Patrimonio Nacional forma parte del patronato del Real Alcázar de Sevilla por primera vez
La incorporación de su presidenta, Llanos Castellanos, ha sido aprobada por el pleno del Ayuntamiento por unanimidad de todos los grupos políticos y a propuesta del alcalde, Juan Espadas
Patrimonio Nacional, a través de su presidenta, Llanos Castellanos, ha pasado a formar parte del Patronato del Real Alcázar de Sevilla por primera vez en su historia, después de que así lo haya aprobado este jueves el pleno del Ayuntamiento de Sevilla por unanimidad de todos los grupos políticos y a propuesta de su alcalde, Juan Espadas.
De esta forma, Llanos Castellanos pasa a ocupar una vocalía en el consejo de gobierno del patronato de uno de los palacios más antiguos del mundo y donde Patrimonio Nacional administra el Cuarto Alto de los Reales Alcázares, cuya visita gestiona el mismo patronato.
“Agradezco al alcalde de Sevilla, Juan Espadas, y a toda la corporación municipal su decisión de que Patrimonio Nacional pase a formar parte por primera vez del patronato de este recinto palaciego tan importante en la historia de nuestro país, y trataré, como vocal de su consejo de gobierno, de aportar lo mejor de mí en beneficio de este excepcional monumento y, por supuesto, de los sevillanos y de todas las personas que lo visitan”, ha asegurado Castellanos.
La presidenta de la institución también ha explicado que esta decisión “es un nuevo ejemplo de la colaboración institucional entre administraciones que estamos impulsando en Patrimonio Nacional en un momento de dificultades para la ciudadanía en el que tenemos que fomentar el consenso y sumar esfuerzos para lograr la recuperación del país en todos los ámbitos, también en el de la cultura y el turismo”.
Uno de los palacios en uso más antiguos del mundo
El conjunto del Real Alcázar de Sevilla tiene su origen en la evolución que la antigua Hispalis romana, la Spali del tiempo de los godos, experimentó durante la Alta Edad Media, cuando la ciudad pasó a denominarse Ixbilia. Y más concretamente a comienzos del siglo X, en el momento en que el califa de Córdoba Abderrahmán III an-Násir ordenó, en el 913, el levantamiento de un nuevo recinto de gobierno, la Dar al-Imara, en el flanco meridional de la ciudad, según los testimonios más fidedignos.
La conquista castellana del territorio en 1248-49 dotó al Real Alcázar de la condición que permanece hasta nuestros días: sede de la Corona y ámbito del poder municipal de la ciudad. Se levantaron entonces, sobre las bases anteriores, en una integración histórica de culturas que forma parte de la misma esencia de Sevilla, palacios como el Gótico, en el que Alfonso X plasma las concepciones del nuevo marco cultural en el que se ha integrado la ciudad. El Palacio Mudéjar de Pedro I, a mitad del siglo XIV, hace aparecer de nuevo antiguas concepciones mediterráneas en versión árabe, cuando al-Ándalus ya era una entidad dominada por la Corona de Castilla
El Real Alcázar de Sevilla es uno de los Palacios en uso más antiguos del mundo. Un palacio que ha vivido distintas etapas en el tiempo, desde finales del siglo XI hasta nuestros días y que desde sus muros ha contemplado la influencia de las distintas culturas que han pasado por la ciudad.
El Alcázar es fiel testigo de la historia de Sevilla, marcada por la diversidad de culturas y los legados que estas han dejado en la ciudad.
La historia del Cuarto Alto
El Cuarto Alto ha sido y es en la actualidad la residencia oficial de los reyes de España cuando visitan Sevilla. Su uso está atribuido a Patrimonio Nacional y comprende diversas salas entre las que destacan: la cámara oficial o de audiencias, que conserva sus arquerías de yesería originales; el dormitorio del rey don Pedro, una de las estancias del palacio mudéjar del siglo XIV que cuenta con un increíble artesonado; el mirador de los Reyes Católicos, de influencia granadina y con una de las mejores vistas de todo el Alcázar; y el magnífico oratorio de los Reyes Católicos, joya del inicio del renacimiento.
sobrevivió a un terremoto y un incendio en la segunda mitad del XVIII que dañaron sus partes más antiguas conservadas, y a mediados del XIXI se llevó a cabo en él una restauración -no concluida- que serviría de preludio a la llevada a cabo entre 1855 y 1857 bajo la dirección de Rafael Contreras.
Estuvo habitado, entre otros, por Felipe V durante el Lustro Real, y por Isabel II, Alfonso XII, Alfonso XIII y don Juan Carlos I durante sus visitas a Sevilla. Es testigo de su paso el amueblamiento decimonónico, en el que destacan magníficos tapices de la Colección Real.
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