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La reurbanización de la Plaza de la Magdalena de Sevilla llega a su fin

Ya se están instalando las farolas y en los próximos días se conectarán a la red

Los responsables del hotel buscarán con Patrimonio la mejor ubicación para la placa de Montañés

La nueva Plaza de la Magdalena: de los veladores exprés a la falta de autobuses

Aspecto de la Plaza de la Magdalena en la tarde de ayer con las farolas ya instaladas. / Juan Carlos Muñoz

Las obras de reurbanización y peatonalización de la Plaza de la Magdalena finalizarán en los próximos días. Tras superarse los problemas de suministro que tenía el proveedor, durante los últimas jornadas se han instalado las farolas de tipo fernandino que darán luz a este céntrico enclave. También se han acometido las plantaciones de las palmeras y sólo resta la colocación en un lugar destacado de la placa dedicada a Juan Martínez Montañés que ofrece información sobre su lugar de enterramiento y sobre la ubicación en este espacio de la antigua parroquia, derribada por los franceses.

La recepción definitiva de la Plaza de la Magdalena se producirá en los próximos días.

Los operarios han estado instalando durante las últimas semanas algunos de los elementos que quedaban, ya que el grueso de la reurbanización finalizó el pasado mes de mayo. Desde entonces, estaba pendiente la colocación del mobiliario –bancos y farolas–. Precisamente, estas últimas se empezaron a poner durante la semana pasada y ya sólo restaría, según informaron fuentes municipales, su conexión a la red. Cuando esta tarea se complete, serán retirados los postes de madera que sujetan las luminarias provisionales. Sí se han quitado ya las vallas que protegían los nuevos parterres.

La última cuestión que queda pendiente es la vuelta de la placa de Martínez Montañés a la Plaza de la Magdalena. Según ha podido saber este periódico, la retirada de la placa deparó una importante sorpresa. La lápida, instalada por la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría en 1957, había sido reutilizada y cuenta con otra dedicación por la cara que estaba oculta. Los responsables del hotel han realizado un informe arqueológico y están a la espera de decidir la mejor ubicación para su reinstalación. Para ello, por recomendación del Ayuntamiento, van a poner toda la información en conocimiento de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico para acordar cuál es el lugar más idóneo.

Una de las farolas junto la escultura de la fuente monumental. / Juan Carlos Muñoz

En este sentido, fuentes de la Junta ya explicaron a este periódico que ellos no tenían nada que opinar a este respecto, puesto que estimaban que es el Ayuntamiento es el que tiene todas las competencia por no estar incluida en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. En cualquier caso, desde el Ayuntamiento aseguran que la placa está en buen estado y que se volverá a la Plaza de la Magdalena como homenaje a uno de los grandes imagineros de la historia y como fuente de información sobre el lugar.

Unas intervención envuelta en la polémica

Las obras de reurbanización de la Plaza de la Magdalena han estado envueltas en la polémica desde su anuncio por el enorme cambio que han supuesto para este espacio. Sus objetivos principales, como subrayó el Consistorio en su día, eran la eliminación del tráfico de vehículos, habilitar itinerarios peatonales, la ampliación de zonas ajardinadas y arbolado, la generación de espacios de uso y convivencia, la recuperación de la fuente barroca como eje de la plaza con visibilidad desde todos los puntos, la implementación de sistemas de drenaje urbano sostenible y la supresión de las zonas de aparcamientos.

Precisamente, una de las cuestiones más polémicas ha sido la iluminación de las dos líneas de autobuses que llegaban hasta la plaza, un extremo que el Ayuntamiento defendía por su apuesta por la peatonalización y por sacar los vehículos del centro histórico. La segunda cuestión más polémica ha sido la rápida instalación de veladores en los bares del hotel. Un hecho que desde las asociaciones patrimonialistas se ha denunciado como “la privatización del espacio”.

Otra perspectiva de la plaza tras su reforma. / Juan Carlos Muñoz

El proyecto ha intervenido en total sobre una superficie de 2.475 metros cuadrados. Hasta la ejecución de esta obra se destinaban a calzadas para vehículos y zonas de estacionamiento el 60% (1.440 metros cuadrados). La reforma ha supuesto la peatonalización integral de la plaza sólo compatibilizando el acceso de vehículos al aparcamiento de la calle Rioja y el giro de Méndez Nuñez hacia la calle San Pablo. Esta zona de acceso restringido de vehículos supone 240 metros cuadrados en la nueva ordenación, lo que significa una superficie inferior al 10% de la superficie total de la actuación. El 90% restante se ha destina a itinerarios accesibles, zonas de estancia, parterres ajardinados, fuente histórica y mobiliario de la plaza.

En cuanto al pavimento, se ha optado por una solería de granito gris y plana, aunque se han reutilizado algunas losas de Tarifa y adoquines de Gerena en el cruce de Méndez Núñez.

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