Tratamiento para proteger el bronce del monumento de Martínez Montañés

El monumento de Martínez Montañés recibirá un tratamiento para proteger el bronce. Este será uno de los trabajos de mantenimiento que realizará la empresa seleccionada por la Gerencia de Urbanismo en la estatua dedicada al escultor jienense ubicada en la Plaza del Salvador. La intervención cuenta con un plazo de ejecución de dos meses y un presupuesto de 10.418 euros (IVA incluido).

La aleación de cobre y estaño recibirá un tratamiento inhibidor mediante tres aplicaciones de citrato de amonio diluido en agua desionizada y una de benzotriazol. Además, se le aplicará una resina acrílica en toda la superficie. La actuación también se centrará en el pedestal del monumento, que sufrirá una limpieza mecánica mediante bisturís, escalpelo y cepillos de cerda suave, y otra química con jabón neutro y aplicación de papetas en los casos que sea imprescindible para eliminar manchas y concreciones. En la base de la estatua se repondrán los morteros siguiendo la misma tonalidad y textura, se colocarán las piezas de mármol que faltan con una de características geológicas similares a las del original, y se impregnará toda la superficie con hidrofugante a base de siloxanos.

Al finalizar los trabajos se presentará un informe final sobre su desarrollo y un programa de mantenimiento. La Gerencia designará a un técnico de su plantilla como director de la intervención, que desempeñará una función de comprobación, vigilancia de su correcta realización y establecerá los criterios y líneas generales para la actuación del adjudicatario. Los trabajos de mantenimiento en el monumento a Martínez Montañés serán ejecutados por un equipo técnico al que se le exigirá formación académica especializada. El responsable de la ejecución del contrato deberá acreditar tanto su titulación académica como licenciado en Bellas Artes, especialidad restauración, como su experiencia curricular en bienes muebles realizados en bronce y piedra ubicados en espacios libres.

La estatua fue colocada en la Plaza del Salvador en 1924 tras varios años de debates sobre si debía colocarse en la Plaza de San Lorenzo o en la Plaza de la Magdalena. La figura sedente porta en sus manos la gubia y una pequeña Inmaculada, como si estuviese captado en los momentos de hacer el modelo en barro de su afamada Cieguecita.