Un excepcional ‘murillo’ que Sevilla se pierde
Un Niño Jesús, representación inusual en el artista, ha sido expuesto para su venta recientemente en Nueva York
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Una excelente e inusual obra de Murillo. Un lienzo del pintor sevillano con una delicada representación del Niño Jesús ha sido expuesto y puesto a la venta recientemente en Nueva York. Pertenece a una colección particular española y se trata de una pieza muy poco habitual en la producción del conocido como pintor de las Inmaculadas, en la que evoca los rasgos de otros niños recogidos en sus distintas obras. Además, la pintura presenta la peculiaridad de estar adornado con cristales de roca, relacionándose así con las pinturas coloniales. Enrique Valdivieso, catedrático emérito de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla y experto en Murillo, ha sido el encargado de confirmar la autoría y ha calificado la pintura como “excepcional, única y extraordinaria”. Este experto lamenta que una obra así no pueda formar parte de la colección del Museo de Bellas Artes de Sevilla.
Murillo en su bellísima pintura, que tiene unas dimensiones de 95 por 59,8 Cristo presenta al Niño Jesús de pie sobre una peana con la cabeza suavemente inclinada hacia la derecha y los ojos mirando hacia abajo. Con la mano derecha hace el gesto de bendecir al espectador, mientras que con la izquierda sostiene una cruz finamente decorada. "Murillo ha plasmado las manos, la expresión facial y los mechones juveniles del niño con una gran sensibilidad y con un sentido del movimiento que aviva la figura. El gesto de bendición de Cristo puede compararse con la mano izquierda de su homólogo en el retablo de San Antonio de Padua pintado por Murillo para el convento de Capuchinos de Sevilla", recoge la reseña realizada por la casa de arte neoyorquina que lo ha expuesto.
Según revela la casa de subastas en la presentación, la obra sigue un formato común en el arte español de trasladar imágenes devocionales de bulto redondo a la pintura y presentarlas como si estuvieran colocadas en un altar. La hipótesis que plantean es que este Niño Jesús pudiera ser encargado por algún cofrade con una particular devoción por una imagen de talla. La casa de arte americana sugiere incluso, por medio de la doctora Ronda Kasl, que Murillo pudo inspirarse en el Niño Jesús del Sagrario, realizado entre 1606 y 1607 por Martínez Montañés. "Esta escultura muy conocida y venerada en Sevilla se considera el prototipo de las representaciones escultóricas del Niño Jesús". Este Niño fue concebido en su origen con una cruz en su mano izquierda, en lugar del cáliz que muestra en la actualidad.
Uno de los aspectos más importantes de la obra es la abundancia de cristales de roca y decoraciones doradas que adornan las vestiduras, la cruz y el halo, provocando "un fuerte impacto visual". Se destaca también cómo el uso de estos elementos, que se pusieron de moda en Europa en la segunda mitad del siglo XVI, "también imita la apariencia de las prendas utilizadas en las imágenes devocionales esculpidas". Su incorporación a la pintura habría sido realizada por algún orfebre o joyero experto. En el estudio también se añade que estas decoraciones aplicadas a una pintura se originaron en América aunque la existencia de este Niño Jesús daría pie a un debate: "La existencia de esta obra de Murillo plantea importantes interrogantes sobre las conexiones entre la pintura virreinal y los intercambios recíprocos con las tradiciones artísticas de Sevilla".
La oportunidad de haberlo disfrutado en Sevilla
El profesor Valdivieso ha fechado la realización de esta pintura entre los años 1670 y 1675, cuando Murillo se encontraba en su máximo apogeo y realiza la mayoría de sus representaciones de niños: "La pintura exhibe una calidad intensa propia de la etapa madura de Murillo y presenta rasgos físicos que sólo él pudo captar con tan delicada belleza, particularmente en la cabeza, manos y pies. Destaca especialmente el rostro, que mira con los ojos entrecerrados al devoto que se colocaría a sus pies".
El catedrático emérito de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla lamentó en declaraciones a este periódico que una obra de tanta importancia no se pudiera sumar a la colección del Museo de Bellas Artes: “Hace muchos años que la Consejería de Cultura de la Junta ha dejado de acudir a las subastas extranjeras para adquirir obras de arte. Esta pintura completaría la colección del Bellas Artes”. En este sentido, hay que recordar que la Junta sí adquirió el año pasado en subasta el lienzo Santa María Magdalena de Pazzi ejecutado por Alonso Cano durante su etapa sevillana hacia 1628.
Valdivieso califica la pintura como excepcional, ya que son muy pocos los Niños Jesús pintados por Murillo: “Son pinturas agradables de contemplar. Se trata de un tema religioso suave. Y eso gusta mucho al público”. Una obra excepcional de Murillo que han podido disfrutar en Nueva York.
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