¿Cuáles son los espectaculares escenarios sevillanos donde se ha rodado de 'La piel del tambor'?

El arzobispo de Sevilla en la ficción asomado a uno de los balcones del Ayuntamiento. / Antonio Pizarro
J. P.

16 de noviembre 2022 - 12:06

Una película que muestra algunos de los rincones más bellos de Sevilla y también de Carmona. La película La piel del tamborse estrenó el pasado 21 de octubre en los cines de toda España, teniendo a Sevilla como plató. Enclaves tan importantes como la Casa Consistorial Renacentista o el Palacio de la Motilla sirven para ambientar la trama de esta historia, publicada por Arturo Pérez Reverte en 1995, que ha saltado a la gran pantalla dirigida por el colombiano Sergio Dow y que está protagonizada por, entre otros, Richard Armitage Amaia Salamanca, Fionnula Flanagan, Paul Freeman, Paul Guilfoyle, Alicia Borrachero, Carlos Cuevas, Jorge Sanz, y Rodolfo Sancho.

La grabación en Sevilla se inició en octubre del año pasado y duró alrededor de seis semanas. En la trama, un sacerdote y agente del Vaticano es enviado a Sevilla para investigar una serie de muertes misteriosas en una pequeña iglesia sobre la que pende la piqueta para levantar un lucrativo proyecto especulativo y donde están enterrados antepasados de una aristócrata sevillana.

El rodaje en el Ayuntamiento de Sevilla. / Antonio Pizarro

El edificio de la Casa Consistorial de Sevilla sirve de escenario para recrear el Arzobispado hispalense. Construido en la Plaza de San Francisco a partir de 1526, cuando el emperador Carlos acudió a la ciudad para casarse con Isabel de Portugal, se trata de una fabulosa construcción renacentista. Riaño proyectó un edificio con unas líneas clásicas adornado con una rica y delicada decoración de grutescos y una selecta iconografía. Entre las estancias más destacadas, donde se ha rodado algunas escenas, están la sala del Apeadero o la Sala Capitular Baja, donde en tiempos se reunía el cabildo de la ciudad.

El desconocido Palacio de la Motilla

Una de las escenas en el Palacio de la Motilla. / M. G.

Los protagonistas de la cinta y de la novela de Pérez Reverte es la familia Brunner. Para recrear en la gran pantalla su residencia sevillana se ha elegido el fabuloso Palacio de la Motilla. Situado en la calle Cuna esquina con Laraña, en la cinta aparecen distintas estancias, como su fabuloso patio o su espigada atalaya que ofrece una visión única del centro de Sevilla.

Su carácter residencial desde hace siglos ha impedido que los sevillanos en general puedan conocer el interior de esta casa transformada en el siglo XX que cuenta con unos patios de increíble belleza. El reciente anuncio de su venta para su transformación hotelera, noticia avanzada por este periódico, disiparía el anhelo de abrir a los ciudadanos este inmueble en su estado original.

Aunque los terrenos en los que se asienta el palacio fueron entregados a esta familia aristocrática en los repartimientos que se realizaron tras la conquista de Sevilla en 1248, el actual edificio es consecuencia de la apertura que sufrió la calle Laraña en el siglo XX. El proyecto se comenzó a en el año 1921, aunque no se dio por concluido hasta diez años después.

El padre Quart y Macarena Bruner en el Palacio de la Motilla. / M. G.

El marqués de la Motilla encargó el diseño del edificio al arquitecto Gino Coppedè, correspondiendo la dirección técnica a Vicente Traver, uno de los arquitectos más prolíficos de Sevilla en aquellos años. La familia Coppedè se encargó de diseñar el mobiliario de algunas estancias del palacio, uno de los ejemplos de artesanía de la madera más finos y delicados que se pueden ver en Sevilla. Del diseño italiano-medieval destaca su elemento principal: la torre-mirador, realizada en ladrillo de planta rectangular y unos veinticinco metros de altura coronada por unas potentes almenas, que en su conjunto evoca a la del popular Palacio Vecchio de Florencia, en el que se inspira su autor.

Un antiguo convento de Carmona

Una escena en la iglesia del antiguo convento de Carmona. / M. G.

La piel del tambor tiene en Carmona otro de sus escenarios principales. Allí se encuentra la iglesia de la Virgen de las Lágrimas, en torno a la que gravita toda la novela y, por consiguiente, la película. El lugar elegido por la productora para rodar estas escenas es el convento de la Concepción, un bello edificio del siglo XVI que fue habitado por las monjas franciscanas hasta 2006. Desde ese momento se encuentra abandonado.

Imagen aérea del antiguo convento de Carmona. / M. G.

Entre las joyas artísticas que guarda este edificio se encuentra su iglesia, de estilo gótico-mudéjar, mientras que en el presbiterio cuenta con un retablo mayor realizado en el siglo XVIII y uno lateral donde se venera una talla de Crucificado de mediados del siglo XVI.

El río Guadalquivir

Algunas de las escenas de la película se ambientan en torno al río. Se aprecian en la cinta el puente del Cristo de la Expiración, el de Triana o el Muelle de la Sal, donde el padre Ferro mantiene uno de los diálogos más reveladores de la trama. El restaurante Abades Triana o el popular barco Luna de Triana acogen otras escenas de relevancia.

El almuerzo en Abades Triana con la Torre del Oro y la Giralda al fondo. / M. G.

Además, a lo largo de la película se pueden ver otras estampas de Sevilla, como el Paseo de Colón y la Plaza de Toros o la calle Betis. El hotel Renacimiento de la Cartuja y la calle Parras también tienen un hueco en la producción.

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