Plaza de Santa Isabel: un remanso de paz

A pocos metros de la antigua calle Real de Sevilla, camino principal de entrada a la ciudad desde el Arco de la Macarena, se encuentra una recoleta plaza a la sombra de un convento, el de Santa Isabel. El rumor de la fuente invita a la parada, al descanso tras hacer una visita a joyas del mudéjar, como las iglesias de San Gil, Santa Marina o San Marcos, o barrocas, como San Luis de los Franceses.

Sentarse en uno de los bancos de Santa Isabel es embriagarse con el aroma de los naranjos y deleitarse con la bella portada del convento proyectada por el reconocido arquitecto Alonso de Vandelvira, que está coronada por una escena de la Visitación de Santa Isabel, tallada por Andrés de Ocampo.

La Plaza de Santa Isabel linda con la coqueta capilla de los Siete Dolores de Nuestra Señora, de la Real Hermandad de los Servitas. De hecho, la plaza es escenario de una de las estampas más bellas de la Semana Santa en el regreso poco antes de finalizar la estación de penitencia.

Siguiendo por la calle Santa Paula llegamos a otro convento de suma importancia para la ciudad y que es una visita obligada: Santa Paula.