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San Hermenegildo: una hermandad fundada en el siglo XV

La hermandad cuenta con una escritura de 1873 que reconoce la propiedad de la torre-puerta, la iglesia y otros elementos que ya no se conservan

Así será la restauración de la Puerta de Córdoba, la mejor conservada de la muralla de Sevilla

Una puerta de época almorávide modificada y ampliada por los almohades

La iglesia de San Hermenegildo, del siglo XVII. / Antonio Pizarro

La Hermandad de San Hermenegildo fue fundada en el siglo XV en el barrio de San Julián, donde levantó un hospital que más tarde fue absorbido por el del Amor de Dios. Atentos a la tradición que situaba la cárcel de San Hermenegildo en un lugar próximo a la Puerta de Córdoba, un grupo de devotos instituyó una capilla en una de las torres de la muralla. "Debido a la santidad del sitio, hubo sacerdotes y devotos que decidieron instalarse allí como penitentes o anacoretas. Las personas que se acomodaban fueron aumentando y el Duque de Alcalá, que era por entonces el hermano mayor de la hermandad, como también era alcalde perpetuo de las torres de las murallas de Sevilla, le concedió a la hermandad el espacio de las torres para ampliar las habitaciones. La Hermandad de San Hermenegildo se trasladó en 1598 a la capilla de San Hermenegildo en La torre de la puerta de Córdoba después de una gran adaptación de la misma realizada por Ambrosio de Morales".

Acceso a la iglesia desde la torre. / Antonio Pizarro

Más tarde el duque de Alcalá, consiguió unos terrenos más amplios para construir una iglesia, edificándose el templo entre los años 1606 y 1616. Con el paso del tiempo experimentó reformas considerables, hasta llegar al que existe actualmente. Su planta es de una sola nave muy amplia con cúpula en la cabecera. El retablo mayor es del siglo XVII de madera de roble en su color original. En él se cobijan las imágenes del titular y una serie de lienzos y esculturas de santos sevillanos. La escultura del santo titular se atribuye a Martínez Montañés. En la nave de la iglesia destacan una serie de cuadros que pertenecen a la escuela sevillana del siglo XVI. El edificio de adosa a la Puerta de Córdoba, donde anteriormente hubo una capilla; su portada principal abierta en el muro derecho, está flanqueada por columnas y coronada por un ático; sobre ella se alza una pequeña espadaña.

Tribuna que desde la cárcel se abre al templo para seguir la misa. / M. G.

Del oratorio ubicado en el centro de la torre puerta de la muralla se conserva un altar con un artesonado mudéjar de pequeñas dimensiones y complejo trazado, "muy retocado de pinturas y reintegraciones, pero que aún no ha sido estudiado de forma profunda. Se encuentra muy retocado y cubierto de modernas purpurinas, lo que infravalora la calidad de su traza". Se sitúa este artesonado sobre el altar de fábrica de pequeñas dimensiones que cubre a su vez el espacio denominado la cárcel de San Hermenegildo, según la tradición, este fue el lugar de la prisión del santo. Desde este espacio de pequeñas dimensiones se abre una tribuna a la iglesia desde la que se podía segur la santa misa, esta se sitúa en el testero de los pies del templo y centrado en este.

Con la revolución de 1868 la junta revolucionaria inició el derribo de las murallas y las antiguas puertas. La Puerta de Córdoba que se construyó en el siglo XVI no se libró de la piqueta. Como la iglesia, que se expropió, cuya entrada se hacía todavía por la primitiva torre. Fue entonces cuando la hermandad solicitó, por conducto del gobernador de la provincia, la suspensión de su venta. Así se inicia un proceso que acaba obligando al Ayuntamiento a devolver las llaves de la Puerta de Córdoba a la hermandad.

Placa en la iglesia que reconoce la propiedad por parte de la hermandad. / Antonio Pizarro

La hermandad tiene una copia de la orden que mandó el entonces regente del Reino para que la propiedad fuese entregada de nuevo a la corporación de San Hermenegildo. Y con dicha resolución gubernativa, de junio de 1872, se formó el expediente judicial que mandaba su inscripción en el Registro Único de la Propiedad. Los juzgados estaban entonces en San Vicente y todo se protocolizó en la notaría de Antonio Palacios y Fernández en enero de 1873, en una escritura que incluye la torre-puerta, la iglesia y otros elementos que ya no se conservan.

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