La casa natal de Velázquez necesita obras en las cubiertas
Es necesario desmontar los tejados para acabar con las filtraciones de agua que afectan a las vigas de madera.
Una intervención más compleja de lo que se esperaba. La casa natal de Velázquez necesita una intervención en sus cubiertas para acabar con las filtraciones de agua. Los empresarios que adquirieron el inmueble cuentan ya con los informes y estudios de los arquitectos que advierten que se encuentra en peor estado del esperado.
Cerrada en los últimos diez años, las cubiertas están tapadas por unas lonas de goma que pusieron sus últimos inquilinos y que, en lugar de evitar que el agua accediera al interior, ha creado algunos problemas en los forjados. Estas obras durarán alrededor de seis meses. De manera paralela, se trabaja en la creación de los contenidos con el objetivo de convertir la casa natal de Velázquez en uno de los principales reclamos de la ciudad.
“Esperábamos que estuviera un poco mejor, pero todo se puede arreglar”, explicó a este periódico Enrique Bocanegra, uno de los empresarios que compró el inmueble. Los trabajos que se realizarán consistirán en el desmontaje y limpieza de las tejas de barro cocido hechas a mano, que cuentan con varios siglos de antigüedad; el cierre de las grietas, la sustitución de las vigas de madera en mal estado, y la instalación de canalizaciones para evacuar el agua. “Todo esto hay que hacerlo bien para que la casa dure otros cincuenta años en buen estado”. La reforma también contempla la sustitución de algunos suelos modernos por losas de barro cocido, más acordes con una vivienda del siglo XVI.
Los promotores de la Casa de Velázquez, un ejemplo único de arquitectura civil del siglo XVI, mantendrán tras las navidades una reunión los responsables de Turismo y Cultura, tanto autonómicos como locales, para que se impliquen en la recuperación del inmueble y que se pueda abrir al público cuanto antes. “Si encontramos un compromiso fuerte, hasta ahora ha habido muy buena sintonía y predisposición, podría ser una realidad a lo largo del año 2019”, sostiene Bocanegra.
Mientras se cierra el proyecto para poner a punto el inmueble se está dando forma a los contenidos. “Queremos asemejarla al máximo a lo que fue en 1599 cuando nació Velázquez en una de estas habitaciones”. Para ello se inspirarán en bodegones pintados por el autor de Las Meninas y de otros contemporáneos.
“Velázquez es el Messi del barroco. La casa debe ser un acicate. Es una oportunidad única para Sevilla. No hay ninguna ciudad que tenga s un genio como Velázquez y no sea un emblema constante. Yo pongo el ejemplo de Picasso y Málaga, de donde se fue con nueve años. Velázquez se marchó a Madrid como pintor del rey con 24. Se formó en Sevilla, aprobó el examen, se casó, tuvo a sus hijas, pintó sus primeras obras maestras. Eso hay que aprovecharlo y contarlo. La ciudad y su ambiente fueron claves en su trayectoria”.
Los promotores ponen como ejemplos a seguir la casa de Rembrandt en Ámsterdam o la de Rubens en Amberes. La experiencia que tendrán los visitantes una vez se abra será inmersiva. La casa les contará una historia: la de Velázquez y su ciudad. Hablará de esta etapa de uno de los pintores más importantes de la Historia del Arte universal. “Lamentablemente no queda nada de Velázquez. No hizo testamento y cuando muere se hace un inventario. Sabemos que tenía 154 libros, que eran muchísimos, y 20 o 30 cuadros. Todo eso se perdió. Tampoco conocemos ninguna carta. Sólo se conservan documentos notariales”.
Bocanegra, que junto a otros cuatro empresarios ha evitado que la casa se convierta en apartamentos, reclama la implicación de las administraciones en su transformación. “Es un proyecto de ciudad. Hay que recuperar a una figura como Velázquez. Es una seña de identidad de Sevilla y no podemos darle la espalda. Esta casa pretende eso”.
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