El taller de restauración del Arzobispado formará a los alumnos de Bellas Artes

El arzobispo, monseñor Asenjo, bendice las nuevas instalaciones diocesanas que servirán para conservar el patrimonio mueble de la Archidiócesis

El arzobispo, monseñor Asenjo, durante la bendición del taller.
El arzobispo, monseñor Asenjo, durante la bendición del taller. / Antonio Pizarro

El arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, ha inaugurado este jueves el nuevo taller diocesano para la restauración de obras de arte. Se trata de una iniciativa que el propio Asenjo siempre había anhelado en sus diferentes destinos pastorales y que no ha podido poner en marcha hasta ahora. Estas instalaciones servirán, además de para restaurar y conservar el vasto patrimonio de la Archidiócesis, para formar a los alumnos de la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla, que podrán realizar sus prácticas gracias al convenio entre el Arzobispado y la Hispalense.

"Restauramos el patrimonio para devolver las obras de arte a la gloria de Dios y por su finalidad pastoral y evangelizadora", ha señalado el arzobispo, visiblemente contento por poder llevar a buen término esta importante iniciativa, que además ha sido bendecida en el día de su 75 cumpleaños, cuando debe presentar al Papa su renuncia, tal y como marca el Código de Derecho Canónigo. El arzobispo, en este día tan significativo, se ha llevado el aplauso y la felicitación de todos los presentes, entre ellos algunos de sus más estrechos colaboradores en los más de diez años que lleva de ministerio en Sevilla.

El nuevo taller de restauración se encuentra en la antigua reprografía del Palacio Arzobispal, "una zona que se encontraba absolutamente degradada", ha explicado el arzobispo. La rehabilitación de este espacio forma parte del ambicioso plan director del inmueble, que con una inversión de 5 millones de euros en diez años, ya se ha ejecutado en un 70%, aproximadamente.

El taller, aunque es una gran sala diáfana, cuenta con tres espacios para desarrollar tres funciones: una zona de biblioteca y documentación, una de intervención y otra para la docencia y la formación, como ha señalado el arquitecto Antonio Campos. El espacio para la conservación de obras de arte queda enmarcado a la izquierda por los archivos y a la derecha por los nuevos tribunales. Se accede al mismo a través de un pequeño patio cuyos testeros se han adornado con las numerosas ánforas que se han encontrado en el suelo del edificio y que se utilizaban para reforzar la cimentación. "Es un testimonio de lo que nos encontramos cada vez que abrimos los suelos en la planta baja. Están en todas las estancias", ha añadido el arquitecto.

El delegado episcopal de Patrimonio Cultural, Antonio Rodríguez Babío, ha señalado que la finalidad del taller es la de restaurar las importantes obras de arte de la Archidiócesis de Sevilla y devolverlas a sus lugares de culto para que sigan cumpliendo su labor evangelizadora. También ha resaltado la importancia del convenio con la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla:"Vamos a acoger a los alumnos, que ya llevan años realizando sus prácticas con nosotros. No queremos que esta iniciativa sea entendida como una competencia desleal a los profesionales, sino como una oportunidad para que puedan hacer prácticas y puedan tener su primera experiencia laboral". Los tutores de las prácticas y responsables del taller serán Antonio Gamero y Agustín Martín de Soto.

Por su parte, el decano de Bellas Artes, Daniel Bilbao, ha felicitado al Arzobispado por la iniciativa y la colaboración entre ambas instituciones: "La Iglesia y el arte siempre han ido de la mano. Les ofrecemos una salida esperanzadora a los alumnos gracias a este convenio". Por parte de la Universidad de Sevilla también ha estado presente en el acto Luis Méndez, director general de Cultura y Patrimonio. La delegada territoria de Fomento y Cultura de la Junta de Andalucía, Susana Cayuelas, también ha mostrado su respaldo a esta iniciativa, "que será un apoyo importante a todos los jóvenes que terminan sus estudios".

Las primeras obras que están en el taller para su restauración son alguna de las tallas y escenas del retablo de Martínez Montañés de la iglesia del convento de Santa Clara, así como unos lienzos de la colección del Palacio Arzobispal.

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