Román Fernández-Baca: “El Alcázar tiene que mirar inevitablemente al Patio de Banderas”
Entrevista al alcaide del Real Alcázar de Sevilla
A finales de diciembre asumió la “alta dirección” del monumento con capacidad ejecutiva
Ya trabaja en la redacción de los nuevos estatutos, la compra de las casas 7 y 8 con los restos del Palacio de Al-Mutamid y el 90 aniversario de la cesión a la ciudad
Román Fernández-Baca Casares es desde finales del año pasado alcaide del Real Alcázar de Sevilla. Su nombramiento ha sido una apuesta personal del alcalde, Juan Espadas, que quiere poner toda su experiencia al servicio del monumento civil más importante y visitado de la ciudad. Fernández-Baca fue el creador y director durante 28 años del prestigioso Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) y, más recientemente, ha sido durante dos años y dos meses director general de Bellas Artes en el ministerio de Cultura. Todo este saber y la capacidad de gestión están ahora a disposición del Alcázar. Las primeras tareas en la que ya está embarcado son la redacción de los nuevos estatutos y la compra de las casas del Patio de Banderas. Los proyectos son muchos y de muy importante calado.
–La figura del alcaide siempre ha sido más simbólica y representativa, pero en esta ocasión el alcalde le ha pedido que tenga mucho más protagonismo por su amplia experiencia. ¿Cuáles son sus planes?
–Se trata de una figura histórica. Desde el conde-duque de Olivares, que es alcaide perpetuo; al Duque de Alba, que también lo fue. Es una figura importante sobre un recinto que ha sido crucial en la historia de España, Andalucía y Sevilla. Es cierto que a partir de la cesión a la ciudad, el alcaide queda desdibujado y está más centrado en la conservación del monumento. Se recuperó con el gobierno de Monteseirín. Los estatutos actuales dicen que el alcaide lleva la “alta dirección”, otra cosa es que se haya ejercido. Ahora estamos por mandato de alcalde trabajando precisamente en los nuevos estatutos. Ese es el primer gran objetivo del Alcázar en esta andadura en la que yo vengo a impulsar y acompañar a la directora de conservación. El alcalde quiere recuperar la capacidad ejecutiva del alcaide. En los años 90 el Alcázar se dota de personalidad jurídica, algo muy importante; y también es cierto que han pasado más de 30 años desde que se hicieron los actuales estatutos. Conviene ajustar funciones, adaptarlas a una nueva realidad del patrimonio, matizar un poco la organización y, derivado de ahí, revisar la estructura y relación de puesto de trabajo. El Alcázar pasa de ser por tradición un órgano unipersonal a ser una estructura de gestión patrimonial muy acorde a los grandes monumentos de nuestro siglo.
–El alcalde comentó al inicio de su primer mandato que el superávit del Alcázar debería gastarse en el Alcázar. ¿Se cambiará eso en los estatutos?
–Ahora mismo el problema no es tanto ese como la llamada Ley Montoro, que nos impide ampliar los puestos de trabajo, salvo que salgan de la misma bolsa del Ayuntamiento, y los presupuestos. Esto significa que hay una restricción económica y otra de recursos humanos. Ya se ha hecho un esfuerzo importante, dentro de esas restricciones, incorporando a algunas personas en los últimos años. Pero es importante que el Alcázar añada también a algún facultativo.
–¿Cuáles son las necesidades?
–Por ejemplo, la Alhambra cuenta actualmente con 250 profesionales y está sobre unos 30 millones de euros de ingresos. El Alcázar tiene poco más de 40 trabajadores y tenemos un poco más de 20 millones de euros de ingresos. EN 1997 teníamos 800.000 visitantes y en 2019 superamos los dos millones.
–Este año se cumple el 90 aniversario de la cesión a la ciudad. ¿Cómo se va a celebrar?
–Se cumplen 90 años de la cesión de la titularidad por parte del Gobierno de España y de la declaración de monumento de los espacios, edificios y jardines que conforman el Real Alcázar, que se hace en junio de 1931. Uno de los objetivos, y hay que decir que la directora ha hecho un magnífico trabajo, es darle visibilidad al monumento y realizar una apertura general a los visitantes, y en concreto a los sevillanos. El Alcázar tiene una declaración de Patrimonio Mundial y se debe a los visitantes, pero es el legado de los sevillanos. Tiene esa dualidad. Este equipo lo ha tratado muy bien. Me decía Mercedes de Pablos que el Alcázar es “la historia de la Historia”. Aquí está toda la Historia de España. Mi antecesor, Manuel del Valle, quería hacer un ciclo de conferencias y de trabajos sobre el Alcázar en la Historia de Sevilla y de España. La historia del monumento es extraordinariamente rica y está forjada de acontecimientos relevantes desde su fundación. Yo hablaría de gran estratigrafía cultural. Historia y cultura que no podemos desligar de sus testimonios materiales e inmateriales. Yo querría reforzar esa línea de que está abierto a los sevillanos. Vamos a implicar simbólicamente a la ciudad en el cuidado. La conmemoración es para mí un tema principalmente de visibilidad, de apertura y de contacto simbólico con los sevillanos. Que conozcan también el Alcázar desde su contenido cultural.
–¿Puede concretar algunas acciones?
–Vamos a hacer una serie de actividades relacionadas con esto que le digo y recordando a personas que han guardado o guardan una relación estrecha con el Alcázar. Haremos una entrega simbólica de una de la llaves históricas a estas personas en un acto institucional. Haremos una exposición en mupis de todo lo que es el paisaje histórico-urbano desde los inicios de la fotografía que haga un recorrido por el Alcázar, su entorno y los grandes acontecimientos. Eso lo vamos a nutrir con una serie de actividades en redes sociales, o un concurso. Y como elemento principal estará el programa ideado por Manuel del Valle con conferencias, visitas especializadas y mesas redondas. Girará sobre diferentes ejes: El Real Alcázar en la Historia de Sevilla y España, coordinado por Enriqueta Vila. Testimonios arqueológicos del Real Alcázar, que lo va a dirigir Pilar León y vendrá acompañado de visitas. Arte y colecciones, del que se encargará Benito Navarrete. Arquitectura y ciudad, más de lo contemporáneo, que queremos cerrar con una mesa en la que estén los últimos conservadores. Todo eso lo meteremos en una publicación, gracias a la colaboración de la Fundación Cajasol, que será una revisión historiográfica y de actualidad sobre el patrimonio del Alcázar y que quedará como legado.
–Una de las tareas pendientes desde hace 90 años es la cesión de las casas del Patio de Banderas...
–Ahí están los elementos fundacionales, como el palacio de Al-Mutamid. Eso ha servido para que reclamemos la declaración BIC a la Junta de Andalucía. Las investigaciones realizadas estaban testimoniando que formaban parte de la declaración. Así se ha certificado y el Patio de Banderas ya está integrado como BIC-Monumento. Entiendo que el Alcázar tienen que mirar inevitablemente al Patio de Banderas. Es un lugar fundamental, que además se encuentra en el lugar central entre la Catedral y el Alcázar, los espacios con más visitantes: más de cuatro. Ahí está la cripta que conserva testimonios de gran relevancia arqueológica, fundamentalmente romanos. Estamos conversando con Hacienda para llegar a un acuerdo y comprar las casas 7 y 8. Hay otras casas que están desocupadas y también hablamos más largo plazo, por si podemos llegar a un acuerdo global.
–¿Habrá que esperar mucho para que sea una realidad?
–En un futuro inmediato serán las casas 7 y 8 y más adelante las que estén desocupadas. Queremos respetar a los residentes. Hay, además, tres instituciones muy importantes: la Agencia de Biodiversidad, la Fundación Barenboim y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Tenemos, por un lado, la posibilidad de avanzar hacia un proyecto de visita patrimonial especializada sobre los restos del Alcázar primitivo, hacia el origen, una vez que se concrete la compra; y queremos seguir dando pasos para que la cripta sea visitable. Queremos un Patio de Banderas con una componente patrimonial importante de visitas y otra de posibles servicios complementarios. Necesitamos para la visita general una sala de audiovisual, de difusión, pedagógica, que haya taquillas, etcétera. Es importante que contemos con esos servicios. Todo ello, contando con las entidades que desarrollan allí una componente cultural importante. Nos gustaría colaborar con ellos. El proceso de las adquisiciones será largo, pero estamos muy interesados en completar este objetivo que es fundamental para el Alcázar.
–¿Se ha abandonado la reforma de la Puerta del León?
–Una de las cosas que queremos hacer en la reforma de los estatutos es incluir una comisión técnica. Si los estatutos están acabados pronto y se constituye la comisión, la primera iniciativa que llevaría sería la del Patio del León. Me gustaría que esa comisión, compuesta por instituciones y profesionales de prestigio, diera el visto bueno al proyecto que tenemos. Yo lo que quiero es que la gestión del Alcázar pase siempre por los órganos correspondientes y esté muy “santificada” por ese proceso de participación. No me gustaría hacer cosas que no están suficientemente contrastadas. Ahora agilizando y centrados en la conversaciones con Hacienda para completar la compra de las casas, e inmediatamente después del verano iniciaríamos esta otra fase si tuviéramos los estatutos. Si se da el visto bueno, sería de interés poder ponerlo en marcha en 2022.
–Usted ha sido director del IAPH, un centro innovador en la conservación del patrimonio. ¿Se ha sorprendido de cómo se trabaja en el Alcázar? ¿Qué se puede mejorar en este sentido?
–En materia de conservación me he encontrado un instrumento que habíamos iniciado desde el IAPH con la Fundación Santa María la Real sobre metodología de intervención en los grandes edificios. Curiosamente cuando llego al Alcázar veo que están usando esta herramienta que es de un interés enorme. Se trata de una base de datos georeferenciada con lo que serían las 8 zonas de los palacios. Santa María la Real está trabajando con el equipo de conservación y está haciendo un trabajo extraordinario. Esta es la base fundamental, un sistema de información que permite registrar los elementos de valor del propio Alcázar, por lo que ya de por sí es una tarea documental. Por otro lado, se está añadiendo el diagnóstico y los informes y se está sistematizando por capas. Es un proyecto de conservación general que abarco todos los edificios y los tratamientos que se desarrollan. Es algo muy actual en patrimonio. Por otra parte, el Alcázar también ha desarrollado su plan de autoprotección. Yo como director general de Bellas Artes, a finales de 2018, emití una resolución instando a las comunidades autónomas a hacer los planes de salvaguarda del patrimonio cultural. Al año siguiente se incendia la Catedral de Notre Dame de París. Nosotros teníamos ya un plan nacional. Ahora, sobre la base de ese magnífico trabajo de conservación y el plan de autoprotección, tenemos que seguir avanzando en un estudio y análisis de riesgos y en la aplicación de una serie de medidas inmediatas ante cualquier catástrofe o circunstancia de emergencia. No es fácil pero ya tenemos un camino andado. Estamos trabajando ya en unos primeros pliegos para hacer una licitación sobre un proyecto más global. Queremos dejarlo contratado este año o a primeros del año próximo. Hay que avanzar en esas medidas operativas.
–El número de turistas ha crecido de manera importante, ¿habría que poner alguna limitación?
–De momento estamos estabilizados. El estudio de Troitiño y Salmerón decía que estábamos bien, pero sí quiero estudiar en el futuro el turismo y la relación con el Alcázar. He estado reunido con las Casas-Palacios. Queremos escuchar a todo el que tenga patrimonio en la ciudad. Ha venido también la ASET. Creo que el Alcázar está bien, pero hay que trabajar en nuevas visitas, en diversificar, en trabajar con otros atractivos de la ciudad. El turismo me interesa mucho en su vertiente positiva y sostenible.
–¿Sería partidario de cerrar un día para que el monumento se oxigenara y poder acometer tareas de conservación diarias?
–Lo podríamos estudiar pero no iría por ese camino. No sería partidario. Habrá otro tipo de fórmulas. Hay que destacar que durante la pandemia ha estado abierto. Creo que eso es de una generosidad extraordinaria.
–¿Cree que hay un exceso de eventos privados? ¿Cómo se van a regular?
–Queremos estudiarlo bien para que el uso del Alcázar se circunscriba a lo que de verdad es de interés público. Creo que lo iremos viendo caso a caso. Ahí va a opinar también la comisión ejecutiva, a lo que quiero agradecer también todo el trabajo que desarrollan en favor del Alcázar. La idea es que se hagan aquellas actividades que son de interés público. A nosotros nos interesa mucho todo lo que son actividades culturales.
–El Alcázar es el buque insignia del patrimonio sevillano. Parte de los recursos que genera se destinan a otros monumentos. ¿Cree que es correcta esa ayuda?
–Ese es un tema claramente municipal. Son acuerdos del Ayuntamiento. La Alhambra ha estado ayudando durante mucho tiempo en su contexto a Granada. Y uno nota que esas aportaciones ayudan a mantener el patrimonio de la ciudad en perfecto estado. Ahora, ¿qué patrimonio? Esto requiere de un estudio detallado. Es un tema de la corporación. Me gusta ser muy de consenso para eso.
–Parte del palacio es propiedad y está gestionada por Patrimonio Nacional. ¿Cómo se gestiona esa relación?
–El alcalde ha tenido un gesto de mucha altura al incorporar a la presidenta de Patrimonio Nacional al patronato. Igual que si hacemos esa comisión técnica tendríamos a aquella persona que ellos designen. Estamos todos en el mismo sitio y tenemos que convivir. Lo más importante es tener una relación en la que mande la tutela del patrimonio y su revalorización, ya que es un legado universal y de los sevillanos. Las relaciones son buenas y fluidas. Es más, cuando desarrollemos el plan de salvaguarda también tendremos que contar con ellos. No va a haber el más mínimo problema.
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