Recordando a Gerardo Delgado, arquitecto, pintor y amigo

Obituario

Gerardo Delgado, en una exposición en Rafael Ortiz.
Gerardo Delgado, en una exposición en Rafael Ortiz. / Juan Carlos Vázquez
Fernando Mendoza - Arquitecto

12 de marzo 2024 - 17:15

El reciente fallecimiento de Gerardo Delgado nos ha hecho recordar su figura, uno de los referentes de la abstracción artística en España y un querido amigo durante más de cincuenta años.

Conocí a Gerardo en la Escuela de Arquitectura de Sevilla, donde fue profesor desde que acabó la carrera hasta su jubilación. Durante el año en que asistí a sus clases, a finales de los años sesenta, hablamos poco de arquitectura, pero mucho de cine. En especial, de los autores que estaban en boga en ese momento: la nouvelle vague, en especial Truffaut y Godard; John Ford y Hitchcock en el cine americano. Algo que descubrí en ese momento de Gerardo fue su insaciable curiosidad por todo lo moderno y novedoso, tanto en música, teatro, artes plásticas y arquitectura. Afición por la cultura que hacía compatible con su humildad y carencia de pretensiones. Posteriormente Gerardo nos introdujo a Luisa, mi mujer y a mí en su grupo de amigos, entre los que estaban Carmen Laffón, Pepe Soto y Fernando Zóbel. Los tres compartían un estudio en la calle Conde Ybarra y, aunque sus direcciones artísticas eran muy distintas, se influyeron mucho entre sí. Especialmente innovador era Fernando Zóbel, artista y mecenas hispano filipino que después organizó el Museo de Arte Abstracto de Cuenca con su colección pictórica, toda ella de artistas de primera fila, fundamentalmente del grupo El Paso. En sus frecuentes estancias en Sevilla, en su piso de la plaza de Pilatos, siempre provisto de una avanzada cámara fotográfica con la que recorría los barrios más humildes y los corrales de vecinos, Zóbel fue aire fresco que traía nuevas ideas y experiencias internacionales a la ciudad.

Salvo algunas incursiones en el informalismo, Gerardo siempre utilizó la geometría como medio de expresión. Entre su exposición en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, comisionada por Luisa López y su última muestra de Málaga, Gerardo, gran colorista, desarrolló una potente geometría lírica. Desde su fabuloso estudio en Olivares, ciudad de la que siempre se sintió orgulloso, Gerardo cerró la última etapa de su vida pictórica trabajando sin cesar en plena pandemia. Con una extensa biblioteca de arte, persona cercana y cariñosa, se nos ha ido un grande, un auténtico amante de la Cultura y un extraordinario artista. Mi más sentido pésame a su familia y a Olivares, ciudad de la que fue nombrado hijo predilecto.

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