La calle San Luis, un eje turístico imprescindible

Turismo | El potencial del arco norte del casco histórico

En sus 800 metros reúne importantes monumentos. La reapertura de San Luis debe ser un revulsivo para la zona.

Un recorrido único. La calle San Luis encierra numerosas joyas en sus apenas 800 metros de longitud. Entre el Arco de la Macarena y la iglesia de San Marcos, el sevillano y el turista pueden disfrutar de una buena muestra del mejor arte barroco o de la más notable arquitectura mudéjar de la ciudad. La próxima reapertura al público de San Luis de los Franceses debe suponer un revulsivo para el turismo en esta zona del casco histórico que tanto lo necesita, como llevan tiempo reclamando sus vecinos. El Ayuntamiento es consciente de esta oportunidad y está trabajando en importantes mejoras en el sector como las tareas urgentes de conservación en la muralla o la próxima remodelación del entorno de la Basílica de la Macarena. El objetivo no es otro que explotar el enorme potencial turístico de este eje.

Los autobuses turísticos cuentan con una parada en la Resolana y son muchos los turistas que la aprovechan para visitar la Basílica de la Macarena, uno de los grandes reclamos de la ciudad, donde recibe culto la Virgen de la Esperanza, una de las grandes devociones de Sevilla. Desde este punto, el turista, también el sevillano, puede iniciar una ruta que le llevará a conocer importantes monumentos, no sólo en la calle San Luis, sino en su área de influencia más próxima. San Luis se llamó hasta el siglo XIX la calle Real, puesto que por ella entraban los reyes que visitaban la ciudad, como lo hicieron los Reyes Católicos o Carlos I, cuando acudió a casarse con Isabel de Portugal. Este hecho da cuenta de la importancia de esta vía.

La primera parada de esta ruta sería la propia puerta de entrada, el Arco de la Macarena, que aunque formaba parte en su origen de la cerca defensiva de la ciudad construida por los Almorávides y Almohades, hoy está muy transformado. El Ayuntamiento tiene la intención de abrir en un futuro la muralla para las visitas turísticas. La delegada del distrito Macarena, Clara Macías, anunció que se estudia abrir el adarve, aunque antes hay que dotarlo de medidas de seguridad. Entre los años 2007 y 2011 se dejó preparado el llamado paseo de ronda con este objetivo turístico, aunque todavía no se ha abierto.

Uno de los monumentos más visitados de Sevilla es la Basílica de la Macarena, que este año celebra su 75 aniversario. Centenares de personas acuden a diario para rezar a la Virgen de la Esperanza, al Señor de la Sentencia y la Virgen del Rosario, y cada vez son más los turistas que visitan el impresionante museo de la cofradía, donde se pueden ver, por ejemplo, los pasos. En estas dependencias hay un punto de municipal de información turística. A espaldas de la basílica se encuentra la parroquia de San Gil, uno de los templos construidos por Alfonso X El Sabio tras la reconquista de la ciudad, aunque se ha remodelado en varias ocasiones. De estilo gótico-mudéjar cuenta con la declaración de Monumento Nacional. La iglesia tiene importantes obras de Juan de Espinal o Domingo Martínez y una fantástica muestra de azulejería del siglo XIII.

Continuando el mismo camino que hacían los reyes cuando entraban en la ciudad se llega hasta la iglesia de Santa Marina, sede la Hermandad de la Resurrección. Este templo, como San Gil, también fue construido tras la reconquista, aunque tiene añadidos posteriores, como la torre. Son dignos de admirar su portada, la capilla sacramental, que está cubierta por una bóveda gallonada, o la capilla de la Aurora, con una maravillosa cúpula de lacería de ladrillo y yesería mudéjares.

Más al sur, en la otra acera, irrumpe con fuerza la iglesia de San Luis de los Franceses, el mejor exponente de la barroco sevillano y, para muchos, europeo. Construida por Leonardo de Figueroa, el arquitecto estrella del barroco hispalense, la fachada ya es por sí misma es un gran retablo. En estos días la Diputación Provincial, que es su propietaria, está culminando las últimas obras necesarias para su reapertura, tras casi ocho años cerrada. El interior es una auténtica joya con retablos de Duque Cornejo y pinturas de Lucas Valdés. San Luis cuenta además con una extensa y completa colección de reliquias. Además de la iglesia, se podrá visitar la capilla doméstica del noviciado de los jesuitas, que cuenta con un excepcional retablo de Duque Cornejo y pinturas y cuadros de Domingo Martínez, y la peculiar cripta, que ocupa la misma extensión de la iglesia y tiene una peculiar forma de flor con sus pétalos.

El último gran monumento de la calle San Luis es la iglesia de San Marcos, levantada también tras la reconquista sobre una antigua mezquita, de la que se conserva aún su torre alminar, a la que se le añadió en 1603 el campanario, una actuación que se atribuye a Vermondo Resta. Este templo gótico-mudéjar destaca por su escasa decoración, lo que resalta su pureza de líneas. Es una de las iglesias menos transformadas, pese a que ha sufrido muchas vicisitudes, como el incendio y saqueo de 1936 en la que se perdió el mobiliario y la decoración. Uno de sus elementos más sobresalientes, además de la torres, es la portada del siglo XV.

Además de todos estos monumentos que se encuentran en la calle San Luis, se puede visitar otro importante ramillete en sus proximidades. En los alrededores de San Marcos hay tres conventos de una categoría excepcional. El más próximo es el de Santa Isabel, en la plaza del mismo nombre. En su interior hay piezas de Martínez Montañés o Juan de Mesa. En la calle Socorro está el convento de Santa María del Socorro. También muy cerca se encuentra el monasterio jerónimo de Santa Paula. En su iglesia de cajón se reúnen obras de Montañés, Alonso Cano, Felipe de Ribas o Domingo Martínez. Destaca sobremanera la portada del templo, realizada por el escultor Pedro Millán con la colaboración del ceramista de origen Francisco Niculoso Pisano. Este convento cuenta con un interesante museo.

Una buena manera de finalizar esta ruta turística es visitar la Casa de las Dueñas, residencia sevillana de la Casa de Alba, abierta al público el pasado mes de marzo. Se encuentra a cinco minutos de la Plaza de San Marcos. La iglesia de Santa Catalina, que se reabre el próximo año, será otro aliciente que sumar a este eje.

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