La agonía del magnolio
El emblemático árbol junto a la Catedral sufre un proceso de degradación desde las obras de la Avenida.
La eliminación del parterre ha privado a las raíces de oxígeno.
El magnolio se asfixia. El emblemático árbol situado junto a la Catedral sufre un progresivo proceso de degradación desde que se reurbanizó la Avenida de la Constitución en 2007. En esta obra que cambió completamente la estética de esta zona con la llegada del tranvía, se suprimió el parterre que lo rodeaba que era vital para proporcionar oxígeno y nutrientes a sus raíces.
Los expertos en patrimonio verde llevan años alertando del estado del magnolio, un árbol singular en la ciudad. Recientemente ha sido José Elías Bonels, que ha sido adjunto a la jefatura de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Sevilla desde 1956 hasta su jubilación. Esta voz más que autorizada explica a este periódico los motivos de esta evidente degradación: “Tenía un jardín que se cuidaba y regaba cuya tierra oxigenaba la raíces. Con la reforma de la Avenida se eliminó, se pavimentó y se creó un alcorque insuficiente”.
Este experto advierte que el estado del árbol es cada vez más grave, pero señala que se podría salvar, como se hizo con el laurel de indias de la Plaza de San Leandro que da sombra a la Pila del Pato: “Hay que hacer unas perforaciones para drenar y airear las raíces. Así entrará el oxígeno de nuevo. Sino, cuando llegue el momento habrá que cortarlo”.
El magnolio es, señala Elías, probablemente, una víctima de la peatonalización de la Avenida, que conllevó el apeo de un buen número de árboles de gran porte, por lo que espera que se llegue a tiempo para evitar su pérdida: “Escritos y loas al magnolio no han faltado, pero su estado es cada vez más grave. Lamentaremos su pérdida cuando ya nada sea posible para salvarlo, llevamos años viéndolo agonizar sin que se adopte ninguna solución práctica para que siga embelleciendo este pequeño rincón, ofreciendo sus flores y dándonos el oxígenos necesario, captando el polvo contaminante y ofreciendo una pequeña sombra en la isla de calor que es la Avenida”.
No hay constancia de cuándo fue plantado el magnolio en esta esquina de la Catedral. Según Elías, por las fotos que ha podido consultar y la altura del árbol pudo ser a principios de la década de los años 40 del siglo pasado. En esta esquina estuvo situado entre los años 1967 y 1985 el monumento al imaginero Juan Martínez Montañés que hoy se encuentra en la Plaza del Salvador.
Árbol ornamental procedente del sudeste de los Estados Unidos, fue introducido en Europa en 1737. De crecimiento lento, puede llegar a superar los 20 metros de altura. De hojas perennes, sus flores amarillas que tornan en blanco exhalan un agradable perfume.
En Sevilla hay diversos ejemplares de magnolios en los jardines el Alcázar, el Parque Amate, el Parque Celestino Mutis o los Jardines del Cristina.
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