Muere Gerardo Delgado, figura esencial de la abstracción española

Arte

El pintor, nacido en Olivares en 1942, dedicó más de seis décadas a una obra en la que investigó sobre las geometrías y trasladó a sus trabajos su amor por la música

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Gerardo Delgado, en una exposición en Rafael Ortiz.
Gerardo Delgado, en una exposición en Rafael Ortiz. / Juan Carlos Vázquez

El arte español perdió este martes a Gerardo Delgado (Olivares, 1942), un referente de la abstracción que deja una prolífica trayectoria marcada por la pasión y el rigor y un hombre muy querido por sus compañeros de profesión.

Delgado estudió Arquitectura y se hizo con el premio de la hoy mítica galería La Pasarela, en una primera etapa en la que acudió al Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid para ahondar en sus investigaciones sobre el color y la geometría, un asunto que le inspiraría durante toda su carrera.

Fue un creador curioso que no se cansaba de buscar nuevas fórmulas, como cuando, interesado en los grandes formatos, Delgado concibió una pintura expandida. "Se le ocurre utilizar materiales blandos y huye del bastidor. Decide usar telas industriales, de muy poco peso, casi transparentes, y con ellas establece unas secuencias que transforman el espacio. Es pintura, pero también podría entenderse como arquitectura o escultura", comentaba la especialista Luisa López con motivo de la exposición Gerardo Delgado. Aprender de todas las cosas, que le dedicó el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo en 2017.

Entre las obras de Delgado destacan trabajos como Análisis de estructuras superpuestas. Diseño de alicatado hispanomusulmán (1973-1986), una serie en la que tomó como punto de partida alicatado del Alcázar de Sevilla para indagar en las posibilidades de la geometría; El caminante, basada en las hermosas canciones del Winterreise (Viaje de invierno), de Franz Schubert, o la espectacular Ruta de San Mateo, compuesta por 14 lienzos e inspirada en La Pasión según San Mateo. "Mi obra está llena de citas porque tengo muchas otras aficiones aparte del arte, pero no quiero que el espectador vea mi trabajo y piense en mis referencias. Sólo apunto alguna pista en el título, pero prefiero que el observador haga sus propias asociaciones", aseguraba el creador.

Delgado nunca perdió el entusiasmo por la pintura, y se mantuvo activo incluso cuando la pandemia paralizó el mundo. "Vivo en Olivares y heredé de mi padre una nave estupenda de 6 metros de ancho por 6 de alto y 26 de largo en la cual trabajo. La dividí porque necesitaba también poder disponer allí mis numerosos libros así que ahora es estudio, biblioteca y almacén de cuadros", contó a este periódico en una entrevista. "En esos días en los que no veía a nadie me levantaba temprano para pintar y a veces, después de cenar, volvía al estudio. Como no tenía con quién hablar, hablaba con mis cuadros. Nunca había pintado con tanta intensidad".

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