Tribuna Económica
José Ignacio Castillo Manzano
Las Tres Gracias del presupuesto andaluz y Séneca
Sevilla es una de las ciudades más verdes de España, con 22 metros cuadrados de zona verde por habitante: 697 hectáreas en total. La ciudad cuenta con un gran número de jardines y parques, entre los que destacan: los Jardines del Real Alcázar, el Parque de María Luisa, los Jardines de las Delicias, los Jardines de Catalina de Ribera, los Jardines de Murillo, o el Parque del Alamillo.
Las influencias mudéjares, medievales, renacentistas y barrocas del Alcázar han configurado unos jardines de extraordinario valor histórico y gran belleza, que reflejan los diferentes estilos de jardinería que se desarrollaban en cada época. En la actualidad se catalogan más de 170 especies en sus 60.000 m2 de superficie.
Además del gran valor botánico que le confieren las diferentes especies vegetales que viven en él, el Parque de María Luisa tiene un extraordinario interés histórico. Las diferentes glorietas, la cerámica y el hierro forjado, los detalles artísticos y los monumentos, ennoblecen estos espacios y hablan de la historia de la ciudad. Contiene monumentos importantes como la Plaza de España y la Plaza de América, construidos para la Exposición Iberoamericana de 1929. Su trazado irregular está inspirado en el concepto del amor romántico, apasionado y salvaje. El ingeniero francés Jean-Claude Nicolas Forestier fue quien le dio su actual fisonomía. Está considerado como uno de los cinco lugares más románticos de Sevilla y es Bien de Interés Cultural. Principales especies vegetales: Plátano de sombra, ficus, jazmín azul, pino australiano, naranjo amargo, limonero, acanto, magnolio, palmera de Senegal, nandina, etcétera.
Los Jardines de las Delicias, con casi 54.000 m2, presentan un delicado equilibrio entre áreas paisajistas, que invitan a pasar en ellos buena parte del día, y zonas recogidas e íntimas, con pequeñas glorietas, más adecuadas para el paseo, la lectura o la meditación. La relación entre las diferentes zonas del parque genera un jardín de gran extensión que, desde siempre, ha estado envuelto en un ambiente natural y romántico. Trazados bajo la dirección de Claudo Boutelou, se iniciaron las obras en 1826 para estar totalmente terminadas en 1829. Numerosas plantas de origen americano fueron traídas para su plantación en estos jardines. Se pueden contemplar más de un centenar de diferentes especies: acacia negra, acacia blanca, mirto, jazmín azul, jacaranda, palmera de Senegal, buganvilla, ombú, naranjo amargo, etcétera.
En 1862 Patrimonio Real concedió al Ayuntamiento de Sevilla una gran parte de la denominada Huerta del Retiro que hasta ese momento se hallaba integrada en el recinto del Alcázar. En 1898 reciben su actual nombre, dedicados a Catalina de Ribera, la dama que fundó el Hospital de las Cinco Llagas (actual sede del Parlamento de Andalucía). A partir de 1920 se lleva a cabo la ordenación de los jardines tal y como hoy se conocen bajo la dirección del arquitecto Juan Talavera. Es entonces cuando se introducen sus elementos más emblemáticos: el monumento a Catalina de Ribera y el dedicado a Colón, situado en el centro de los jardines. En estos jardines podemos encontrar las siguientes especies vegetales: adelfas, palmeras canarias, celindas, yucas, boneteros, acantos, naranjos, palmeras de la suerte, o jazmines.
Anexos, y con una extensión de 8.500 m2, se e encuentran los Jardines de Murillo. Formados por un conjunto de pequeñas glorietas en las que fuentes, agua y azulejería crean una atmósfera íntima, presentan las características propias del jardín sevillano, en el que persisten las formas y ambientes de la cultura arábigo-andaluza. Especies vegetales destacables son: ficus, magnolio, jazmín azul, acacia blanca, naranjo amargo, palmera de la suerte, o dama de noche, entre otras.
Uno de los jardines más interesantes de Sevilla con los de la Casa Rosa. Era una finca de recreo de los marqueses de Angulo, que la construyeron sobre el terreno de la antigua quinta de Juan Cruz, el sastre del Duque de Montpensier. Esta casa es una joya del Romanticismo que alberga un plantel de casi cien especies botánicas de todos los continentes, así como un viario, un estanque, un antiguo zoológico y naturalista. Es, además, un ejemplo de arquitectura afrancesada en la ciudad.
El Parque del Alamillo, el más grande con 470.000 m2, se creó en el año 1992. Enclavado entre el antiguo y el nuevo cauce del Guadalquivir, a diferencia de otros parques en los que prolifera una flora exótica, está constituido por masas vegetales que reflejan los diferentes ecosistemas de las áreas mediterráneas, con las especies propias de las sierras, bosques y riberas. Sus principales especies vegetales son: algarrobo, acebuche, pino piñonero, fresno, olmo, alcornoque, chopo, sauce, mirto, encina, naranjo dulce, palmera datilera, etcétera.
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