Una solución para el ficus de San Jacinto que no afecte a la iglesia

El ficus de Triana con los brotes verdes que le empezaron a salir en octubre. / Juan Carlos Vázquez

Una solución que no afecte a la iglesia. Esa es la principal premisa que se valorará en el informe que la comunidad dominica de San Jacinto encargará el CSIC sobre el ficus que se encuentra en el compás del templo. Además del peligro que la caída de ramas tenía para los peatones y fieles, una de las razones de peso que llevó al Ayuntamiento y a la Comisión de Patrimonio a avalar el apeo del centenario e icónico ejemplar era precisamente la afección que estaba teniendo en el templo barroco, que incluso había provocado un importante desplome en la fachada de la parroquia y ha abierto un grieta en la bóveda.

La Gerencia de Urbanismo aprobó la pasada semana destinar 78.099 euros a la Orden de Predicadores de los Padres Dominicos, que regenta la Parroquia de San Jacinto, para la realización de este estudio técnico especializado sobre el tratamiento botánico apropiado para el ficus de su titularidad que está ubicado en el compás de la parroquia. El informe que se solicitará al CSIC valorará las tres posibilidades que existen: apear el ejemplar, trasplantarlo en una ubicación más idónea o mantenerlo en este espacio en el que se encuentra desde principios del siglo XX. Según han aclarado fuentes de la parroquia a este periódico, la solución que finalmente se plantee será la que no afecte de forma alguna al monumento.

La parroquia de San Jacinto elaboró un completo y riguroso estudio para conocer las afecciones que el centenario e icónico ejemplar estaba causando en el edificio. Este documento advertía de que el sistema radicular estaba en colapso al no contar con el espacio que necesita para desarrollarse. Esta circunstancia provocaba la caída de ramas de manera espontánea, con el enorme riesgo para los muchos viandantes que transitan por esta zona; y la descompactación del terreno del compás, que incide en la desestabilización del propio templo.

Que el sistema radicular del árbol no se puedan extender al estar confinadas por los propios muros del compás y la cabecera del templo, provoca otro grave problema. Las raíces se acumulan en el compás, desecan el terreno que pierde consistencia y el muro se va volcando hacia el exterior. De hecho, la fachada principal está adquiriendo un desplome que se puede cuantificar en un desplazamiento horizontal máximo a la altura de la bóveda principal de 129 milímetros. Este desplome ha ocasionado la rotura de la bóveda, manifestándose una grieta sobre el coro que ha aparecido en los últimos seis o siete años.

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