano, la reapertura se produce en 1984, coincidiendo con la transferencia de la gestión de museos de titularidad estatal a Andalucía.
El Museo de Artes y Costumbres Populares, por las características propias de una ciudad como Sevilla, con una enorme cultura popular, con la Semana Santa y la Feria de Abril como puntas de lanza, debería ser uno de los espacios principales, más visitados, fomentados y frecuentados por propios y extraños, y con una capacidad para crear y renovar contenidos casi infinitos.
La realidad es bien distinta. Uno se encuentra con que apenas se contabilizan 40.000 visitas al año y que la visita muestra un museo, en un edificio que de por sí es una joya, que necesita de una profunda modernización y actualización. Además, es sangrante que su planta principal lleve cerrada desde el año 2005 y sin visos de que se abra. Así lo advierte la página web: "Actualmente la planta primera se encuentra temporalmente cerrada por reforma museográfica". Ahora mismo sólo se pueden recorrer el semisótano y la salas de la planta baja.
En el año 2009, se anunciaba por parte del Ministerio de Cultura unas obras que durarían dos años, con una dotación presupuestaria para ese año de 440.000 euros. En lo concerniente al edificio, los trabajos iban a centrarse en la accesibilidad y la modernización de los sistemas de seguridad, así como a la instalación museográfica con el fin de frenar el envejecimiento de las instalaciones. Por otro lado, estos trabajos se complementarían con la actualización de la colección permanente, a la que se añadirá parte de los fondos almacenados que estaban "poco explotados". Más de una década después, la reforma sigue esperando. Tan sólo en el año 2018 se acometieron unas obras de emergencia en las fachadas con una inversión de 90.000 euros.
Según ha podido saber este periódico, el problema real se encuentra en el propio edificio, cuya cimentación es débil y requiere de un importante refuerzo, algo costoso. Fuentes de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, de quien depende la gestión, han asegurado que han insistido en numerosas ocasiones al Gobierno de España en la necesidad de actuar en el Museo de Artes y Costumbres Populares, aunque desde el Estado se ha priorizado el Arqueológico. "Nosotros estamos deseando que se haga porque queremos que se actúe en los museos que lo necesitan y éste lo necesita", afirman desde la Junta.
La Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, que dirige Patricia del Pozo, tiene el firme propósito de establecer el cobro de una entrada, no muy elevada, en los museos y monumentos andaluces que gestiona. No se trata de lucrarse con las visitas, sino de obtener unos ingresos que puedan destinarse al mantenimiento y conservación de estos espacios.
Actualmente, el Museo de Artes y Costumbres Populares, como el Bellas Artes y otros, es gratuito para todos los miembros de la Unión Europea; y tiene un coste de 1,5 euros para el resto. En el año 2018, cuando accedieron 59.344 personas, los ingresos se quedaron en 3.000 euros, un beneficio de apenas 0,05 euros por persona.
Manteniendo el acceso gratuito para los sevillanos y cobrando una entrada asequible para el resto, el dinero que se recaude podría ser reinvertido en el propio edificio y en sus colecciones para que alcance el lugar que se merece, a la altura de la ciudad. Además, una vez que se abra el Pabellón Real como Museo de Aníbal González y se ejecute la obra del Arqueológico, debe ser una prioridad para las administraciones, promocionar la Plaza de América como espacio museístico de primer nivel.
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